Los resultados obtenidos en las oposiciones a profesorado de Secundaria en algunas comunidades autónomas —con notas muy bajas y posibilidad de que muchas plazas queden desiertas— ponen al descubierto las situaciones anómalas de esta convocatoria, extraordinaria en cuanto al volumen de empleo público ofertado.
Academia de preparación de oposiciones // Txefar
De la tristeza y la decepción al enfado y la protesta. El estado de ánimo de miles de aspirantes a profesores de Secundaria ha variado en los últimos días. La sorpresa y la frustración por los resultados de la primera prueba de las oposiciones al cuerpo de profesorado de Secundaria, Escuelas Oficiales de Idiomas, técnicos de Formación Profesional, profesores de Música y Artes Escénicas, y de Artes Plásticas y Diseño han dado paso a una incipiente organización para protestar por las circunstancias que han rodeado a esta convocatoria.
Los pobres resultados obtenidos, la opacidad del proceso y la discrecionalidad en la actuación de los tribunales son algunas de las quejas elevadas por quienes han participado en la publicitada oficialmente como la mayor oferta pública de empleo, que ahora se encuentran con la posibilidad paradójica de que muchas de las plazas convocadas queden desiertas.
Paco García, secretario general de Enseñanza del sindicato Comisiones Obreras, reconoce las anomalías detectadas en los resultados publicados pero prefiere mostrarse cauto: “Estamos analizando los datos por comunidades autónomas y especialidades, todavía no tenemos el mapa completo, porque, si no, se extiende una especie de sombra general sobre las oposiciones que no se corresponde con la realidad. Hemos identificado que hay más problemas en Murcia, Castilla-La Mancha o Madrid, pero hemos visto que los datos de Andalucía o Valencia son perfectamente normales, salvo en alguna especialidad muy técnica de Formación Profesional. No es una situación generalizada”, explica este responsable sindical a El Salto.
Celebrada en la última semana de junio la primera parte de la oposición, la que consta de un examen teórico —que vale el 30% de la nota de esta fase— y otro práctico —el 70% restante—, esta convocatoria era muy esperada debido al alto número de plazas ofertadas y al tiempo transcurrido desde la anterior, en algunas comunidades —austeridad obliga— varios años. La movida llegó con la publicación de los resultados de esa primera fase.
En Madrid, una de las comunidades señaladas en la que se ofertaron 1.624 plazas, se presentó, por la especialidad de Geografía e Historia, Julián Vadillo, profesor interino en el curso 2015/16 y dedicado en exclusiva a esta oposición en los últimos dos años. En su opinión, lo que ha pasado “ha sido llamativo en el sentido de que las notas han sido extremadamente bajas, ha habido muchos 0 y 1, lo que es insultante porque hay gente que efectivamente no ha estudiado pero otra llevaba dos años preparando esto con mucho cuidado y los resultados han sido muy bajos. No he sacado un 0 pero me he quedado lejos del aprobado”.
El resultado que ha merecido su prueba en la parte teórica le llenó de perplejidad. “Me han puesto poco más de un 5,5. En otro tema te puedo comprar la moto de que no he llegado a más pero en este no. ¿Qué es lo que valoran? No lo sabemos, ese es el problema”, considera este doctor en Historia e investigador especialista en la revolución rusa, con varios libros y artículos publicados sobre ese periodo. Se da la circunstancia de que precisamente la revolución rusa es el tema que eligió, de los cinco que el tribunal propone a los aspirantes, para desarrollar en el examen teórico.
Vadillo enumera algunas cuestiones que escaman a quienes se han presentado a estas oposiciones por primera vez pero también a quienes, como él, ya llevan varios intentos a sus espaldas: falta de claridad en los criterios de corrección, que solo conocen los miembros del tribunal; inexistencia de temarios fijos —“lo que hay es una relación de temas aprobados en 1993 y que cada uno desarrolla como le da la gana”—, lo que da pie a un cierto negocio por parte de academias y preparadores; o la duda sobre lo que ocurre cuando se presenta una reclamación. Sobre esto último, recuerda su experiencia: “No te enseñan el examen, no sabes dónde has fallado. Yo presenté la reclamación el lunes a las 9.30h y a las 12h ya estaban los resultados definitivos. Es imposible que en menos de dos horas y media se hayan repasado todos los exámenes que se reclaman, lo que te hace sospechar que no lo hacen”.
Caos en Madrid
“Hay miles de personas perjudicadas, es una situación dura por el tiempo invertido en la preparación de la oposición y las expectativas, hay cientos de situaciones de vulneración de derechos básicos. No tienen derecho ni a revisar sus exámenes, hay mucha desesperación”, reconoce Isabel Galvín, portavoz de Educación de Comisiones Obreras en Madrid, quien asegura no haber conocido otra igual, “y mira que lleva ya tiempo pasando cosas”.
Galvín cuenta el caso de una opositora que se presentó por la especialidad de Orientación Educativa y consiguió nota suficiente en el práctico pero no así en el teórico, donde pudo desarrollar el que era su “tema estrella”. Lo hace en autocopiable, lo tiene en casa y es un examen bastante aceptable, considera Galvín, quien añade que esta aspirante ha pasado 18 meses preparando el examen ocho horas diarias. Le han puesto un 0,00, una nota que solo se aplicó en ese tribunal a tres personas que firmaron y se levantaron y a ella. En el tribunal le dicen que no tiene derecho a ver su examen ni a tener una copia del mismo.
