- La salida de la gerente de Atención Primaria se suma a los ceses de los responsables de Asistencia Sanitaria y el Summa 112 en pleno conflicto por la reapertura de las urgencias extrahospitalarias y la saturación de los centros de salud
- — La gerente de Atención Primaria de Ayuso presenta su dimisión en plena crisis por las urgencias
Isabel Díaz Ayuso y Enrique Ruiz Escudero // Europa Press / Jesús Hellín
La presidenta de la Comunidad de Madrid presume de tener el Gobierno más estable de España. En esta breve legislatura, Isabel Díaz Ayuso no ha realizado ningún cambio en su gabinete, pero esa afirmación no es extrapolable a otros escalones de su Ejecutivo. Y si una consejería se ha visto especialmente afectada por ceses, renuncias y dimisiones ha sido la de Sanidad, un departamento que ha cobrado especial importancia tras la pandemia y que vive enquistados conflictos en la región.
La última en dejar su cargo ha sido la gerente asistencial de Atención Primaria, Sonia Martínez Machuca. Anunció su dimisión este lunes, en plena crisis por la reestructuración de las urgencias extrahospitalarias, que llevan funcionando a medio gas desde marzo de 2020. Desde la Consejería de Sanidad alegaron que esta médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria presentó su renuncia “por motivos médicos y personales”, pero su futuro al frente de la gerencia se preveía conflictivo, con una huelga indefinida de los trabajadores de los Servicios de Atención Rural (SAR) recién convocada para el próximo 25 de octubre.
“La decisión de dimitir de la gerente de Atención Primaria es consecuente con el desastre y el caos generado por el Gobierno de la Comunidad de Madrid en la Sanidad Pública madrileña, y más concretamente con su nefasto Plan de Atención Primaria, con su ofensivo y demoledor plan para las Urgencias de Atención Primaria, con su abandono a la población usuaria de la Sanidad Pública y con su desprecio a los trabajadores y trabajadoras de la Sanidad, con más ahínco después de su gran esfuerzo durante la pandemia”, reaccionaba el secretario general de CCOO Sanidad de Madrid, Mariano Martín-Maestro.
La dimisión, que llega en pleno conflicto por la remodelación de las urgencias extrahospitalarias que supone un recorte de personal respecto al que había antes de la pandemia, se produce tres meses después de la reestructuración llevada a cabo por Ayuso en la consejería de Sanidad. En julio ya hubo un baile de nombres en el departamento que dirige Enrique Ruiz Escudero. Algunos fueron reubicados y otros se quedaron descolgados del Gobierno regional.
Fue el caso del que era hasta ese momento director general de Asistencia Sanitaria y Aseguramiento del Servicio Madrileño de Salud, Jesús Vázquez, que llevaba en el puesto menos de un año. Vázquez había tenido que lidiar con los volantazos de Ayuso y Escudero en la gestión de las urgencias extrahospitalarias. Primero, intentaron minusvalorar su importancia. Después, dijeron que reabrirían solo algunos de los SUAP que habían cerrado por la pandemia. Luego, que serían todos cuando en cuanto fuese posible. Por el camino, las protestas de profesionales sanitarias y vecinos que se manifestaban frente a diferentes centros de salud.
Además, a las puertas del verano, la consejería de Sanidad puso en conocimiento de los centros de salud un nuevo procedimiento por el que se mandaba a las enfermeras atender y derivar pacientes cuando no hubiera médicos, pese a no tener competencias para hacerlo.
“No son gente del partido. Los trabajadores los conocen y saben lo que significan estas políticas para la atención primaria, así que se los cargan o se van ellos”, señala una fuente sindical sobre los movimientos en la consejería de Sanidad. En los de julio, se produjeron ocho ceses y nombramientos. En esa remodelación, ganó relevancia Pedro Irigoyen, a quien Escudero puso al frente de una nueva viceconsejería de gestión económica, con competencias similares, pero con más peso a las que ya tenía. También sumó galones Fernando Prados Roa, que cesó como director general de Hospitales e Infraestructuras Sanitarias, donde coordinó el Hospital Enfermera Isabel Zendal, para ser nombrado viceconsejero del Proceso Integrado de Salud.
