Anticapitalistas y Podemos: seis años de altibajos desde el Teatro del Barrio hasta la despedida pactada tras el Gobierno de coalición

Pablo Iglesias junto a Kichi y Teresa Rodríguez.

Pablo Iglesias junto a Kichi y Teresa Rodríguez.

«No es bonito, no es hermoso, pero entre los que defendemos la justicia social no hay un adiós, hay un hasta luego». Con estas palabras, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, transmitía este miércoles en un vídeo difundido con Teresa Rodríguez un sentir que subyace en la marcha de Rodríguez de la dirección andaluza: es un anticipo de la previsible ausencia de Anticapitalistas de Vistalegre III y su próxima salida de Podemos, que se decidirá en una asamblea a finales de marzo, después de la Asamblea Ciudadana Estatal de Podemos.

Hace exactamente seis años, el 14 de enero de 2014, se lanzaba el manifiesto Mover Ficha, que firmaban, entre otros, el hoy vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias; Teresa Rodríguez; el actor Alberto San Juan; la profesora de Economía Aplicada Bibiana Medialdea; Jaume Asens; Isa Serra; Rita Maestre; Antón Gómez-Reino y Jorge Moruno. Tres días después, se presentaba en el Teatro del Barrio. Aquel día tomaban la palabra el propio Iglesias, Teresa Rodríguez, Miguel Urbán, Ana Castaño, Juan Carlos Monedero e Íñigo Errejón –que acababa de llegar de América Latina–.

Anticapitalistas, entonces Izquierda Anticapitalista –antes, cuando estaban en Izquierda Unida, eran Espacio Alternativo y su cabeza visible era Jaime Pastor–, era una de las patas sobre las que se lanzó Podemos: aquel día en el Teatro del Barrio, Urbán era presentado como secretario de Organización del partido.

Podemos, en aquel enero de 2014, era la decantación del 15M en la que confluían la asociación de estudiantes y profesores Contrapoder de la facultad de Políticas de la Universidad Complutense, la propia IA, activistas de diferentes movimientos sociales –Juventud sin Futuro, PAH, mareas, etc–, profesores vinculados con la Fundación CEPS y amigos que se conocían de militancias previas –IU, UJCE, MRG…–.

Poco después de aquella cita en el Teatro del Barrio, eldiario.es difundía el contenido de un boletín interno –enlace nº82–  en el que IA había fijado «los puntos políticos de la propuesta de proceso de cara a las elecciones europeas» en los días previos al lanzamiento del manifiesto Mover Ficha. «En este contexto», afirma la dirección de IA, «se nos abre la posibilidad de impulsar un proceso que culmine en una candidatura para las elecciones». ¿Cuáles son los factores determinantes? «La presencia de una serie de personalidades con proyección mediática como cara pública del proyecto [Pablo Iglesias, a quien no se le mencionaba], lo cual nos abre la opción de conectar con sectores de la población de izquierdas insatisfechos con las organizaciones tradicionales».

Las dificultades entre la familia troskista de Podemos y la dirección estatal han existido desde pocos días antes del Teatro del Barrio, en realidad. Fue cuando en el penúltimo minuto, Íñigo Errejón, recién llegado de América Latina, quiso retocar el manifiesto, a lo que se opuso vehementemente Urbán, participante del proyecto desde primera hora, ante un contrariado Iglesias.

Al final, el manifiesto quedó como estaba, sin las aportaciones de última hora de Errejón, y Podemos se presentó en sociedad en Lavapiés. Cinco meses después, en las elecciones europeas de mayo, irrumpió institucionalmente en la política española con cinco eurodiputados.

Pero antes de aquellos resultados, Teresa Rodríguez presentó una lista alternativa a la de Pablo Iglesias en las primarias para las elecciones europeas de mayo de 2014. Desde entonces, Anticapitalistas ha disputado los órganos de Podemos, con candidaturas en las dos primeras Asambleas Ciudadanas estatales.

La primera vez, fue en Vistalegre I, en octubre de 2014, cuando Rodríguez agrupó en torno así a diversos sectores llegados a Podemos tras su lanzamiento, entre ellos el propio Pablo Echenique. En aquella Asamblea se puso en juego el liderazgo del Podemos recién nacido, las personas e incluso el proyecto político. Fue cuando Iglesias dijo aquello del «asalto a los cielos» que ha acompañado toda la evolución del líder de Podemos hasta la vicepresidencia del Gobierno.

Vistalegre I representó la victoria de la primera dirección encabezada por Iglesias, con Monedero, Errejón, Luis Alegre y Carolina Bescansa. Alegre fue el primero en descolgarse, en otoño de 2016, mientras que la ruptura de Errejón y Bescansa llegó con Vistalegre II, en febrero de 2017.

Precisamente hace tres años, el 12 de febrero de 2017, concluyó esa Segunda Asamblea Ciudadana en la que Errejón y los anticapis, de nuevo, disputaron documentos y dirección a Iglesias, quien volvió a salir victorioso del máximo órgano del partido. Aún faltaría un año para que Errejón se escindiera, coincidiendo con el quinto aniversario de Podemos –17 de enero de 2018–, para lanzar un proyecto político nuevo con Manuela Carmena –Más Madrid, embrión de Más País–.

