Del ERE de Aguirre a la ley de Ayuso: los intentos del PP por controlar la información y el dinero de Telemadrid

Los efectos a medio y largo plazo del cambio de ley de Ayuso sobre Telemadrid están por ver. Pero muchos de los protagonistas, profesionales y políticos, ya apuntan a una vuelta a épocas más «oscuras»

Foto de Archivo: Isabel Díaz Ayuso acude a la presentación del nuevo libro de la expresidenta regional Esperanza Aguirre.

Foto de Archivo: Isabel Díaz Ayuso acude a la presentación del nuevo libro de la expresidenta regional Esperanza Aguirre // Óscar J.Barroso / Europa Press

«Es la economía, estúpido». Esta famosa cita, atribuida a un asesor de Bill Clinton en 1992, puede servir para entender una parte de lo que ha pasado en Telemadrid durante los últimos años. Si a la ecuación se le suma el irremediable control político que ha querido ejercer el PP sobre el servicio público, el resultado desemboca en el cambio de ley que aprobó el jueves la Asamblea de Madrid gracias también a la abstención de Vox. Todo apunta a que el resultado inmediato, que conoceremos pronto, será la destitución del actual director general José Pablo López. Los efectos a medio y largo plazo están por ver. Pero muchos de los protagonistas, profesionales y políticos, ya apuntan a una vuelta a épocas más «oscuras».

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Para analizarlo en profundidad hay que retroceder hasta el Gobierno de Esperanza Aguirre. Durante nueve años, la cadena perdió credibilidad. No era difícil escuchar a mucha gente decir que había desintonizado el canal. Hubo acusaciones de manipulación, fichajes sorprendentes (Dragó o Tertsch presentando informativos, por ejemplo) y externalización de programas como modo de gestión. Precisamente aquí, según varias fuentes consultadas, se encuentra una de las claves. Y aparecen, recurrentemente, dos nombres propios: el grupo de comunicación Secuoya y Miguel Ángel Rodríguez. El actual jefe de gabinete de la presidenta Isabel Díaz Ayuso, entró a formar parte como consejero de la empresa en 2011. Los sindicatos comenzaron entonces ya a denunciar el «saqueo» de Telemadrid para trocear el presupuesto y dárselo a «productoras amigas».

A principios de 2013, ya con Ignacio González como presidente autonómico, se ejecutó un ERE que terminó afectando a 829 trabajadores. Un destrozo que provocó una enorme movilización social y jurídica de los sindicatos. Tanto el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ese mismo año, como el Tribunal Supremo, en 2014, sentenciaron que los despidos eran ilegales.

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Una de las personas que luchó en los tribunales contra aquel proceso es Jacinto Morano, abogado de profesión y actual diputado de Unidas Podemos-IU en la Asamblea madrileña. «El ERE fue el primer capítulo de todo esto», afirma a Público. La empresa tuvo entonces que decidir si recuperaba a los trabajadores o los indemnizaba. «Salvo algunas excepciones, en lugar de recuperarlos, se gastaron más dinero público en no producir contenido propio. Porque querían echarlos a toda costa, querían liberar esos puestos de trabajo para darlo a productoras amigas», señala Morano.

Para Hugo Martínez Abarca, actualmente diputado de Más Madrid, la trayectoria de Telemadrid ha sido «un reflejo» de las instituciones madrileñas. «Cuando se crea la Comunidad de Madrid nadie entiende qué es la región. Los madrileños se dieron cuenta de qué era gracias a Telemadrid. La primera Telemadrid la veía mucha gente, el Telenoticias de Hilario Pino lo veía todo el mundo», señala. Llegó entonces el famoso «tamayazo». «Y Telemadrid se convierte en el símbolo de lo que era Madrid: corrupción, mentiras, ilegalidades con los trabajadores», destaca Martínez Abarca.