Prados asumió en septiembre una nueva responsabilidad. La de Salud Pública que dejaba el hasta entonces viceconsejero Antonio Zapatero, a quien Ayuso fichó para dirigir el hospital de Ifema en lo peor de la pandemia y a quien luego puso al frente de la COVID-19. El cese, aseguró entonces el vicepresidente Enrique Ossorio, se producía “a petición propia”, pero la decisión fue tomada, según fuentes de Sol, entre la presidenta y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que le nombró nuevo responsable nacional de Salud Pública del partido. En la Comunidad de Madrid dejó unas listas de espera de casi 900.000 personas.
“Aclarar el futuro de los trabajadores de los SUAP”
A quien sí se le comunicó su cese, que se hizo efectivo con fecha de 1 de agosto de 2022, fue al gerente del Summa 112, Pablo Busca, que llevaba en el cargo siete años. En su despedida, Busca envió una carta en la que reconocía que se iba con “orgullo” pero también con la “decepción de no haber podido tener la oportunidad de afrontar desde esta posición el futuro más inmediato de este Servicio”. Además, admitía que “quedan muchas cuestiones por resolver”, como “aclarar el futuro de los trabajadores de los SUAP”.
Este mismo martes se ha conocido también el cese del gerente del Hospital Clínico San Carlos, José Soto, que se suma al del Gregorio Marañón, Joseba Barroeta. “Yo no tengo que valorar ni poner en tela de juicio ni el trabajo ni el nombre de ningún gerente de ningún hospital en la Comunidad de Madrid. La consejería de Sanidad está llevando a cabo la renovación de algunos directivos, sobre todo algunos que llevan décadas al frente, como un proceso habitual en todas las administraciones”, justificó la presidenta Ayuso a preguntas de los periodistas.
Una de las dimisiones más sonadas a las que se ha enfrentado el Gobierno regional ocurrió en la anterior legislatura, una suerte de primer tiempo que el ejecutivo ha utilizado para evitar rendir cuentas de lo que ocurrió entre mayo de 2019 y mayo de 2021, fue su directora de salud pública. Yolanda Fuentes dejó su cargo en mayo de 2020, ante el riesgo de “colapso” de las UCI en el empeño de Ayuso se pasar a la fase 1 del plan de desescalada. Desde entonces, Fuentes no ha ocultado su descuerdo con lo ocurrido aquellos días. “Dimití tras horas intentando convencer de que no cometieran una barbaridad”, llegó a escribir en su cuenta de Twitter.
Aclaro:
-no dimití en los medios, lo hice en silencio tras horas intentando convencer d q no cometieran una barbaridad.
-no decido x opiniones, sólo x informes técnicos.
-no haberse relacionado con su DGSP en tal tsunami dice más de usted q de mí.
-olvídeme https://t.co/smGXt8SFX3— Yolanda Fuentes🇪🇸🏳️🌈🇮🇨🏴 (@_YolandaFuentes) December 26, 2021
Cinco meses después de la de Fuentes se produjo la dimisión de Marta Sánchez-Celaya al frente de la gerencia asistencial de Atención Primaria, el mismo puesto que vuelve a quedar ahora vacante. El personal de esta puerta de entrada al sistema de salud madrileño lleva años reclamando mejoras. Sánchez-Celaya renunció en octubre de 2020 tras aprobar un plan con el que bloqueo un amago de huelga de los médicos y las médicas de familia. En él, la consejería se comprometía a llevar a cabo reformas estructurales, equiparaciones salariales, subidas de sueldo, medidas coyunturales y una estrategia para ocupar plazas de difícil cobertura, para superar el colapso que vivían los centros de salud, en un momento en el que los hospitales también estaban saturados y la administración dedicaba recursos en personal al Zendal.
