De Asturias a Madrid: 400 kilómetros de frío y largo camino por la Renta Básica Universal

Renta Básica Universal // Esta reivindicación, vista por algunos sectores como utópica, ha sido apoyada tradicionalmente en España por la izquierda. Sin embargo, la renta básica ya se lleva a cabo en países como Finlandia, con un gobierno de liberales y conservadores.

La resaca emocional de la exitosa huelga del 8M en los distintos rincones de España hizo que una veintena de asturianos adelantaran el inicio la marcha básica, que comenzaba en León. Este grupo de personas decidió iniciar una etapa simbólica desde Asturias, lugar habitual de inicio de marchas reivindicativas. Su intención era dar continuidad al 8M “para visibilizar la lucha contra la precariedad, lucha que la mujer conoce más de cerca”, apunta Raquel Mlích, una de las participantes.

Otra de sus compañeras, Carmen Martín, subraya la intención: “Queríamos recalcar que las mujeres seguimos en la lucha día a día”. También apunta que con esta etapa del Puerto de Pajares también pretendían “homenajear a dos compañeros que ya han fallecido”.

Dos mujeres asturianas en la Marcha Básica/Marta Sánchez de Ron

Dos mujeres asturianas en la Marcha Básica // Marta Sánchez de Ron

Los asturianos llegaron a León el día siguiente, 9 de marzo, donde se unieron personas de diferentes puntos de España que “sufren los mismos problemas (precariedad)» con el propósito de reivindicar la “importancia de caminar todos juntos”, cuenta Silvia Salamanca. Catalanes, andaluces, castilloleoneses y extremeños –entre otros- avanzaron por los pueblos de Castilla donde el frío no cesaba: “La diferencia con marchas ha sido la incertidumbre meteorológica”. Reconocen que la temperatura “les ha pillado por sorpresa” porque no estaban preparados para combatir “el doble esfuerzo de caminar con lluvia y nieve”.

Personas de diferentes lugares y de distintas clases sociales están “haciendo camino” con el fin de conseguir una renta básica universal y exigir el fin de la precariedad, una situación que también están sufriendo durante el trayecto: “Nos acompañan personas en verdadera situación de pobreza, que por no traer no traían ni guantes ni calcetines para combatir el frío”, cuenta Martín.

Una experiencia enriquecedora para todos los participantes donde personas de distintas edades están creando lazos de solidaridad entre ellos: “Los momentos más bonitos son cuando llegamos a los polideportivos para dormir. Nos juntamos en grupo y hacemos terapia colectiva: charlamos, cantamos, etc”, cuenta Mlích, una de las benjaminas del grupo. Con 19 años esta asturiana ha decidido participar en la marcha, ausentándose de sus estudios de Trabajo Social porque considera necesario “constatar una realidad que permanece oculta”.

Entre otros jóvenes también encontramos a Jesús Díaz y Rubén Moreno, dos extremeños que representan la realidad del mercado laboral juvenil: “Trabajamos en Lisboa en una empresa de telecomunicaciones cobrando menos de 700 euros”, afirma Díaz. Ambos han decidido aprovechar su semana de vacaciones para unirse a las reivindicaciones de la marcha. También destaca la entrega de otro miembro, Mariano, enfermo de cáncer que se sometió hace diez días a una sesión de radioterapia, y pese a su situación ha decidido colaborar en el proyecto.

Varias personas participando en la Marcha Basica, pese al temporal/Marta Sánchez de Ron

Varias personas participando en la Marcha Básica, pese al temporal // Marta Sánchez de Ron

Puntos de la Marcha Básica

Manuel Cañada, quien fue coordinador general de IU en Extremadura entre 1995 y 2003, es un habitual en las luchas ciudadanas, como las Marchas de la Dignidad. Ahora se encuentra recorriendo estos 350 kilómetros a pie entre León y Madrid. “La principal demanda es un establecimiento de una renta básica universal, un ingreso para cada ciudadano -por el hecho de ser persona- sin tener en cuenta el nivel de renta que cumpla con la Carta Social Europea: ”Ningún subsidio ni pensión puede estar por debajo de la pobreza (674 euros), señala Cañada.

Además, reclaman la derogación de la reforma laboral para acabar con la precariedad; la defensa de los servicios públicos; garantizar una vivienda digna; y también se suman a las protestas de los pensionistas por la subida del 0,25. Para Cañada es fundamental la unión de todas estas luchas porque «hay una idea clara: si luchamos por separado nos derrotan a todos». Por esa razón, Cañada quiere que acudan a la convocatoria personas que hayan participado en otros movimientos populares (pensionistas, feministas etc.): «Hacemos un llamamiento para que la gente que haya participado en otras reivindicaciones se unan porque ahora le toca el turno a quienes sufren la precariedad».

La RBU en Europa

«El Gobierno nos dice que se están creando puestos de trabajo, pero eso no es cierto”, cuenta con indignación Martin. Un estudio de BBVA y la Universidad de València recoge que un 36% de los empleos en España está en riesgo de automatización. También los investigadores apuntan que en nuestro país, uno de cada tres empleos será sustituido por máquinas en 2030.

Otro de los argumentos a favor de la medida es la reducción del gasto social. Se trataría de una prestación universal que acabaría con las diferentes ayudas como el desempleo o jubilación y con el gasto burocrático que implica. Sin embargo, los detractores de la medida consideran que dotar con un ingreso a todas las personas ocasionaría una revolución en el mercado laboral, que podría desincentivar la búsqueda de trabajo.

Esta reivindicación, que suena utópica, tradicionalmente en España ha sido apoyada por sectores de izquierda. Sin embargo, esto no puede extrapolarse a los países europeos. En la actualidad europea existe una predisposición a incluir la renta básica en programas electorales, incluso hay países que han implantado la medida con gobiernos conservadores.

Finlandia y Holanda han sido los primeros en experimentar la medida en Europa. También lo intentó Suiza, que sometió la medida a referéndum, aunque el 77% de su población la rechazó.

Finlandia, con un gobierno compuesto por una coalición de conservadores y liberales, decidió en 2017 que 2.000 ciudadanos desempleados -independientemente de si encuentran empleo o no- comenzaran a percibir un ingreso de 560 euros durante dos años para analizar cómo afecta la implantación de un ingreso universal al empleo. Los primeros indicios apuntan que los beneficiarios de la retribución han recobrado el optimismo y les ha permitido valorar iniciativas como el emprendimiento. Aunque sus escépticos indicen en su alto coste.

A la iniciativa también se ha sumado la ciudad noruega de Utrech,  donde 300 familias recibirán un una paga de entre 900 y 1.300 euros, depende del número de miembros.

La OCDE apoyó la creación de una renta básica universal en países como España el pasado año. El director de Empleo y Trabajo del organismo cree que en nuestro país el impacto de esta medida sería muy positivo debido a la escasez de las ayudas públicas.

Desde su experiencia, Cañada cuenta que «es la primera vez que hay una movilización importante que pone en el centro la renta básica», un camino que está trazándose «gracias a un núcleo de compañeros cuyos gestos ponen de manifiesto la fraternidad» y que pondrá fin este sábado con una manifestación en la Plaza de España de Madrid a partir de las 17:00 horas.

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