Uno de los afectados por el ERE, aunque luego tuvo que ser readmitido, fue Luis Lombardo, presidente del Comité de Empresa. En el año 2016 participó en una Comisión de Estudio sobre la auditoría del endeudamiento y la gestión pública. En su discurso enumeró una serie de dispendios económicos a productoras o profesionales afines: los 2,8 millones de euros para Sánchez Dragó, los 8,6 millones para la productora de Sáenz de Buruaga, los 2,8 para la de Melchor Miralles, los salarios de Tertsch, Cristina Tárrega, las subvenciones a José Luis Garci…

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Para Lombardo, según relata a este medio, la explicación del paso dado ayer solo se entiende por la «falta de convicción democrática y de no creer en los servicios públicos del PP de Madrid». Los recuerdos del trabajador de la etapa Aguirre se llenan de calificativos como «utilización». «La línea editorial perseguía vender el posicionamiento de Aguirre. Se usaba incluso para atacar a Gallardón o Rajoy. Y con la gestión económica, en aquella etapa se duplicó la plantilla sin oposiciones. Triplicaron el organigrama y esto suponía un dispendio de recursos que llevaron a la ruina económica y profesional», afirma.

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Llega Cristina Cifuentes al Gobierno. La aritmética parlamentaria cambia. El PP necesitaba a Ciudadanos para cualquier trámite. Se producen entonces cambios en Telemadrid. Los principales tienen que ver con el modelo de elección tanto en el Consejo de Administración como en el director general. Para esto último se necesitarían desde aquel entonces una mayoría de dos tercios del parlamento.

Curiosamente, la izquierda, representada entonces por Podemos y PSOE, se opuso a la nueva ley. «La ley actual tiene cosas que no nos gustan. Se convirtió un ente público en una sociedad, con lo que, si alguien quisiera cerrar Telemadrid, hoy es más fácil que antes de la ley de Cifuentes. Pero a cambio es más incontrolable y era más autónoma», señala Martínez Abarca, diputado de Podemos en ese período.

«No les quedó otra que cambiar el paso. Se incorporaron ciertos mecanismos que permitían trabajar de forma independiente«, reconoce Lombardo. «Ahora, una vez que tienen más poder, sin pudor han decidido volver a asaltar Telemadrid y hacerse con los mandos», añade.

Morano y Martínez Abarca, compañeros de grupo parlamentario entonces, recuerdan que también se abstuvieron en el nombramiento de José Pablo López. «Resultaba demasiado afín al PP y el concurso no fue suficientemente abierto», explica Morano. López venía de una cadena como 13TV, aunque anteriormente también había trabajado en La Sexta. «No es un director de izquierdas, ni ha hecho una Telemadrid de izquierdas. Ha sido bastante blanca informativamente y no da informaciones obscenas. Hay líneas que no hemos compartido, pero es que no tiene que ser la televisión de Más Madrid sino la una pública de todos. Y ahí la han recuperado claramente», apunta Martínez Abarca.

Ambos denuncian «el riego de dinero a productoras afines y opinadores» de la época Aguirre. Algo que ha cambiado. «Se ha internalizado mucha producción, hay ahorro para Telemadrid y hay productoras que hacen menos negocio y las que hay se han diversificado. Estoy convencido de que la parte del negocio es más causa del acoso que ha sometido Ayuso que la propia línea editorial», apunta el de Más Madrid.

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«Fulminando a esta dirección general y no habiendo mayorías posibles para otra dirección general por dos tercios, tienen mucho tiempo para subcontratar a productoras amigas. La gran diferencia no es ideológica, es de modelo de gestión. Ha habido una mejora respecto a Aguirre pero el PP no puede tener queja de tratamientos informativos. Había un dinero de fondos públicos que no estaba destinado a hacer subcontratas a amiguetes y eso no podía pasar», denuncia Morano.

Datos oficiales de la propia cadena, que se pueden consultar en el Portal de Transparencia, destacan que en 2016, antes de la entrada de la nueva dirección, las dos productoras que más facturaron para la cadena pública (Boomerang TV y Cuarzo) aglutinaban el 75% del presupuesto ejecutado de producción de contenidos. En 2018, las dos principales productoras de contenidos de Telemadrid (Unicorn Content y Cuarzo Producciones) representan el 35%. En 2020, 26 empresas productoras y de servicios audiovisuales trabajaron para Telemadrid frente a las 15 que lo hacían en el 2016 o las 22 del año 2017.

