Podemos condena el golpe de estado en Bolivia, el PP lo niega y el PSOE no entra en la discusión “terminológica”

  • El PP sitúa el principio de la crisis política en «la manipulación de los resultados electorales por parte del oficialismo»
  • El PSOE condena la violencia y pide la mediación de la Conferencia Episcopal, Naciones Unidas y la Unión Europea


Policías y militares dispersan a manifestantes que protestan en contra del gobierno interino en la región de Senkata a media hora de La Paz, (Bolivia). EFE/Rodrigo Sura

Bolivia preocupa en España. Pero esa intranquilidad tiene muchos matices entre los distintos partidos políticos, especialmente a la hora de resolver uno de los debates que ha generado más argumentaciones: ¿la salida de presidente Evo Morales es fruto de un golpe de Estado? Para PP y Ciudadanos no, el PSOE evita entrar en «la discusión terminológica», mientras Podemos lo condena abiertamente. Aunque no ocupa tantas portadas como Venezuela, esto es lo que opinan las formaciones españolas sobre un conflicto que ha dejado 23 muertos y centenares de heridos.

El PP sitúa el principio de la crisis política de Bolivia en «la manipulación de los resultados electorales por parte del oficialismo» del presidente Evo Morales. Tras las elecciones del pasado 20 de octubre, en las que fue proclamado vencedor, el mandatario fue acusado de fraude, unas sospechas que el 10 de noviembre refrendaría un informe de Organización de Estados Americanos, que le acusaba de irregularidades. «Como ha demostrado la auditoría de la OEA, Evo Morales manipuló las elecciones y torció la legalidad para asegurarse un cuarto mandato consecutivo. Esto sí es un golpe de Estado en toda regla», explican desde Ciudadanos.

Con el objetivo de pacificar la situación, Morales aceptó convocar unos nuevos comicios, pero ya era tarde. El 9 de noviembre en la tarde, Williams Kaliman Romero, Comandante de las Fuerzas Armadas, sugirió al presidente «su renuncia». Evo Morales acabó exiliado en México. «Apoyamos el anuncio realizado por Evo Morales de celebración de nuevos comicios supervisados por nuevas autoridades electorales”, explica el PSOE en un comunicado firmado por Héctor Gomez, pero se muestran muy preocupados por el estallido de violencia: «Es evidente que este proceso se vio truncado por el intolerable hostigamiento callejero a dirigentes del MAS y familiares de Evo Morales y, especialmente, por la acción de la policía y el ejército boliviano, sobrepasando claramente sus obligaciones constitucionales de no realizar acciones políticas al sugerir la dimisión de Morales por boca sus altos mandos”. Aún así, en el comunicado evitan pronunciar la expresión «golpe de estado», alegando que «la discusión terminológica» aleja el debate de lo «verdaderamente importante».

Sin embargo, el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha sido más explícito durante una conferencia que el partido al que pertenece: «No podemos callar contra lo que es un golpe de Estado. Si hoy dejamos que esto pase en Bolivia, puede pasar en todos los sitios», se puede leer en unas declaraciones recogidas por EFE .

El Ministerio de Exteriores ha publicado varios comunicados en los últimos días en un sentido similar. El último, el pasado 18 de noviembre, donde condenó «tajantemente la escalada de violencia».

Al otro lado, Podemos se moja y habla de «golpe de Estado con todas las letras», tal y como expresó la portavoz Noelia Vera en la Ejecutiva del partido el pasado lunes. En plena negociación del futuro gobierno de coalición, los morados no creen que pueda ser un punto de fricción. Remiten al proceso de diálogo dentro de las Naciones Unidas, que ya ha designado a Jean Arnault como enviado especial.

¿Y ahora? Elecciones

El 13 de noviembre, y tras la renuncia de las autoridades en las que recaía la responsabilidad del Estado, la senadora de Unidad Demócrata Jeanine Añez se autoproclamó presidenta interina (1), al ser la segunda vicepresidenta de esa cámara. Sus escasos días de mandato no solo no han detenido la violencia, sino que a través del Decreto Supremo 4078, la dirigente ha dado a las Fuerzas Armadas (FFAA) y a la Policía Nacional Boliviana vía libre para reprimir las protestas y quedar exentos de cualquier responsabilidad penal, una medida que supuso un escándalo mayor que su ultracatolicismo o sus comentarios racistas. (2)

Ahora, la situación preocupa a los partidos consultados, que prefieren hablar de «autoridades interinas» cuando se les pregunta por la legitimidad de Añez. «Proponemos, al más corto plazo, la convocatoria por parte de las autoridades interinas de Bolivia de unas nuevas elecciones», reclaman desde el PP.

El PSOE concreta el calendario: un plazo máximo de 90 días. En el citado comunicado, los socialistas piden la mediación de la Conferencia Episcopal, Naciones Unidas y la Unión Europea”.

Los morados advierten de que debe ser una convocatoria «a la que todas las fuerzas políticas se puedan presentar con garantías».

Por su parte, Ciudadanos ya ha exigido a la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Federica Mogherini, que medie entre las partes «para evitar una escalada de la tensión» y celebrar elecciones con un nuevo Tribunal Electoral y con observadores internacionales y de la Unión Europea: «Estamos convencidos de que depende de la UE que Bolivia no se convierta en una nueva Venezuela«.

En relación a los artículos de:

  1. El País: La senadora Jeanine Áñez se proclama presidenta de Bolivia sin quórum en el Parlamento
  2. El  Español: Polémica, religiosa y en contra de los indígenas: así es Jeanine Áñez, la nueva presidenta de Bolivia

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