Ocho ‘kellys’ de Getafe denuncian represión sindical después de ser despedidas

Las camareras de piso formaron una sección sindical de CNT en el hotel EXE de Getafe y, poco después, empezó una conflictividad laboral que terminó con el despido de las trabajadoras. Ahora, luchan en los tribunales porque sea el propio establecimiento turístico el que las contrate y no vayan pasando de una subcontrata a otra.

Imagen de uno de los reiterados piquetes informativos que las afectadas, junto con otras personas que se solidarizan con la causa, realizan a las puertas del hotel Exe de Getafe. | CNT Villaverde

Un piquete informativos que las camareras de piso despedidas, a las puertas del hotel Exe de Getafe. | CNT Villaverde

Ocho camareras de piso, que trabajaban en el hotel EXE de Getafe, han denunciado a la empresa Exeo Gestión Integral S. L., subcontratada por el establecimiento de la cadena Hotusa, por contratos en fraude de ley y vulneración del derecho de sindicación, un delito del que también se acusa al  hotel por ser responsable solidario.

La creciente externalización de servicios en los hoteles, la subcontratación constante y la pérdida de derechos motivaron que las ocho trabajadoras de este departamento decidieran crear una sección sindical en su empresa. Esta iniciativa es la razón por la que ahora son despedidas, según aseguran.

Las camareras de piso fueron perdiendo derechos después de cada proceso de subcontratación

La génesis del conflicto tiene lugar en la madrileña localidad de Getafe. Allí, el hotel EXE contaba con los servicios de la empresa Selecta para limpiar y poner a punto las habitaciones. A mediados de febrero de 2018, la empresa encargada de la limpieza de las habitaciones cambió. Por eso, las trabajadoras fueron subrogadas, proceso por el que aunque cambie la empresa sus asalariados siguen ofreciendo el mismo servicio a la nueva compañía, que en este caso es Exeo Gestión Integral S. L., con la que mantendrán el conflicto hasta la actualidad.

Las trabajadoras optaron por pedir ayuda a sus compañeras organizadas en Las Kellys, desde donde les aconsejaron crear una sección sindical. Así fue cómo empezó su andadura en la CNT.

Una nueva gobernanta

Antes de que la empresa tuviera conocimiento de la existencia de esta sección, ya se había interpuesto una papeleta de conciliación por contratos en fraude de ley. Esta acción responde a que desde el sindicato opinan que las asalariadas ofrecen un trabajo sin el que el hotel no funcionaría con normalidad, por lo que no deberían tener un contrato de obra y servicio, sino un indefinido. Más tarde se comunicó a la empresa la creación de la sección sindical, a lo que esta reaccionó incorporando a la plantilla una nueva gobernanta directamente nombrada por Exeo, pero presentada como coordinadora de zona, según relata Alfonsi Asperilla, una de las camareras de piso involucradas.

Después llegó el primer despido: “Se deshicieron de Niurka —la antigua gobernanta— porque fue quien dio la cara”, desde el punto de vista de la trabajadora. Con la nueva gobernanta, que tan solo había empezado a trabajar tres días antes del despido de Niurka, empezaron los “procesos de conflictividad en el trabajo”, en palabras de Raúl San José, secretario de Acción Sindical de la CNT Comarcal Sur – Villaverde.

Una de las movilizaciones convocadas ante un hotel de la cadena Hotusa, responsable de Exe Getafe, con el que el conflicto sigue abierto. | CNT Villaverde

Una de las movilizaciones convocadas ante un hotel de la cadena Hotusa, responsable de Exe Getafe, con el que el conflicto sigue abierto. | CNT Villaverde

Boicots y sabotajes

Así fue como Niurka Patrón se convirtió en la primera despedida de todas. Según ella, desde Exeo utilizaron un “conflicto anterior y totalmente independiente” para despedirla de forma disciplinaria. “Por supuesto, lo denuncié y no quisieron conciliar, así que ahora estamos a espera de juicio”, añade la camarera de piso.

Preguntadas algunas camareras de piso sobre las acciones que llevaba a cabo la nueva gobernanta, estas no dudan en responder que boicoteaba su trabajo tirando líquido en las moquetas o ensuciando las habitaciones que no estaban ocupadas. Es más, Asperilla defiende que sufrió ataques personales por dejarla en evidencia delante del director del hotel.

