Unidos Podemos ofreció al PSOE pactar unos presupuestos alternativos hace seis meses y no tuvo respuesta

El grupo confederal presentó sus propias cuentas este lunes; los socialistas lo harán en las próximas semanas, y en ningún caso se plantearon presentar unos presupuestos alternativos comunes, aunque se les ofreciera en público y en privado. Precisamente, Pedro Sánchez participó en la elaboración de las cuentas alternativas de José Luis Rodríguez Zapatero desde la oposición, durante el Gobierno de José María Aznar.

Los líderes del PSOE, Pedro Sánchez, y de Podemos, Pablo Iglesias.-EFE

Los líderes del PSOE, Pedro Sánchez, y de Podemos, Pablo Iglesias // EFE

Unidos Podemos lleva seis meses ofreciendo al PSOE la opción de pactar unos presupuestos alternativos a los del Partido Popular, aunque los socialistas no han  aceptado esta propuesta. Fuentes del grupo confederal Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea explican a Público que la primera vez que aludieron a esta posibilidad fue en julio, en la primera -y única- reunión presencial de la mesa de colaboración parlamentaria que teóricamente iba a servir para plantar cara a las políticas de la derecha en el Congreso de los Diputados, y que hoy sigue en vía muerta-.

Y, mientras el PSOE lleva desde septiembre anunciando que presentará unos presupuestos alternativos a los de Rajoy para 2018 -sin que conste acuerdo parlamentario ni fecha para la llegada de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) a la cámara-, los llamamientos públicos y privados -más informales- del grupo confederal a los socialistas «siempre han quedado en el tintero». «Han dado la callada por respuesta», apostillan.

La idea de los presupuestos alternativos no es nueva; la puso en marcha  Zapatero cuando estuvo en la oposición, y el propio Sánchez ya colaboró en su propuesta

Siguiendo la línea adoptada en 2017-aunque adelantando los plazos con respecto a entonces-Unidos Podemos presentó este mismo lunes sus presupuestos alternativos. En su desglose se incluye el gravamen a la banca que tradicionalmente han llevado en su programa, y que desde hace un tiempo defiende también el líder del PSOE, Pedro Sánchez, así como una subida de impuestos a las rentas más altas -otra reivindicación común entre ambas fuerzas-.

Las coincidencias programáticas son evidentes, pero, de nuevo, el entendimiento ha sido imposible, como ha ocurrido también con la mesa de colaboración que en septiembre les convertía en «socios preferentes», en palabras de Sánchez, para que sólo tres meses después su secretario de Organización, José Luis Ábalos, les retirara esta distinción. Estos hechos, afirman las fuentes consultadas, viene a confirmar sus peores presagios: que el PSOE quiere «comerse el espacio electoral de Podemos», «haciendo lo que hace Podemos, sin Podemos»; que meramente se dota de la apariencia de partido de izquierdas cuando le interesa política o electoralmente.

Explican que, en los últimos seis meses, el mensaje que han transmitido al PSOE es que existía «la posibilidad de trabajar en una alternativa presupuestaria conjunta», de acordar un «marco» que después podría aterrizarse de un modo u otro. Previsiblemente, ambos presupuestos alternativos se materializarán después en enmiendas a las cuentas de Rajoy.

Hace algo más de una semana, el 21 de enero, el portavoz de Unidos Podemos en la Comisión de Presupuestos en el Congreso, Segundo González, volvía a invitar públicamente a los socialistas a presentar unos presupuestos conjuntos: «Son bienvenidos a esta forma de rebatir el proyecto de Presupuestos Generales del Gobierno». «Llevamos con la mano tendida al PSOE en cuanto a alianzas y presentar proyectos en conjunto desde hace tiempo», apostilló. De nuevo, sin respuesta.

Los presupuestos alternativos, práctica de Zapatero

Por su parte, el PSOE nunca tuvo intención de presentar de forma conjunta con Unidos Podemos unos Presupuestos Generales del Estado alternativos. De hecho, desde que Sánchez alcanzó la secretaria general del PSOE en junio de 2017, estaba en sus planes que el Grupo Socialista presentaría en solitario unas Cuentas del Estado propias y diferenciadas a las del Partido Popular.

Sánchez encargó hace meses a su responsable en el área económica, Manuel Escudero, la elaboración de sus propios presupuestos alternativos, que se harán públicos en las próximas semanas

La idea no es nueva, ya la puso en marcha José Luis Rodríguez Zapatero cuando estuvo en la oposición, y el propio Pedro Sánchez ya colaboró en la propuesta de dichos presupuestos alternativos al entonces Gobierno de José María Aznar.

En la etapa de Alfredo Pérez Rubalcaba se abandonó esta práctica, optándose por presentar una enmienda de devolución y, posteriormente, por buscar la negociación partida por partida.

Sánchez ha encargado desde hace meses a su responsable en el área económica, Manuel Escudero, la elaboración de dichos presupuestos alternativos, que se harán públicos en las próximas semanas.

El objetivo del PSOE es presentar un proyecto presupuestario creíble, progresista y diferenciado del que lleve al Congreso el Gobierno del Partido Popular, para demostrar que se puede gestionar el dinero público de otra manera, volcándolo en el gasto social y en la  inversión pública, sin por ello generar más déficit.

Por ejemplo, en las cuentas públicas del PSOE se incluirán subidas de casi dos puntos en inversión en Educación y Sanidad, recuperar el gasto que había antes de la crisis para la Ley de Dependencia, y subir el porcentaje en gasto social.

No obstante, todavía se están cuadrando los números, porque uno de los objetivos de Sánchez es que se presente un Presupuesto riguroso que pudiera ser perfectamente aplicable si el PSOE estuviera en el Gobierno.