Así dejó Ribera Salud el hospital de Torrevieja: 200 empleados menos, quirófanos cerrados y equipamiento trasladado a otro centro privatizado

Hospital de Torrevieja.

Hospital de Torrevieja

El hospital de Torrevieja y todo su departamento de salud volvió a la gestión pública directa de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública el pasado 16 de octubre, una vez finalizado el contrato de 15 años adjudicado en la época del PP a la empresa Ribera Salud.

Esta es la segunda área sanitaria gestionada por la mencionada empresa que recupera el Gobierno valenciano, tras hacer lo propio con la del hospital de Alzira en abril de 2018, el primero que se privatizó.

La consellera de Sanidad, Ana Barceló, reprochó a Ribera Salud las continuas trabas que puso para obstaculizar la recuperación del servicio al no remitir días antes de producirse la reversión la información requerida “pese a los cinco autos que el TSJCV ha dictado a lo largo de todo un procedimiento contencioso por la litigiosidad en la que convirtió Ribera Salud esta finalización de la concesión”.

Este jueves, en el pleno de las Corts Valencianes, interpelada por Ciudadanos, Barceló dio más detalles de la situación en la que Ribera Salud dejó el departamento de salud de Torrevieja una vez dejó de gestionarlo.

Según la consellera, en materia de recursos humanos, “la política de despidos llevada a cabo un mes antes de la reversión privó al departamento de 200 profesionales, dando por finalizados sus contratos”, lo que dejó una actividad asistencial de mínimo: “Quirófanos cerrados, plantas cerradas, múltiple equipamiento compartido con el departamento de salud del Vinalopó que gestiona la misma empresa (un equipamiento que días antes del 16 octubre había sido trasladado allí), el TAC en arrendamiento con finalización del contrato coincidiendo con la reversión, el equipo de resonancias con múltiples problemas técnicos, sin laboratorio de análisis clínicos, sin laboratorio de anatomía patológica, con un almacén inhabilitado y demoras por las nubes”.

Además, según Barceló, “varios jefes de servicio sinergiados entre Torrevieja y el Hospital del Vinalopó, regresaron al hospital de procedencia (el del Vinalopó), dejando vacantes jefaturas de servicio como las urgencias, urología, neurofisiología, rehabilitación, radiología o anatomía patológica”.

A esto se une que “varios cargos intermedios dejaron puestos estratégicos en el departamento (como el del supervisor de quirófanos, supervisora de atención primaria, o el jefe de zona básica de Guardamar tentados por la empresa con mejores contratos)” y servicios que partían de plantillas extremadamente reducidas: “un neurólogo, dos dermatólogos, un cirujano vascular, un cirujano torácico, cuatro radiólogos, dos reumatólogos, dos anatomopatólogos o tres urólogos”.

Por todo esto, la conselleria tuvo que que reconstruir desde recursos humanos el departamento: “Como explicaré ahora, la empresa concesionaria había procedido a la descapitalización progresiva del departamento, tanto en personal como en tecnología. Voy a explicarles cual era la política de la empresa concesionaria que desmanteló el departamento de Torrevieja justo antes de la reversión”, proclamó Barceló.

Eliminación de servicios

Según detalló la consellera, Ribera Salud eliminó algunos servicios y redujo otros como, por ejemplo, admisión y documentación clínica, informática y sistemas de información, radiología, anatomía patológica, laboratorio, microbiología y hematología.

Además, “mantenía una política de externalización de la actividad a empresas propias del grupo Ribera Salud como B2B, Ribera Salud Tecnologías, Ribera Salud Proyectos o Lab Ribera, siendo práctica habitual la externalización de la actividad asistencial a empresas privadas, entre otras, neurocirugía, neurorradiología, radiología intervencionista, radioterapia, reproducción asistida, la Unidad de Autismo, el hospital de día en salud mental, radiología, anatomía patológica, neurofisiología, medicina nuclear y cirugía cardíaca”.

La responsable de Sanidad afirmó que “el escenario descrito dejó poco margen para reaccionar, pero aún así se procedió de forma inmediata y, desde la incorporación del departamento a la gestión pública, a fecha 23 de marzo, la plantilla ha pasado de 1.043 a 1.793 trabajadores, un incremento del 58%”.

A pesar de la situación y en medio de la pandemia, la tendencia de los indicadores ha cambiado en el área quirúrgica y se ha contenido la demora en radiología y consultas mientras que la lista de espera quirúrgica está en 62 días, una de las mejores de la Comunitat Valenciana, 5 días por debajo que en febrero de 2021 (67 días).

Respecto a enero-marzo de 2021, cuando el departamento estaba en manos de Ribera Salud, “se ha incrementado el número de intervenciones quirúrgicas: de 2.147 a 2.457; se ha incrementado el porcentaje de cirugía mayor ambulatoria: de 74,4% a 79,7%; se ha disminuido la estancia media hospitalaria de 7,18 a 6,86 días; se ha disminuido la demora estructural a primera consulta especializada: de 30 a 25 días; se ha disminuido la demora estructural a primera consulta de 31 a 28 días; en resonancia magnéticas ha pasado de 30,01 días la demora de 2021 a 26,32 la de marzo de 2022; y en cuanto a TAC, ha pasado de 36,08 días de demora media en marzo de 2021 a los actuales 31,39”.

“La planificación sanitaria de la red pública se ha diseñado en los 20 años de gobiernos del PP en función de los intereses de las empresas adjudicatarias del modelo concesionario, y la decisión de incorporar el departamento de Torrevieja a la red de gestión pública sanitaria tras 15 años, una vez finalizó el contrato, le aseguro que fortalece y refuerza la sanidad pública”, concluyó Barceló.