Calviño se resiste a abrir el grifo de las ayudas directas a empresas pese al clamor de patronales, autonomías y de Podemos

En principio, nada nuevo se aprobará en el Consejo de Ministros del próximo martes de cara al sector turístico, ni en hostelería o comercio. Desde Economía dicen que se están estudiando, para «las próximas semanas, nuevas medidas para apoyar la solvencia de las empresas» más afectadas por la pandemia.

La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño.

La vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, se sigue resistiendo a abrir el grifo de las ayudas directas o de aportar inyecciones de capital al sector de la hostelería, el comercio y del turismo en general, pese a ser un clamor del empresariado, de las comunidades autónomas y hasta de su propio socio de Gobierno, Unidas Podemos.

Al menos hasta este jueves, cuando se celebra la reunión de subsecretarios que prepara el Consejo de Ministros, no estaba previsto llevar ninguna nueva medida de apoyo a estos sectores de cara a la reunión del Gobierno del próximo martes, pero fuentes del Ministerio de Economía aseguran que «se están estudiando nuevas propuestas para apoyar la solvencia de las empresas».

Dichas fuentes no quieren precisar si serán ayudas directas, pero sí apunta que podrán estar más dirigidas a ampliar o completar las medidas ya adoptadas que, fundamentalmente, se basan en créditos ICO y en exenciones de cuotas a la Seguridad Social o de impuestos, además de los ERTE.

Desde el Ministerio de Economía se considera que  a través de estas vías, ya se han aportado de fondos públicos más de 48.000 millones de euros que se consideran, de hecho, como ayudas directas.

Entre las nuevas medidas se pueden contemplar ampliar los plazos de los pagos e, incluso, se baraja la condonación de parte de los créditos en función de determinadas circunstancias, pero todo está en fase de estudio.

La propia vicepresidenta admitió hace unos días que se adoptarán medidas «en las próximas semanas para evitar que los problemas de liquidez se conviertan en problemas de solvencia para las empresas viables», afirmó Calviño.

Tres frentes

Sin embargo, desde tres frentes se reclama a Calviño que no se puede esperar más semanas, que la situación es muy crítica y que está en juego la supervivencia de un amplio tejido empresarial.

Uno de estos frentes es el del propio sector turístico que, además de estar armándose para acudir a los tribunales para denunciar su situación, exige ayudas directas como las que se han aplicado en otros países. Pero hay otros sectores empresariales afectados por la pandemia que están también en situación muy precaria y que se están sumando a esta petición. Y hasta la propia presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín, pidió el pasado miércoles ayudas a Pymes y autónomos en forma de capital, no sólo a través de créditos.

De la misma opinión son la mayoría de las comunidades autónomas, especialmente, las más vinculadas al sector turístico. Distintos dirigentes autonómicos han pedido al Gobierno que adopte más medidas de forma urgente para ayudar al sector, y en su mayoría piden que sean directas y de capital.

Desde Unidas Podemos apuestan abiertamente por la puesta en marcha de estas ayudas directas a las empresas y reconocen que están en negociaciones con Calviño acerca de esta cuestión. Sin embargo, no se refieren a ningún plazo concreto, ya que prevén que el debate se prolongará durante un tiempo hasta que pueda haber un acuerdo en este sentido.

Unidas Podemos dicen que están en negociaciones con Calviño para la puesta en marcha de ayudas directas

A juicio de los de Pablo Iglesias, es crucial mantener vivo el tejido productivo y empresarial del país hasta que la ansiada recuperación económica llegue (a partir del segundo semestre de 2021) y los negocios puedan volver a tener niveles de demanda aceptables. En ese trayecto, y en los meses duros que quedan por delante, Unidas Podemos apuesta por una política expansiva y de inversión del Estado que garantice la supervivencia del mayor número de empresas posibles.

Según el diagnóstico de la formación morada, en la actualidad la mayoría de las empresas sufren problemas de liquidez, problemas que se podrían suavizar con la inyección de ayudas directas. Si no se apuesta por esta política, consideran, se corre el riesgo de que los problemas de liquidez de los negocios acaben derivando en problemas de solvencia.

En este sentido, defienden que se puede rescatar y ayudar a una empresa a la que le falta liquidez, pero no a una insolvente. La insolvencia, además, afectaría directamente al empleo y la ausencia de ayudas directas podría poner en riesgo el esfuerzo realizado con los ERTE y derivar en una importante destrucción de los puestos de trabajo.

En este momento el debate en el seno del Gobierno de coalición no solo giraría en torno a poner o no en marcha ayudas directas, sino también a los mecanismos elegidos para ello. En este sentido, se podría optar por recapitalizaciones que ayuden a las empresas a afrontar la coyuntura y el difícil camino que queda hasta la llegada de la recuperación.