El conflicto va en aumento

Los enfrentamientos llegaron hasta tal punto que la nueva gobernanta negó el acceso a la zona de trabajo a todas las trabajadoras, e incluso intentó llamar a la Policía, según declaran desde CNT Villaverde. Ante esta situación, el sindicato decidió comunicarse con la empresa con la intención de que cesaran las actitudes de acoso por parte de la gobernanta.

«Esta espiral de explotación se tiene que terminar de alguna manera”

El conflicto también repercute en la vida cotidiana de las trabajadoras. Araceli Martín, una de ellas, afirma que “ha habido mucho estrés”. En su caso particular, debe sacar adelante una hipoteca y dos hijos siendo madre soltera. Recapacitando sobre las posibles consecuencias que puede tener la denuncia pública del caso, piensa que “quizá pueda tener problemas a la hora de encontrar trabajo de nuevo, sobre todo en el mismo sector, pero esta espiral de explotación se tiene que terminar de alguna manera”.

Exeo continuó presionando y emprendió acciones ilegales como pedir veladamente a la CNT los nombres de todas las afiliadas de la sección sindical y, ante la negativa por parte del sindicato, alegaron «la imposibilidad de realizar el trabajo ordinario de las camareras de piso debido a la ‘falta o control de los medios’” por parte de la gobernanta que Exeo había nombrado; en términos de Raúl San José.

El despido masivo trajo movilizaciones

Finalmente, el 20 de junio despidieron a estas ocho camareras de piso. En ese mismo día, se publicó en Infojobs una oferta de trabajo en Madrid para 10 camareras de piso. “Al día siguiente desde Hotusa traen a una empresa de trabajo temporal (ETT) que da servicio tan solo un día”, afirma Asperilla. A la par, comienzaron las denuncias públicas.

La demanda por contrato en fraude de ley fue interpuesta al principio de todo el proceso y en el despido de las ocho trabajadoras tuvo sus resultados. La antigüedad fue reconocida y la indemnización correspondiente fue la relativa a un contrato indefinido. En la actualidad, la demanda que sigue su curso va contra Exeo y el hotel Exe. “Entendemos que este último también es responsable solidario de la vulneración de un derecho fundamental como es la libertad a sindicarte”, recalca Raúl San José.

Desde el sindicato siguen reclamando la readmisión de las trabajadoras

Desde la sección también reclaman la readmisión de las trabajadoras, que deberían ser contratadas directamente por el hotel al haber estado en cesión ilegal, y pagarles sus correspondientes indemnizaciones, según explica el sindicalista.

Las trabajadoras decidieron llevar su lucha al pie de calle y movilizaron una docena de piquetes informativos a las puertas del hotel. Además, la oleada de solidaridad se materializó en concentraciones para denunciar la situación a las puertas de otros hoteles del grupo Hotusa en ciudades como Salamanca, Barcelona, Santiago de Compostela o Málaga. Asimismo, desde la sección abrieron una caja de resistencia que en una semana consigue recaudar casi 2.500 euros.

La batalla continúa

Después del servicio prestado por la ETT, se contrató a una nueva empresa: Ecolimpieza, que llegó a proponer que si se reubicaba a las camareras de piso debería dejar de existir la sección sindical, según afirma la CNT.

«Ojalá nos uniéramos todas las camareras de piso para hacer una huelga general bien coordinada»

Por este motivo, desde el sindicato decidieron presentar una papeleta de conciliación por los despidos. Un día después, se pusieron en marcha las comunicaciones para que Exeo llevase a cabo la subrogación de las camareras despedidas y fuesen admitidas Ecolimpieza.

Las despedidas lo tienen claro: “No vamos a dejar de luchar, porque esta injusticia no puede seguir reproduciéndose”, asegura Areceli. «Ojalá nos uniéramos todas las camareras de piso para hacer una huelga general bien coordinada, porque los hoteles no pueden salir adelante sin nosotras”, concluye.

Ni Exeo ni la cadena hotelera han dado su versión de lo sucedido, a pesar de que desde Público se ha contactado con ambas compañías en varias ocasiones.