El “trauma político” de Ayuso con TeleMadrid y los roces con Cs

«Ayuso tiene una especie de trauma político con Telemadrid«. Así lo afirman a este medio fuentes internas de la cadena conocedoras de las tripas políticas de la redacción. Lo explican de la siguiente manera: Cifuentes le encargó a Ayuso gestionar la nueva ley. Al PP se le vuelve en contra desde el primer día en el que ven que va a haber una dirección independiente y una gestión independiente. Empiezan a ir contra Cifuentes desde dentro del partido. Pero quien terminó recibiendo las críticas fue la propia Ayuso. Ella quedó en parte desterrada dentro del PP y a ojos de Cifuentes. «La herida más grande política que tiene la actual presidenta es Telemadrid«, afirman esas fuentes.

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La hemeroteca de aquellos momentos ha sido muy usada estos días en redes sociales. Y es que Ayuso afirmaba lo siguiente: «Ahora hay un modelo que les da miedo porque no lo pueden controlar; pero tienen que estar tranquilos, porque nosotros tampoco. Por primera vez hay un medio de comunicación público en España que nadie va a controlar». «Ella hizo la ley por seguidismo, no porque se lo creyera. Y luego le hicieron el vacío en el partido, ahora se quiere resarcir», destaca una de las fuentes consultadas.

Desde dentro se cuenta que pronto empieza a haber ciertos desencuentros con López y la nueva dirección. Algo que estalla por completo con el caso Cifuentes. Las llamadas, según apuntan algunas fuentes, de la jefa de comunicación para intentar controlarlo eran incesantes. «Habían hecho una televisión independiente y les estalló en las manos».

Internamente, López y la nueva dirección también tienen sus detractores pese a la mejora. Y a algunos les chirría que se convierta en un mártir. En este sentido se abre una nueva línea de conflicto. «López recurrió a Ciudadanos para mantener su silla. Se echó en brazos de Ciudadanos y quería conectar con todo el mundo, quería quedar bien con todos los partidos, ejercer una especie de diplomacia. Pero la muerte de Ciudadanos es la muerte de José Pablo«, destacan. En efecto, fuentes del partido naranja confirman a este medio una situación de constante hostilidad entre el PP y la cadena pública a cuenta de la visibilidad de Ignacio Aguado, vicepresidente, y otros integrantes del Ejecutivo Regional. «El PP nunca consideró que Telemadrid tuviera que darle el mismo valor a Ciudadanos que a ellos. Ni eso, ni que se criticaran los errores de Ayuso», destacan desde el partido naranja, actualmente sin representación en la Asamblea.

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Fuentes cercanas a la actual dirección del ente reconocen a este medio que desde el principio nunca cayeron bien. Tampoco a Cifuentes. Cuentan que el director general no ha podido nunca sentarse con Miguel Ángel Rodríguez porque nunca ha querido. «Ha ido directamente a destruir porque no se obedecía», afirma un trabajador de la cadena.

Ya en la campaña electoral de 2019 se vio que la relación iba a ser complicada. Con el debate electoral hubo tensión por la fecha elegida y por acusaciones de que a Ayuso no le funcionaba la tablet a propósito. Desde entonces, cuentan las mismas fuentes, el «acoso» ha llegado por diferentes vías. Incluso se mandó una inspección, en plena pandemia, de la Comunidad de Madrid a la empresa, algo que nunca había sucedido. A Ayuso le sentó mal que se hablara en la cadena del caso del apartamento de Kike Sarasola o determinado enfoques sobre el Hospital Zendal. El último episodio llegó precisamente esta misma semana, casi a modo de epílogo. La cuenta oficial de Twitter de la Comunidad de Madrid señaló que era falsa una información de la cadena sobre un fallo de seguridad que había reconocido la propia empresa que gestionaba los datos. Otras señales del «ninguneo» han venido con la externalización del último acto del 2 de mayo y de la investidura. O un goteo de declaraciones, como la realizada por Ayuso en una entrevista a El Mundo en febrero: «Soy la única presidenta autonómica y del Gobierno de España que tiene una televisión que le es crítica», dijo. «Nunca han querido llegar a acuerdos. En su proyecto no estábamos», afirman desde la cadena.