La casuística que estos días se está conociendo describe una situación tan caótica como la que refiere la sindicalista. Otro ejemplo es el de Lucía Bueno, que en esta convocatoria se ha estrenado en unas oposiciones para profesora de Inglés en Secundaria. Su nota de la primera parte fue un 4,73, “la segunda más alta entre los suspensos en mi tribunal”, cuenta a El Salto. Tras presentar reclamación, pudo comprobar que había sido atendida y que su nueva nota, comunicada a través del tablón virtual al que los opositores pueden acceder mediante el certificado digital, era un 5,08, suficiente para pasar a la siguiente prueba, la programación didáctica.
Sin embargo, en el tablón físico en el centro apareció como nota definitiva la inicial y en el virtual no quedó ni rastro del aprobado. “Cuando pregunté, me dijeron que habría mirado mal o que miré el de otra persona, algo imposible porque entras al tablón con el certificado digital”, explica esta opositora, que ha presentado recurso de alzada.
Para Galvín, el responsable último de lo que está pasando es el consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Rafael Van Grieken. Ella exonera a quienes participan en el trabajo de evaluación en los tribunales, que se realiza por profesores voluntarios y también obligados mediante sorteo. “Los miembros de los tribunales —afirma Galvín— se quejan de que el margen de maniobra que tienen es muy escaso y que su papel es ejecutar lo que se les dicta desde la consejería, en cuanto a criterios de evaluación y el trámite administrativo (plazos, revisión de notas,…)”. Y añade que los tribunales son sometidos a una presión importante, por el volumen de trabajo, el escaso tiempo, la preparación y las condiciones en que lo llevan a cabo.
Sobre el trabajo de los tribunales, García dice no cuestionarlo pero reconoce que le preocupa que “hay comunidades autónomas que nos están diciendo que están recibiendo instrucciones de la Administración para suspender a gente. Pero luego los tribunales pueden no hacerles ni caso”. Galvín, por su parte, asegura no tener constancia de que en Madrid haya pasado y subraya que, en su opinión, “el problema aquí es que la consejería está fuera de control”.
Un modelo viciado
El formato establecido en las oposiciones para acceder a la carrera docente en la función pública es objeto de fuertes críticas. Desde Comisiones Obreras, se exige que los tres exámenes constituyan una sola prueba, de modo que no sean eliminatorios entre sí. “En las comunidades autónomas y especialidades donde se ha suspendido al 80% o al 90% en la primera parte, la inmensa mayoría no puede acceder a la prueba que mejor demuestra si eres buen profesor o no, la que mide las competencias pedagógicas, didácticas y profesionales. No van a poder participar y a lo mejor nos estamos perdiendo a muy buenos profesores”, señala García, que apuesta por una única prueba consistente en tres fases cuyo resultado final sea la nota obtenida con la media de las tres.
“Es un modelo viciado —opina Vadillo— porque valora de manera espuria cosas que no son determinantes para la educación. ¿Qué es más importante para un instituto o un profesor, que sepas dar clase o que tengas muchos conocimientos de una materia? Creo que lo primero y quizá la primera prueba tendría que ser la oral. Y luego que se valoren los conocimientos, que evidentemente has de tener”.
Ambos coinciden en señalar la paradoja de que este sistema provoque que no se cubran las plazas ofertadas. García anuncia que el sindicato va a solicitar al Gobierno la convocatoria de una mesa en la que se trate la modificación del acceso a la función pública en la docencia, y Vadillo reflexiona sobre lo que ha supuesto la abultada oferta, más allá del titular en caja alta: “Quedas bien ante la opinión pública y ante la Unión Europea, que te ha dado un toque por el alto índice de interinos. Haces un proceso que es completamente legal, y los resultados en teoría también van a serlo. Y entonces puedes decir que los aspirantes no reunían las condiciones suficientes como para llegar a esas plazas, que quedarán vacantes o seguirán fomentando el trabajo interino. Es muy curioso que se diga que no tienes capacidad suficiente para ser un funcionario docente de carrera y, sin embargo, al año siguiente vayas a dar clase como interino o lleves ya diez años dando clase como interino”.
¿Quién dio la orden?
Vadillo y Galvín asistieron el jueves al mediodía a la concentración convocada ante la Asamblea de Madrid, en la que medio millar de opositores protestaron por su situación. “Hemos conseguido hablar con diputados del Partido Socialista y de Podemos, han acudido muchos medios y gente de sindicatos, estoy contento”, valora para El Salto uno de los promotores de la concentración, biólogo de carrera que lleva intentando conseguir plaza como profesor de Biología y Zoología desde 2014. “Es que estamos hablando de la educación de los niños de este país, los alumnos que reciben la educación son los principales perjudicados de todo esto”, comenta este opositor, que prefiere mantener el anonimato.
Él ha suspendido en un tribunal en el que solo siete personas de 82 han conseguido acceder a la segunda fase. La mayor parte de suspensos, asegura, con 0 y 1. “Hay algo que no huele bien, por eso exigimos transparencia. No dudo del tribunal o de que haya cumplido su función, pero me gustaría ver mi examen. Me estoy presentando a un proceso selectivo, y si lo estoy haciendo mal, me gustaría aprender”, dice.
Al rebufo de los primeros movimientos registrados por los opositores de Murcia, en Madrid se ha creado una plataforma en Facebook, Docentes Estafados Oposiciones Madrid, donde en tiempo récord han compartido experiencias a partir de las que han fijado una tabla de reivindicaciones básicas, entre las que figuran la revisión de los exámenes, la depuración de responsabilidades y el estudio de la toma de medidas legales. También organizaron esta concentración, que no será la última.
“Alguien ha tenido que dar la orden de ser tan duro en las evaluaciones”, concluye el biólogo aspirante a profesor.