“Una relación complicada”
Cuando Martínez Machuca tomó el relevo, el plan tardó poco en quedar en papel mojado. En diciembre de aquel año, el departamento madrileño de Hacienda se opuso a esa estrategia y el Gobierno de Ayuso impuso uno nuevo, sin el acuerdo de la mesa sectorial. En marzo de 2021, los sindicatos convocaron una huelga que, pese a tener un seguimiento del 80%, duró una sola mañana. La misma en la que la presidenta convocó elecciones anticipadas.
“Nuestra relación con ella [Martínez Machuca] ha sido complicada. Desde los incumplimientos de la huelga de primaria y de los acuerdos de 2020 con el plan ‘Ayuso 1’, la transformación e imposición de lo que llamamos el plan ‘Ayuso 2’, y desde Amyts hemos pedido su dimisión con anterioridad a todo este sinsentido que se está produciendo con el nuevo modelo de urgencias extrahospitalarias, que en realidad parece ser una especie de paso a una atención continuada con insuficiente personal”, señala la secretaria general del sindicato, Ángela Hernández, que espera que “venga otra gerente que sepa escuchar mejor a los profesionales”.
La líder de Más Madrid, Mónica García, fue este lunes la primera en exigir a la presidenta regional explicaciones por la dimisión de su gerente de Atención Primaria. “Es un toque de atención que demuestra que el plan de Ayuso es inviable y debe rectificar”, escribió en su cuenta de Twitter. El grupo parlamentario ha registrado una petición de comparecencia del consejero de sanidad para conocer el motivo de los diferentes cambios en la gerencia de Atención Primaria y en los equipos de dirección de hospitales públicos.
Dimite la gerente de Atención Primaria de Ayuso por la chapuza con las urgencias que llevan más de 900 días cerradas. Es un toque de atención que demuestra que el plan de Ayuso es inviable y debe rectificar.
— Mónica García (@Monica_Garcia_G) October 17, 2022
“Llevamos un año en Madrid encadenando rectificaciones, cambios de planes, ceses, dimisiones de directivos de la sanidad pública. Improvisando”, criticó el portavoz del PSOE en la Asamblea, Juan Lobato, que pidió “parar un momento y resolver este problema de una vez”. “Lo que, por desgracia, está haciendo el Partido Popular con este magnífico sistema sanitario que históricamente hemos tenido es desmantelarlo, desproveerlo de recursos profesionales, de recursos económicos”, lamentó, para pedir un “pacto por la salud”. “Después de llevar casi 1.000 días con los servicios de urgencias de atención primaria cerrados y con una huelga en ciernes. Esto demuestra que el modelo de negocio que tiene la señora Ayuso sobre la sanidad pública es insostenible hasta para ellos mismos”, aseguró la portavoz de Unidas Podemos, Alejandra Jacinto.
Más allá de las dimisiones, el vicepresidente Ossorio aseguraba a finales de septiembre que los cambios llevados a cabo por el propio Gobierno dentro de la consejería de sanidad respondían a la necesidad de “ser un revulsivo” tras la pandemia y de dar “todavía más pasos” en la mejora del servicio. “Por eso se hicieron una serie de cambios para que sea una organización más moderna”, aseguró el número dos de Ayuso.
Entre tanto, la presidenta ha evitado aclarar si contará con su consejero de Sanidad en un hipotético Ejecutivo si consigue gobernar tras las elecciones del próximo mes de mayo. “Es muy pronto para hablar del futuro de la siguiente legislatura, de los nombres de mi futuro Consejo de Gobierno Lo que estamos haciendo en la actualidad es trabajar como llevamos haciendo desde el primer día, con un gobierno estable, probablemente el gobierno más estable de España si tenemos en cuenta las crisis que ha habido en otros”, dijo Ayuso, obviando que dinamitó su propio gabinete hace menos de un año y medio.
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