El 44% de las frutas y verduras de España cuentan con restos de pesticidas

España es el país de Europa que más plaguicidas ha empleado en su huerta con 75.190 toneladas al año, según los datos del Eurostat.

Una mujer compra fruta en un mercado de Zaragoza // César Manso / AFP

El uso intensivo de plaguicidas en la huerta española es cada vez más evidente. Tanto es así que el 44% de las frutas y verduras tuvieron en 2019 residuos de fertilizantes, según los datos de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). El porcentaje, según las estadísticas recopiladas por Ecologistas en Acción en un análisis reciente, desciende hasta 34% si incluye dentro del análisis otros alimentos como la carne y los cereales, también contaminados por el uso de pesticidas.

Si bien el número de residuos químicos encontrados en las más de 2.300 muestras analizadas son altos, tan sólo el 1,17% de los alimentos tuvieron unos valores de riesgo que sobrepasaran los límites legales. En el caso de las frutas y verduras, el porcentaje de productos contaminados por encima de lo marcado por las leyes europeas asciende levemente hasta el 1,27%.

Para Ecologistas en Acción, uno de los elementos más preocupantes es que en la categoría de alimentos infantiles se hayan encontrado 16,1% de muestras contaminadas. Además, la contaminación en mariscos y pescados es demasiado elevada ya que el 32% de los productos analizados sobrepasaban el límite establecido por la normativa europea.

El lindano, un pesticida que continúa contaminando ríos españoles pese a estar prohibido desde 2008  – Alejandro Tena

En total se han detectado residuos de 107 plaguicidas diferentes. No obstante, existen algunos productos analizados que han concentrado una gran variedad de residuos químicos. Es el caso de las fresas, que de media tendrían restos de hasta 37 plaguicidas diferentes, las manzanas, con 35 plaguicidas distintos, o las lechugas, con 34. Tal y como marcan las directivas europeas y los seguimientos de calidad y seguridad alimentaria, el uso de pesticidas no tiene por qué ser perjudicial para la salud. Sin embargo, los datos revelan que al menos el 62% de los productos químicos encontrados se encuentran fuera del campo de análisis de la AESAN, es decir, plaguicidas que se siguen empleando en el campo español pese a no estar permitido su uso en ningún caso.

Además, entre los plaguicidas que si pudieron ser analizados por la AESAN, al menos el 31% están prohibidos salvo autorizaciones excepcionales otorgadas por las Administraciones. La mayor parte de ellos, se utilizaron para el cultivo de vegetales, legumbres, frutas y hongos, aunque también en cereales y en productos vitícolas. La presencia de estos fertilizantes en algunos alimentos responde a las autorizaciones que el Estado español concede a agricultores para hacer frente a situaciones de plaga o riesgo para la cosecha.

No obstante, para Ecologistas en Acción que haya un 31% de pesticidas prohibidos salvo casos excepcionales es un porcentaje demasiado alto para tratarse de sustancias cuya autorización responde a eventos muy puntuales. «Corresponde a la Administración de España analizar las causas de la elevada presencia de plaguicidas no autorizados en los alimentos españoles».

España, a favor del dicloropropeno, un pesticida «no autorizado» por el reglamento europeo – Alejandro Tena

España, líder en uso de plaguicidas

Como ya ocurrió con los datos relacionados con el año 2018, España vuelve a ser el país que más plaguicidas utilizó en Europa durante 2019. De hecho, el país ha incrementado su uso al pasar de las 73.092 toneladas a las 75.190 toneladas en tan solo un año, según los últimos datos publicados por el Eurostat.

Así, España se enfrenta ante el reto obligado de disminuir el número de plaguicidas tal y como dicta la normativa europea «De la granja a la mesa» y la Directiva sobre el uso sostenible de plaguicidas, que establecen una reducción de la presencia de químicos en el cultivo agrícola del 50% para finales de década. Ecologistas denuncia que el Gobierno no solo no está actuando en esa línea sino que está disminuyendo el número de controles e inspecciones. De hecho, los últimos datos de la AESAN reflejan que en los últimos tres años se ha rebajado el número de muestras analizadas.