Así lo recoge el último BOE que tras aprobar unas cuentas que destinaban 7.638 millones a Defensa, el 30 de noviembre se realizaron unas modificaciones que subían la cifra hasta los 9.000 millones de euros
Ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal | Foto: Ministerio de Defensa
El último Boletín Oficial del Estado recoge la ejecución presupuestaria que tras las modificaciones del 30 de noviembre de 2017, han provocado un aumento en el presupuesto destinado a Defensa. Incluso antes de estas modificaciones que elevan las cuentas de 7.639 millones a casi los 9.000 millones de euros, la inversión ya era mayor que en el año anterior que no superaba los 5.788 millones de euros. La cifra actual vuelve a colocarse en niveles similares a los de 2012, en el que el gasto final, es decir, el real y no el presupuestado, fue el más elevado.
Desde Civio, Eva Belmonte asegura que este crecimiento en los presupuestos vía Decreto-Ley es un sistema que se ha venido utilizando en los últimos ejercicios y que “inyectaba cientos de millones extra en verano”, todo para el “pago de programas especiales de armamento, y que el Constitucional tumbó en 2016”, ha recordado.
En la sentencia, que responde a un recurso presentado por varios grupos parlamentarios (PSOE, IU, ICV, CHA y UPyD) contra el crédito de 2014, el Constitucional consideró que el uso de los “decretazos” para aprobar pagos no está justificado y anuló la decisión sin tocar las “transferencias ya realizadas y de presupuestos anteriores (2014 y 2015)”.
“Así, en 2016 el Gobierno no pudo aprobar ese crédito extraordinario, y aplazó a 2017 el pago de 717 millones de euros destinados a sufragar estos programas de modernización de las Fuerzas Armadas. El presupuesto inicial de 2017, así, incluye después de muchos años de ocultarlo en la aprobación de los PGE, una previsión sobre el coste de estos programas especiales: unos 1.800 millones para los pagos atrasados de 2016 y los correspondientes a 2017”, explica Belmonte.
La consecuencia es que los presupuestos destinados a Defensa para este año han crecido casi dos mil millones y aunque ya se contemplaba este sobrecoste en los presupuestos iniciales, la estrategía de inflar el gasto final continúa utilizándose.