Sobre el sistema de gestión, internamente se saca pecho de los datos y del equilibrio en los gastos de producción y realización ya que aprovecharon los recursos propios. «Se ha diversificado mucho y nadie tenía el negocio completo». Lo que pueda pasar a partir de ahora es una incógnita. Revocar el sistema actual sería difícil, por el ajustado presupuesto actual. No se descarta tampoco, dicen estas fuentes, que pudiera precisamente darse lo contrario. Es decir, reforzar la plantilla con cesiones a los trabajadores para crear una suerte de paz social.

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En el entorno de la dirección comentan que el día que entraron sabían que les quedaba un día menos para salir. «Lo que no pensábamos es que fuera a ser tan repentino», añaden.

¿Y ahora qué?

La mayoría de fuentes consultadas apuntan a que el efecto inmediato de la nueva ley va a ser el despido fulminante de López. Algo que podría suceder ya la próxima semana. El nuevo «administrador provisional», que no tiene límite de tiempo, tiene que ser ratificado solo por la mitad de diputados. Un pacto entre Vox y PP bastaría. No haría falta una mayoría reforzada de dos tercios. «La ley se crea ad hoc para echar una persona. Exclusivamente para ello. Se genera una capacidad de bloqueo por el PP para mantener al administrador nombrado. Con esta reforma blindan el control de Telemadrid incluso aunque pierdan las elecciones si no hay nuevas mayorías de dos tercios», explica Morano.

En el punto de mira, según varias de las fuentes consultadas, también se encontrarían personas como el director de Informativos, Jon Ariztimuño, el director adjunto, Jaime García Treceño. Aparte, una figura relevante es Silvia Intxaurrondo. La presentadora puso en aprietos a Díaz Ayuso en una entrevista que se hizo viral el pasado mes de octubre.

Para Martínez Abarca, el riesgo es que se convierta en una televisión de propaganda de la derecha más dura. «Algo a cambio tiene que tener Vox», destacan fuentes de la plantilla. «A Más Madrid o la izquierda no le va a perjudicar porque lo que van a conseguir es que la gente progresista quite Telemadrid de su dial. Cuando se hace una cosa tan obscena es que no se van a cortar un pelo», alerta el diputado

El cambio de ley ha llegado en el primer pleno de la nueva legislatura. «La primera medida que va a tomar este Gobierno es hacerse con la radiotelevisión pública madrileña. Es un elemento fundamental para todo lo que venga después, todas las políticas privatizadoras, ultraliberales, van a a estar bien tratadas, maquilladas«, alerta Lombardo. Además, dicen que estarán atentos tanto al salario del nuevo administrador general, ahora mismo limitado a 97.000 euros, como al coste de los programas. «Ya veremos si no se triplican».

Desde su punto de vista, la gente ha avalado estos años de gestión. «El crédito con la ciudadanía se ha recuperado y la ciudadanía ha vuelto a conectar con Telemadrid y Onda Madrid. Vuelven a vernos y respaldarnos. Eso se nota», afirma el sindicalista. En audiencia, los dos canales de RTVM (Telemadrid y LaOtra) han crecido de forma sostenida y constante durante los últimos cuatros años, de 4,9% en 2017 a 6,3% de media conjunta en 2020

La decisión de Ayuso ha contado con el rechazo de numerosas organizaciones profesionales. Muchas de ellas firmaron un manifiesto por la libertad de información esta misma semana. «Esto no es una pelea que solo tenga que dar el Comité de Prensa, es una pelea del conjunto de la sociedad porque el servicio público les pertenece», concluye Lombardo.

 

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