Ericsson: cómo utilizar los EREs para reducir salarios en vez de plantilla

La multinacional de las telecomunicaciones despedirá a 330 personas este año. Es el sexto ERE desde 2002 mientras que el número total de empleados no cambia pese a los despidos. Los sindicatos denuncian que la empresa contrata nuevo personal más joven y barato y echa a trabajadores con un buen salario consolidado

Exterior de la sede de Ericsson en Estocolmo. REUTERS

Exterior de la sede de Ericsson en Estocolmo // REUTERS

La multinacional sueca Ericsson anunció el mes pasado un Expediente de Regulación de Empleo con el que pretendía despedir a 350 trabajadores en España. A nivel internacional tambien ha anunciado recortes, sobre todo en Suecia. Tras varias reuniones de la Mesa de Negociación entre la dirección y los sindicatos, el número de despedidos en España se redujo a 330, pero no es la magnitud del ERE lo que más preocupa a los sindicatos, que lo siguen rechazando. Lo que les alarma es la periodicidad con la que se realizan despidos colectivos y la degradación de la calidad de los puestos de trabajo que está generando en esta empresa puntera.

Para situar, desde 1998 la compañía ha llevado a cabo siete procesos de despido colectivo. Los dos primeros extinguieron alrededor de 1.200 puestos de trabajo pero en los siguientes EREs, ─2008, 2010, 2013, 2015 y el recién anunciado para este año─ el número de afectados ha oscilado entre los 200 y los 330. La justificación siempre ha sido la misma: causas económicas, organizativas, técnicas y productivas. Desde la reforma laboral del PP, en 2012, ajustarse a una o varias de estas causas es más fácil y el despido procedente, más barato. Ericsson España nunca han tenido pérdidas, aunque sí reducciones de beneficio. Pero las cuentas no cuadran para los sindicatos. Las tres grandes empresas que componen el grupo Ericsson en España ─Ericsson España S.A. (EEM), Ericsson Network Services S.L. (ENI) y Optimi Spain S.L.U. (Optimi) ─ no se han movido del entorno de los 3.000 empleados pese a las distintas oleadas de ceses.

Ericsson tiene alrededor de 3.000 trabajadores. Los mismos tras repetidos EREs

“En los últimos 15 años, Ericsson ha podido despedir alrededor de 2.200 trabajadores. Prácticamente los mismos que ha contratado”, apunta Santiago Sánchez, miembro del comité de empresa del Sindicato de Trabajadores de Comunicaciones (STC). ¿Qué sentido tiene despedir al mismo número de personas que vas a volver a contratar poco después?

¿Necesidad de nuevos perfiles laborales?

Fuentes de la empresa lo explican a Público con estas palabras: “Ericsson está en medio de una transformación de su negocio y de la industria. A nivel mundial, y también en España, ha cambiado nuestro mix de negocio y por lo tanto las competencias que se necesitan en la empresa. Esta transformación tiene que ver con cambios tecnológicos relacionados con temas como software, virtualización o la propia nube”.

“Me sorprendería que la empresa dijera otra cosa”, apunta Gonzalo Cortijo, experto en tecnologías de la información y la comunicación (TICs) de CCOO. “El sector es muy dinámico y es cierto que se necesita un perfil diferente para muchas cosas, pero ese dinamismo no justifica la presentación de un ERE tras otro”, apunta, y añade que Ericsson es sólo una empresa del sector más realizando estas prácticas. “Hablamos de personas con una gran formación que pueden recolocarse con un mínimo de formación. Pero es más barato despedir y contratar a gente dispuesta a trabajar por un salario inferior”, apostilla. Mientras tanto, 330 personas se irán al paro en los próximos meses.

«La empresa cambia a trabajadores de más edad por jóvenes más baratos”, denuncia el STC

Para el STC, Ericsson aplica una calculada estrategia de “rejuvenecimiento de su plantilla a costa de abundar más y más en la precarización del empleo”. “La empresa usa un mecanismo legal, el ERE, para resolver cuestiones económicas. La ley es tan laxa que la empresa cambia a trabajadores de más edad por jóvenes más baratos”, critica Sánchez. En resumen, una fábrica de precariedad patrocinada y amparada por la legislación laboral española. De ahí, que la compañía agregue al final de su respuesta que los distintos EREs “no tienen que ver con la edad ni los salarios de nuestros empleados”.

Reduciendo salarios, Ericsson aumenta su rentabilidad, resume el STC, mayoritario en la mesa negociadora del ERE. En la misma línea se han manifestado los otros representantes (CCOO, UGT y CGT), que piden un plan de negocio a corto plazo que no se base únicamente en reducir costes y una mayor apuesta en formación por parte de la empresa para “reciclar” a trabajadores y adaptarlos a los nuevos perfiles que la compañía dice necesitar. El problema, denuncia, es que “a Ericsson le sale a cuenta pagar la rescisión de contrato de un trabajador con un sueldo consolidado más la nueva contratación de uno nuevo con salario muy inferior”, lamenta el STC.

