Consuelo Císcar, la corrupción de la cultura con el PP de Camps y Zaplana

Consuelo Císcar junto a su marido, Rafael Blasco, en el circuito urbano de Fórmula 1 de València en una imagen de archivo.

Consuelo Císcar junto a su marido, Rafael Blasco, en el circuito urbano de Fórmula 1 de València en una imagen de archivo

Cultura de la corrupción o corrupción de la cultura… Consuelo Císcar, exdirectora del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) nombrada en su día por Eduardo Zaplana, ha sido condenada por prevaricación administrativa y malversación por utilizar fondos públicos del museo para promocionar la obra de su hijo Rafael Blasco Císcar (Rablaci) por todo el mundo, tal y como adelantó elDiario.es el pasado sábado. A pesar de que la Fiscalía solicitaba inicialmente una pena de prisión de doce años para Císcar, la exdirectora del IVAM ha sido condenada a año y medio de prisión -una pena que ha quedado suspendida y condicionada a que no delinca en el plazo de dos años y a que abone la cantidad impuesta en concepto de responsabilidad civil pendiente- y a dos años y seis meses de inhabilitación para empleo o cargo público en la Comunitat Valenciana.

No es esta la única causa judicial que tiene abierta la ex responsable del museo valenciano. Císcar también ha sido procesada por gastar 3,4 millones de euros de dinero público del IVAM en casi un centenar de obras que supuestamente eran de Gerardo Rueda, el escultor de cabecera de José María Aznar. Junto a 40 creaciones auténticas se adquirieron más de medio centenar de reproducciones realizadas tras la muerte del artista en una actuación que sirvió para enriquecer «ilícitamente» al hijo del escultor, José Luis Rueda, también encausado. Las acusaciones piden para Císcar penas de entre 6 y 12 años de prisión, además de enfrentarse a una indemnización millonaria. El juicio se celebra el próximo otoño, a partir del 2 de noviembre.

Consuelo Císcar, hermana del exsecretario de Organización del PSOE Ciprià Císcar y mujer del exdirigente popular Rafael Blasco, condenado por el desvío de fondos que debían haber sido destinados a ayudas al tercer mundo cuando era conseller de Cooperación con Francisco Camps, fue la apuesta del entonces president de la Generalitat Valenciana, Eduardo Zaplana, para la dirección general de Museos, Promoción Cultural y Patrimonio. Posteriormente, fue nombrada secretaria autonómica de Cultura hasta que, con la llegada de Francisco Camps al Gobierno valenciano, fue designada responsable del emblema de la cultura valenciana, el Institut Valencià d’Art Modern, cargo que ocupó entre 2004 y 2014, cuando fue relevada del cargo por el entonces president, el popular Alberto Fabra.

La gestión de Císcar al frente del IVAM se caracterizó por los excesos y las irregularidades. En junio de 2015, ya con Ximo Puig al frente del Ejecutivo autonómico, un informe de la Intervención General de la Generalitat sobre la gestión del museo entre 2009 y 2013 reflejó diferencias de hasta el 1.520% entre el precio de adquisición de las obras de arte y el valor real de mercado.

Esta más que cuestionable dirección le ha llevado a estar inmersa en dos causas judiciales, una de ellas con sentencia firme en la que ha reconocido las prácticas que se le imputaban. Así, Rablaci (a quien no se le ha imputado ningún delito) y sus obras recorrieron tres continentes con cargo a los fondos públicos del museo valenciano, protagonizando exposiciones en países como Portugal, Singapur, China, Japón, Cuba, Guatemala, Argentina, República Dominicana… unos viajes que según las investigaciones policiales también disfrutó Rafael Blasco. La segunda, por la adquisición de obras falsas de Gerardo Rueda, le llevará a sentarse de nuevo en el banquillo en los próximos meses.

Blasco-Císcar, un clan con gran patrimonio

La familia de Rafael Blasco y Consuelo Císcar ha amasado en los últimos tiempos, en los que ambos han estado muy próximos al poder al ocupar altos cargos en los diferentes gobierno del Partido Popular en la Comunitat Valenciana, un inmenso patrimonio: 51 propiedades y suman una extensión global de 267.000 metros cuadrados, tal y como desveló hace unos meses un documental de la televisión pública valenciana À Punt sobre la trama de corrupción presuntamente liderada por el exconseller.

Este más de medio centenar de propiedades, la mayoría bienes inmuebles ubicados en las provincias de València o Castellón, habrían sido fruto de adquisiciones, herencias o donaciones. El reportaje rastrea el patrimonio de uno de los personajes más relevantes de la política valenciana y el de sus familiares más allegados, varios de los cuales están siendo investigados en diferentes tramas de corrupción.

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