Las nuevas trampas del PP para manipular la campaña electoral

  • La campaña sucia para fomentar la abstención en la izquierda que ha destapado eldiario.es es de una enorme gravedad
  • El PP hacía trampas electorales con la financiación ilegal y ahora las hace con las redes sociales: con las mismas técnicas del Brexit, Bolsonaro o Trump

Carteles pegados en Usera, un barrio obrero de Madrid

Carteles pegados en Usera, un barrio obrero de Madrid

El PP hace trampas. Por sistema. Casi en cada campaña electoral. Lo hacía con la Gürtel, con Bárcenas, con la caja B, con Fundescam. Fue dopado a las urnas en numerosas ocasiones, con la ayuda de la financiación ilegal. Y cuando descubrimos las trampas del dinero negro, y el partido fue condenado por corrupción, empezaron con las nuevas trampas electorales del siglo XXI: las de los bots, las fake news y las redes sociales. Con las mismas técnicas de manipulación que aplicaron en el Brexit; las mismas que coronaron a Jair Bolsonaro o Donald Trump.

La campaña sucia para fomentar la abstención en la izquierda que ha destapado eldiario.es es de una enorme gravedad. Unas trampas que, de nuevo, apuntan al Partido Popular.

La persona que pagó miles de euros a Facebook para fomentar el «#yonovoto» en la izquierda se llama Josep Lanuza. Lanzó esos vídeos haciéndose pasar por un partidario de Íñigo Errejón y Más País, en una página titulada «Yo con Íñigo». Y el lema y el diseño de esa campaña fomentando la abstención de la izquierda es exactamente el mismo que el de miles de carteles, pegatinas y ‘flyers’ que han aparecido por toda España, en barrios populares donde la izquierda suele lograr muchos de sus votos.

Josep Lanuza asegura que esto lo hace «como una iniciativa meramente personal». El típico hobby en el que te gastas miles de euros, al parecer. Pero trabaja para una consultora política: la de Aleix Sanmartín, un especialista en este tipo de técnicas de manipulación electoral.

Aleix Sanmartín, en estas elecciones, está contratado por el PP y forma parte de su comité de estrategia electoral. Está en el núcleo duro de Pablo Casado para esta campaña. Es uno de sus principales asesores. También han contratado a su empresa para poner en marcha un ‘call center’ secreto desde el que van a llamar por teléfono a casi dos millones de personas, para influir en los indecisos a favor de Casado. En el PP, tras destaparse esta noticia, ahora se distancian de él –»Sanmartín colabora con nosotros»–. Y niegan que el PP esté detrás de esta campaña del #yonovoto.

En resumen: un empleado de una empresa contratada para la campaña por el PP ha pagado una campaña para desmovilizar a la izquierda, en beneficio del PP. Pero en el PP dicen que ellos no tienen nada que ver.

Para mayor gravedad, lo hacen suplantando una identidad: en nombre de la candidatura de Más País e Íñigo Errejón.

Ni siquiera es esta la única campaña sucia que está apareciendo en redes, ni tampoco el único nexo que relaciona esta campaña con el Partido Popular. También hay un joven militante de Nuevas Generaciones que está pagando en Facebook anuncios a favor del PP y contra Ciudadanos, PSOE, Podemos y Vox. Lleva gastados más de 17.000 euros, supuestamente de su bolsillo. El típico dinero del que dispone un joven para estas cosas. Se llama Javier Ager Solano y es el que aparece sonriente en esta foto junto a Pablo Casado.

Javier Ager Solano junto a Pablo Casado.

Javier Ager Solano junto a Pablo Casado NNGG del PP

Este mismo militante del PP, entre otros anuncios, ha pagado a Facebook para difundir vídeos contra Sánchez, que incluyen exactamente el mismo lema y diseño que los miles de carteles  pidiendo el #yonovoto que alguien ha pegado por las calles de decenas de barrios españoles. El mismo diseño y lema que también difundió el empleado de la empresa de asesoría política de Aleix Sanmartin, contratada por el PP.

Entre unas y otras, esta campaña opaca de anuncios favorables al PP ha tenido once millones de impresiones en Facebook. Repito: once millones. Es una publicidad segmentada que, además, se puede dirigir a aquellas provincias donde muy pocos votos pueden mover muchos escaños. La eficacia de estas técnicas de manipulación electoral, en todo el mundo, está bastante acreditada ya.

La respuesta del PP, negando cualquier relación con estas campañas sucias, se parece mucho a la que nos dieron en abril, cuando en eldiario.es descubrimos una red de bots que estaban amplificando los mensajes electorales de Pablo Casado. También entonces el PP nos aseguró que no tenían nada que ver, que no era cosa suya, que era solo una «iniciativa personal» de uno de sus militantes. Meses después, en septiembre, Facebook y Twitter confirmaron nuestra exclusiva: el PP había creado cientos de cuentas falsas para manipular el debate político en las redes sociales durante la campaña electoral.

Lo hicieron en las generales de abril. Muchos indicios apuntan a que lo están repitiendo en las generales de noviembre. Y ni siquiera es la primera vez.

Aleix Sanmartín también lo hizo en las elecciones andaluzas, también a sueldo del PP, contratado por Juanma Moreno como su principal gurú electoral. Desde su empresa, según explican varias fuentes, pusieron en marcha otra campaña de falsa bandera. Se hacían pasar por militantes del PSOE andaluz partidarios de Pedro Sánchez que pedían la abstención y fomentaban el voto nulo contra Susana Díaz. Eran vídeos como este, que se difundían a través de anuncios en Facebook.

No sabemos cómo de eficaz fue esta campaña sucia por la abstención de la izquierda en las elecciones andaluzas. Lo que sí sabemos es que la abstención de la izquierda fue muy superior a la esperada y, contra pronóstico, entregó la Junta de Andalucía al PP, a Ciudadanos y a Vox. También sabemos que el voto nulo se duplicó entre las andaluzas de 2015 y las de 2018: pasó del 1% al 2,2%. Fueron 40.000 votos nulos más, en unas elecciones donde un escaño costaba 33.000 votos.

La abstención de la izquierda le dio el gobierno a la derecha. Es exactamente lo mismo que la izquierda se juega el 10 de noviembre.

El #yonovoto difundido entre los votantes de la izquierda solo tiene un objetivo: llevar a Pablo Casado a La Moncloa. Al igual que en la campaña que diseñó Sanmartín para las andaluzas, la estrategia pasa por desmovilizar a la izquierda con mentiras y propaganda camuflada de lo que no es.

Para ello, en las andaluzas, utilizaron un sustrato muy real: que había muchos votantes del PSOE que no tragaban a Susana Díaz por su enfrentamiento con Pedro Sánchez. Ahora también hay un sustrato, que esta campaña sucia intenta usar para hacer germinar la abstención: el desencanto de una gran parte de la izquierda por el fracaso de las negociaciones entre el PSOE y Podemos.

Si la izquierda desencantada se queda en casa, Pablo Casado gobernará, igual que hoy lo hace Juanma Moreno: con el apoyo de Ciudadanos y la extrema derecha de Vox.


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