Por regla general, a partir de los 40 años se es susceptible de figurar en una de las listas de despidos, denuncian no sólo los sindicatos, sino trabajadores de la empresa contactados por este diario. Es el caso de Abel Rodríguez, un ingeniero de telecomunicaciones que prefiere no revelar su verdadero nombre porque a día de hoy trabaja en la compañía y la lista del ERE no está cerrada. “Me puede tocar el despido igual que en 2002”, explica.  El es víctima otra de las tretas de la empresa que critican los sindicatos.

“Cobraba 42.000 euros brutos al año y me repescaron por 26.000 y como consultor externo», denuncia un trabajador

Dos años después de su despido, Abel fue recontratado en la empresa “como consultor externo” y por la mitad del salario. “Cobraba 42.000 euros brutos al año y me repescaron por 26.000. Podía haber dicho que no, pero necesitaba el trabajo”, recuerda. La cosa no queda ahí, porque tras marcharse a la competencia harto de sus condiciones, Ericsson volvió a contactarle para que volviera. “Exigí, al menos, las misma condiciones económicas que cuando me fui en 2002. No les hizo mucha gracia pero aceptaron”. Resumen: una década después, Abel tiene el mismo trabajo y el mismo sueldo. “Hay muchos compañeros en mi situación. El objetivo no es reducir plantilla, eso está claro, porque esas plazas se vuelven a rellenar pronto”, sentencia el ingeniero.

Pero no son sólo los ingenieros, con altos salarios, el objetivo de los EREs. Manuela López (también nombre ficticio) trabaja en el departamento de administración de Ericsson España. Como Abel, Manuela entró la terna de los despidos de 2002. “A los dos años me llamaron para volver a trabajar. Estuve un tiempo como consultora externa y otro periodo contratada para Ericcson mediante una ETT. Al final, logré que me volvieran a contratar, pero perdí mucho poder adquisitivo. Ahora gano lo mismo que ganaba en 2002, durante años ganaba la mitad, pero los precios de ahora no son los de 2002”, lamenta. Su salario no era precisamente alto, aunque prefiere no revelar la cifra. Como administradora, Manuela da fe de que muchos despedidos son sustituidos por jóvenes con salarios muy inferiores. La empresa lo niega y alega que la media de edad de su plantilla es, precisamente, de 39 ó 40 años.

¿Cómo es vivir con el miedo a un ERE?

Dieciocho años, siete EREs. Inseguridad laboral en uno de los sectores que más dinero mueven en la actualidad. Precariedad creciente en un área donde el volumen de trabajo es casi tan elevado como las presiones y siempre planeando la sombra de un despido. “Hay que estar hecho de buena pasta para trabajar aquí”, reconoce Abel. “Es un sinvivir, hay desmotivación, hay mucho estrés, se prieta mucho al trabajador…” Los dos empleados conocen a compañeros que han tenido que coger una baja bien por estrés o bien por depresión. “Es estar en una constante preocupación, con ansiedad por la inseguridad”, comentan.

“Es cierto que se cambia, se evoluciona, pero nos adaptamos, no hemos cambiado tecnológicamente tanto para necesitar un perfil totalmente diferente”, se queja el portavoz del STC, que pone de relieve la cantidad de horas extra que se contabilizan en la empresa, algo que no cuadra con los despidos. “En 2015 hubo 58.000 horas extra, sólo del personas dedicado a proyectos. Este año anuncian un ERE, pero ya van contabilizadas 38.000 horas extra. En unidades donde en el ERE de 2015 hubo despidos, ya hay 8.000 horas extra realizadas”, añade.

Un reto para el sindicalismo

Por el momento, siguen abiertas las negociaciones con los sindicatos, aunque mucho se temen que, como las veces pasadas, no haya acuerdo. El sector en sí supone un reto para los sindicatos y ellos mismos lo reconocen. No es fácil organizar protestas o incluso una huelga en esta empresa. “La gente se da por perdida fácilmente. No hay una cultura de la batalla sindical en este sector. Mucha gente trabaja desde casa o en las oficinas de los distintos clientes de Ericsson… No están en el centro de trabajo”, explica Santiago Sánchez, del STC.

«No hay una cultura de la batalla sindical en este sector», lamenta el STC

Más inversión en formación de los trabajadores es una de las demandas de los sindicatos para paliar los despidos. La compañía afirma que sus empleados están “en constante formación” por la “naturaleza” del sector, y añade de que “sólo en el periodo de enero a septiembre de este años se han impartido más de 35.000 horas formativas”.

¿Hay alguna solución para proteger a los empleados además de intentar que el ERE despida a los menos posibles? Gerardo Cortijo, de CCOO, aboga por un convenio colectivo para el sector de las tecnologías de la información y la comunicación, que regule los salarios y las jornadas laborales. “Un mismo convenio para todas las empresas del sector podría poner límites a esta precariedad creciente, sentencia”.