Las grandes empresas españolas no pagan tantos impuestos como pretenden

Periódicamente la derecha arremete de modo virulento contra los impuestos, porque quienes más tienen y acumulan no quieren pagar impuestos, o quieren pagar pocos.

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34 de las 35 empresas del Ibex 35 tiene filiales en paraísos fiscales // Jeff Djevdet

Si analizamos a fondo la ofensiva conservadora iniciada en los años 80 con Reagan en EE UU y Margaret Thatcher en Gran Bretaña, se comprueba que esa contrarreforma neoliberal tenía y tiene como objetivo estratégico y prioritario rebajar los impuestos de los ricos. Por ricos nos referimos a las grandes empresas, enormes riquezas personales y grandes fortunas familiares.

Esa contrarrevolución arrancó con la manida falacia capitalista de que donde está mejor el dinero es en los bolsillos de los ricos, como garantía de crecimiento económico, porque invierten y crean empleo y, por tanto, cuantos menos impuestos paguen, mejor. Los ricos, tanto corporaciones y grandes empresas como grandes fortunas, se salieron con la suya y de pagar impuestos en EE UU, por ejemplo, con un tipo impositivo del 62% en 1970 lograron rebajarlo al 42% en 1991. Todo un abaratamiento. Y siguen. Ahí están las grandes corporaciones de nuevas tecnologías que eluden impuestos a mansalva en Europa ante la desconcertada o timorata actitud de los gobernantes de la Unión Europea. Esas corporaciones son buena muestra de la codicia anti-fiscal y de la utilización de tretas y artificios (lo que se llama elusión fiscal) para pagar cuantos menos impuestos, mejor.

En el reino de España, los líderes de la derecha, Casado y Rivera, han cargado agresivos contra los impuestos. Casado, con la osadía de pretender que en este país los impuestos son ‘requisitorios’. Una burda falacia porque la presión fiscal española es siete puntos menor que la media de la UE de los quince. Y Rivera ha proclamado urbi et orbe que «subir los impuestos, como quieren Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, es una mala noticia para España y para una economía que empieza a frenarse. Y recomienda recaudar «con moderación fiscal». Ya hay moderación fiscal cuando se comprueba que la presión fiscal española fue el 34% en 2017, en tanto que la media de la Unión de los 15 fue el 41%. Una diferencia con esa media europea recaudada de 70.000 millones menos en España. Recaudación fiscal española muy moderada, porque esas decenas de miles de millones de euros menos muestran que aquí la recaudación es parca.

Las empresas, sobre todo las grandes, pagan pocos impuestos

Con tales precedentes y ante el anuncio gubernamental de algunas medidas para aumentar algo la recaudación fiscal, los empresarios ponen quejosos el grito en el cielo… pero nada dicen de que las empresas han tenido beneficios y eso no se ha reflejado en los sueldos de sus asalariados. Peor aún, solo pagan a sus trabajadores la mitad de lo que les abonaban antes de la crisis.

Destacados empresarios y la misma CEOE protestan al conocer las modestas medidas fiscales del acuerdo entre el gobierno de Sánchez y Unidos Podemos para los Presupuestos Generales del Estado de 2019. Una de las denostadas es fijar un tipo mínimo del 15% en el Impuesto de Sociedades, que disminuya la pérdida de recaudación pública a causa del dadivoso sistema de deducciones y bonificaciones a grandes empresas. El resultado es que éstas en realidad sólo tributan por sus beneficios un tipo del 6,14% de media aunque el nominal sea del 25%.

Los ingresos por el impuesto de sociedades en 2017 fueron 23.143 millones €, poco más de la mitad de los casi 45.000 millones recaudados… hace diez años. Sin embargo, el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), que pagan sobre todo los trabajadores, fueron 77.000 millones de euros en 2017, superando la recaudación de 2007 (antes de la crisis) que fue de 72.000 millones. La contribución de las empresas al Estado por el impuesto de sociedades del año pasado fue el 2% del Producto Interior Bruto; solo un tercio muy por debajo del 6,6% del PIB que aportó el IRPF.

Las grandes empresas se empecinan en que soportan una excesiva carga fiscal total en España, incluidos el IVA y las cotizaciones sociales por sus trabajadores. Pero un informe del Banco Mundial dice que esa carga fiscal de las empresas españolas es el 46,9% de los ingresos netos, cuando en Francia es el 62%, Bélgica 57%), Austria 52%, lo mismo en Grecia, Alemania casi al 49% e Italia 48%. Si aquí el porcentaje de carga fiscal no llega al 47%, ¿dónde está la excesiva carga fiscal de las grandes empresas españolas?

Y tampoco hay que olvidar, por su elevado volumen que, según datos estimados por el sindicato de Técnicos de Hacienda, GESTHA, del fraude fiscal total en España, que supera los 60.000 millones de euros anuales, más del 70% se debe a grandes empresas y grandes fortunas. ¿Hasta cuándo durará la impostura de que las empresas españolas pagan muchos impuestos? Un somero análisis de la recaudación de los últimos años demuestra justo lo contrario.