El partido nazi que el Supremo no quiso ilegalizar llama «holocuento» al Holocausto

El líder de Alianza Nacional aplaude públicamente a Hitler, a quien califica de «vacuna contra el virus judío». El ex diputado de IU Gaspar Llamazares llevó este caso a la Fiscalía en 2013, pero no prosperó.

Militantes del partido neonazi Alianza Nacional.

Militantes de Alianza Nacional en una imagen de archivo // Acción Juvenil Española

Pedro Pablo Peña tiene un sueño que, para millones de seres humanos, resultaría una pesadilla: ver resurgir el nacionalsocialismo sobre la faz de la tierra. De momento, se conforma con ser el jefe de Alianza Nacional, el único partido declaradamente nazi de España. Lo hace con cierta tranquilidad: de momento, la Ley de Partidos que se aprobó en 2002 para dejar fuera del juego democrático la izquierda abertzale no ha tenido efecto alguno sobre quienes, como él, defienden que Hitler fue un «estadista».

«Nos quieren hacer desaparecer en un agujero negro de la historia, pero aquí seguimos. El mañana nos pertenece», escribía Peña hace algunas semanas en Facebook, su medio habitual de propaganda ultraderechista desde que Twitter suspendió su cuenta.

El agujero negro, de momento, lo han conocido en las urnas: las pocas veces que se presentaron en unas elecciones obtuvieron unos resultados absolutamente anecdóticos, como los 2.780 votos logrados en las elecciones generales de 2008. Conscientes de sus dificultades, en las últimas citas electorales han optado por llamar a la abstención.

Desde su reducto ideológico, los nazis de Alianza Nacional reivindican a distintas figuras nazis e incluso han llegado a publicar mensajes de felicitación a Hitler en el día de su nacimiento. Ahora, coincidiendo con el 75 aniversario de la liberación de Auschwitz, han tenido ofensas para las víctimas del holocausto nazi.

«27 de enero, día de la gran mentira», escribió Peña desde su perfil en Facebook. Junto a ese mensaje reprodujo un artículo suyo de 2015, en el que tacha el holocausto de «holocuento». «En un Occidente sumido en la negación de sí mismo, empeñado en destruir su identidad racial, en socavar los fundamentos de su Cultura, que hace escarnio de cualquier dogma de fe, se alza un dogma inatacable, el dogma central del pensamiento único: el Holocausto», sostiene.

El líder de Alianza Nacional asegura que esa masacre «ha supuesto para la Comunidad Judía Mundial pingües beneficios, tanto económicos como de status especial en la mayor parte de las Naciones de Occidente». Seguido recurre a cifras del «Censo de la Población Mundial Judía» para tratar de relativizar el holocausto, siguiendo así la línea de otros revisionistas nazis.

En tal sentido, Peña afirma que el holocausto «ha servido para demonizar un período histórico –el III Reich–, un Movimiento –el Nacionalsocialismo– y a un estadista –Adolfo Hitler–, que son la vacuna frente a ese virus judío».

Denuncia de Llamazares

La apología del nazismo que realiza esta formación política –inscripta legalmente en España desde el 23 de enero de 1996– no ha acarreado ningún tipo de medida en su contra. Si bien la Ley de Partidos Políticos aprobada en 2002 habla precisamente de impedir que «un partido político pueda, de forma reiterada y grave, atentar contra ese régimen democrático de libertades, justificar el racismo y la xenofobia o apoyar políticamente la violencia y las actividades de bandas terroristas», Alianza Nacional se ha salvado de ser incluida en alguna de esas categorías.

La Fiscalía del Tribunal Supremo tuvo este caso en sus manos a raíz de la denuncia interpuesta en septiembre de 2013 por Gaspar Llamazares, entonces diputado de Izquierda Unida, tras el asalto fascista a la librería Blanquerna de Madrid, en el que participaron miembros de ese grupo ultraderechista.

En la memoria de ese año, la Fiscalía relataba precisamente que se habían incoado las «diligencias preprocesales 1/2013 orientadas a determinar la posible concurrencia de una causa legal de disolución en el partido político Alianza Nacional, que se hallan todavía en curso de investigación«. Según ha podido confirmar Público, aquellas diligencias no fructificaron.

«Promover» o «justificar»

En su artículo 9, la ley que sirvió para ilegalizar a Batasuna señala precisamente que «un partido político será declarado ilegal cuando su actividad vulnere los principios democráticos, particularmente cuando con la misma persiga deteriorar o destruir el régimen de libertades o imposibilitar o eliminar el sistema democrático».

En concreto, la norma apunta hacia aquellas formaciones que vulneren sistemáticamente «las libertades y derechos fundamentales, promoviendo, justificando o exculpando los atentados contra la vida o la integridad de las personas, o la exclusión o persecución de personas por razón de su ideología, religión o creencias, nacionalidad, raza, sexo u orientación sexual».


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