Huelga de estudiantes contra la sentencia a ‘la manada’: «Quiero caminar por la noche sin miedo»

  • El Sindicato de Estudiantes ha convocado una huelga en los colegios e institutos de España para protestar contra la sentencia a la manada
  • En la capital, las asistentes han acudido a una concentración en la Puerta del Sol que se ha convertido en marcha bajo el lema «no es abuso, es violación»
  • «Somos 12 chicas en clase y un chico. Hemos venido todas y él también», incide Alba, de 17 años

Algunas manifestantes en la Puerta del Sol de Madrid / Laura Galaup

Algunas manifestantes en la Puerta del Sol de Madrid // Laura Galaup

Semana de movilizaciones para la comunidad educativa. Después de que la marea verde participara en decenas de concentraciones por todo el país contra la LOMCE el pasado martes, los estudiantes han vuelto a salir a la calle en una convocatoria de huelga para protestar contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Navarra que condena a los cinco miembros de la manada a nueve años de cárcel por abuso sexual con prevalimiento. El Sindicato de Estudiantes ha convocado la movilización en los institutos y universidades de España.

Bajo el lema «no es abuso, es violación», que ha protagonizado las concentraciones que en las dos últimas semanas han mostrado su apoyo a la víctima de Sanfermines, se celebran manifestaciones en varias ciudades, entre ellas Sevilla, Barcelona o Madrid.

En la capital, a las 12 de la mañana varios centenares de chicas se congregaban en la Puerta del Sol para continuar protestando por la calle Preciados al grito de «no quiero tu piropo, quiero tu respeto» y «vosotros, machistas, sois los terroristas». Según han relatado algunas asistentes, en algunos institutos los días previos se votó la asistencia a esta concentración para suspender las clases. La mayor parte de las manifestantes eran menores de edad.

Belén, Carol, Lucía y Talia, un grupo de estudiantes de entre 14 y 16 años, han aprovechado que la manifestación se convocaba por la mañana para asistir por primera vez a una protesta. «Hasta ahora las habíamos visto por la televisión. Estando aquí me siento protegida y tengo la sensación de que estoy ayudando», reseña una de ellas. Talia añade que todas las mujeres han «sentido miedo» en su día a día.

«Es vergonzoso. En vez de enseñarles a ellos a tratarnos como iguales, mi madre me dice que tenga cuidado. Quiero caminar por la noche sin miedo», señala.

A la manifestación en Madrid han asistido diversos colectivos sociales, las Kellys han tomado la palabra para dar a conocer sus precarias condiciones laborales a los estudiantes. Según han asegurado desde la organización a través del altavoz, en primera fila estaba la hermana de Diana Quer, Valeria. Las asistentes han recibido el anuncio con un sonoro aplauso.

Coreando lemas feministas han ido avanzando por una de las arterias comerciales de la capital ante la atenta mirada de las dependientas de las tiendas que hay en esta céntrica calle. «Llevan toda la razón. Me parece perfecto [que se manifiesten]», clama una trabajadora de una perfumería.

A Irene y Alba, 16 y 17 años, no les han puesto ningún problema para asistir a la manifestación. «Somos 12 chicas en clase y un chico. Hemos venido todas y él también», incide Alba. Las dos amigas coinciden al definir la sentencia de la Audiencia: «Es una injusticia». «Lo hemos vivido con miedo y vergüenza. Había pruebas y no estamos de acuerdo con la pena», aseguran las dos.

Reivindican más educación en igualdad

Otras dos estudiantes de 4º de la ESO han lamentado que en su instituto durante este curso no hayan abordado temas de relacionados con la violencia de género. Leire y Alejandra consideran necesario que se imparta esta formación para evitar casos de acoso a compañeras de su edad.

Entre las asistentes, también había hombres. A sus 15 años, Álvaro coincide con estas dos chicas al señalar al sistema educativo como una herramienta fundamental para combatir el machismo. «Hay que cambiarlo. Algunas de las personas que te enseñan son machistas y eso te acaba influyendo», señala.

Para María Luisa, a sus 74 años, ver a centenares de jóvenes feministas ocupando las calles es una «explosión de satisfacción». «Hemos estado solas y ver esto te reconcilia con la sociedad». Durante sus años de militancia ha ido viendo cómo evolucionaban los cánticos. «Sola, borracha, quiero llegar a casa», es uno de los que más les ha sorprendido de esta nueva generación de activistas.

Desde que el 26 de abril, el tribunal dictara su sentencia sobre el caso, se han sucedido varias manifestaciones feministas. La última, el pasado viernes, cuando una marcha también con una gran presencia de chicas jóvenes, denunció «la cultura de la violación» que, según las convocantes, llega «a cada rincón de la sociedad».