En todo caso, las relación entre Anticapitalistas y la dirección estatal han pasado por momentos mejores y peores y vivido situaciones de tensión. Por ejemplo, en otoño de 2016 Anticapitalistas y Ramón Espinar pactaron para ganar el proceso orgánico de Madrid a Rita Maestre y Tania Sánchez; en las campañas estatales ha habido unas veces más apoyo andaluz y otras menos; los afines a la dirección estatal presentaron una lista alternativa en torno a Isa Franco a la del equipo de Rodríguez en Andalucía; en las últimas europeas Urbán se situó en un puesto de salida para repetir como eurodiputado; y la dirección estatal respaldó a José María González, Kichi, para la reelección como alcalde de Cádiz.

Pero en los últimos tiempos las relaciones han ido empeorando. Por un lado, por la aspiración política de Rodríguez por convertir el espacio andaluz, Adelante Andalucía, en un sujeto político propio –hasta el punto de registrarlo como partido político–, con su censo, su CIF y su autonomía orgánica, poniendo como ejemplo a Catalunya en Comú. Una aspiración no compartida ni por la dirección estatal de Podemos ni por sus principales socios andaluces, Izquierda Unida.

Pero sobre todo, la oposición de Anticapitalistas a la idea del Gobierno de coalición con el PSOE: desde el principio de las negociaciones hicieron pública su oposición, y parte de su estrategia política pasa por representar el espacio de quienes no comparten cogobernar con el PSOE. La consulta a la militancia de Podemos supuso un revés para esas posiciones: registró en Andalucía un 96% de votos favorables a la entrada de Unidas Podemos en el Gobierno.

En el vídeo de despedida junto a Pablo Iglesias, Teresa Rodríguez cita varias veces su oposición a la coalicición, que no comparte pero dice que ojalá esté equivocada y desea suerte en el Gobierno a Iglesias y Unidas Podemos. 

Todo esto ha generado un clima preasambleario complicado, a lo que hay que sumar las tensiones por la posición sobre el procés, donde Anticapitalistas ha sido más próxima al independentismo; o el proceso electoral en Madrid, donde la familia política de Urbán y Rodríguez confluyó con IU en Madrid en Pie para el Ayuntamiento y, posteriormente, esa alianza de Madrid en Pie hizo lo propio con Podemos para la Comunidad. Es decir, de facto, Anticapitalistas operó ya  como un espacio político ajeno a Podemos en la Comunidad de Madrid.

Y esa es la deriva con la que se ha llegado a este miércoles, en el que Iglesias y Rodríguez han anunciado una separación amistosa en la que la hasta ahora líder de Podemos Andalucía renuncia a presentarse a la reelección en mayo. En esa separación está siendo clave el papel de Urbán, para evitar que la salida sea abrupta.

La fecha de la Asamblea andaluza también ha sido objeto de polémica, en tanto que la convocatoria de la tercera Asamblea Ciudadana Estatal para el tercer fin de semana de marzo ha alterado el calendario andaluz, en contra de los deseos de Rodríguez, cuya dirección llegó a acusar de «injerencia» a la dirección estatal hace unas semanas.

«No vamos a presentarnos, debe dirigir el proyecto un nuevo equipo que esté en sintonía con la organización estatal», explica Teresa Rodríguez en el vídeo difundido este miércoles en las redes sociales con Iglesias, con quien se funde en un abrazo. «Tomamos la decisión respetando el proyecto de Adelante Andalucía: sigue siendo oportuno y necesario ese espacio amplio de la izquierda andaluza», prosigue Rodríguez en tono de despedida: «Eso no significa que no sigamos encontrándonos. Deseo suerte a Pablo, a su equipo y a la dirección andaluza».

El Consejo Ciudadano Estatal que convocó el Vistalegre III, que se celebrará en la Cubierta de Leganés (21-22 de marzo), también decidió que el resto de procesos regionales, autonómicos y locales, se celebraran después. Es decir, Rodríguez ha tenido que posponer dos meses, a mayo, la Asamblea Ciudadana Andaluza que en noviembre pasado había anunciado para marzo también.

A partir de ahora, la renuncia de Rodríguez y la previsible ausencia de Anticapitalistas de Vistalegre III anticipan que anticapis, en el último fin de semana de marzo, acabe dejando Podemos.

«Quiero dar las gracias por hacer las cosas así, cuando un grupo no está de acuerdo no sólo es legítimo, sino que es lógico que emprenda su camino», ha dicho Pablo Iglesias. «No ha sido habitual en la izquierda», ha añadido, justo un año después de la salida por sorpresa de Iñigo Errejón para lanzar un nuevo proyecto político con Manuela Carmena. «No es bonito, no es hermoso, pero entre los que defendemos la justicia social no hay un adiós, hay un hasta luego, trabajando por lo que nos une», afirma Iglesias: «Estoy seguro que nos seguiremos encontrando. No es un adiós es un hasta luego».

Seis años después de participar en su lanzamiento, la familia troskista parece estar haciendo las maletas para dejar Podemos.


+info relacionada: Pablo Iglesias y Teresa Rodríguez separan sus trayectorias políticas con un abrazo – cuartopoder.es, 12-02-2020