Demostrado fuera del laboratorio: las vacunas funcionan con la variante más preocupante del virus

Las vacunas siguen dándonos noticias excelentes. Durante los últimos meses estábamos preocupados por la aparición de variantes del virus, pero los estudios más recientes confirman que las vacunas siguen siendo muy eficaces.

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Sergio Pérez / Reuteurs

Espera, ¿cuáles eran las razones que las variantes nos preocupasen?

Como hemos explicado otras veces en el blog, las variantes del virus están causadas por mutaciones en su material genético.

Ese material genético es el ‘libro de instrucciones’ que el virus utiliza para multiplicarse. Si las instrucciones cambiaban demasiado, los nuevos virus podrían ser tan diferentes que el sistema inmunitario de una persona vacunada no los reconociese.

¿Y por qué hemos tardado tanto en saber si las vacunas funcionan frente a las variantes?

Porque hasta que no hemos tenido datos de las campañas de vacunación reales era imposible asegurarlo con certeza.

¿Y no había otros métodos?

Las vacunas que están en el mercado empezaron a desarrollarse hace más de un año, inmediatamente después de la detección del virus: las variantes aún no habían aparecido. Por entonces se sabía que el virus podría mutar, pero era imposible predecir las mutaciones concretas que dominarían su evolución.

Una vez aparecieron las variantes, se publicaron numerosos estudios sobre la efectividad de los anticuerpos generados por la vacuna. La idea era la siguiente:

  1. Tomas muestras sanguíneas de personas que han sido vacunadas.
  2. De esas muestras, extraes los anticuerpos que se desarrollaron en respuesta a la vacuna.
  3. En el laboratorio ‘juntas’ esos anticuerpos con el nuevo virus. ¿Los anticuerpos reconocen el nuevo virus? ¿Se enganchan a él? ¿Lo bloquean para evitar que infecte células humanas?

¿Qué problema hay con ese método?

Esos experimentos son muy interesantes, pero tienen algunas limitaciones:

  1. Los anticuerpos no son la única respuesta de nuestro sistema inmunitario frente a la vacuna. Además de anticuerpos también se generan por ejemplo linfocitos B y T.
  2. Son experimentos ‘in vitro’. Y muchas veces en biología es difícil trasladar las conclusiones alcanzadas ‘in vitro’ a sistemas ‘in vivo’. (O, dicho de otra manera: la biología es mucho más complicada que la física).

En todo caso, ¿qué variante preocupaba más en esos estudios de anticuerpos?

La variante sudafricana, conocida técnicamente como B.1.351.

Este estudio publicado en marzo en la revista Nature Medicine encontraba que en el 40% de las personas vacunadas o convalecientes, sus anticuerpos no tenían actividad frente a esa variante.

¿Y ya tenemos resultados de las vacunaciones reales frente a la variante sudafricana?

Sí. Acaban de ser publicados en The New England Journal of Medicine los resultados de la campaña de vacunación en Qatar.

Qatar fue uno de los países que más pronto empezó a vacunar con Pfizer (el 21 de diciembre). Desde ese momento, el país sufrió una ola con la variante británica (desde mediados de enero) y otra ola con la variante sudafricana (desde mediados de febrero).

La vacuna demuestra una efectividad del 75% frente a la infección con la vacuna sudafricana. Y más de un 90% de efectividad frente al desarrollo de la enfermedad grave.

Estos resultados se suman a los que ya conocíamos en los ensayos de Janssen en Sudáfrica (64% de efectividad 28 días después de la segunda dosis) y los recién publicados por Novavax también en Sudáfrica (49,4% de efectividad).

Alberto Sicilia | Doctor en física teórica y reportero en Egipto, Grecia, Ucrania, Irak y Siria. En este blog os propongo que exploremos juntos el mundo, desde los avances científicos a la política internacional.


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