El BCE ya paga a algunas grandes empresas por prestarles dinero ¿qué pasa con las pymes?

Análisis //

  • Un 20% de los bonos adquiridos por el BCE en su programa de compras de deuda de empresa está en tasas negativas
  • El coste de financiación bancaria de las empresas en los últimos doce meses ha caído un 18%
  • El tamaño sigue siendo determinante para beneficiarse de tipos de interés favorables

Yellen y Draghi, estrellas en retiro de banqueros centrales de Jackson Hole

Mario Draghi, gobernador del BCE // EFE

La deuda pública y privada ha sido uno de los grandes caballos de batalla de la recesión. Si su exceso fue la causa, el cierre del grifo del crédito para las empresas la empeoró. Los esfuerzos del Banco Central Europeo se han centrado con especial fuerza en el último año para que este vuelva a fluir.

El último de los pasos dados por el organismo ha sido el programa de compra de bonos de empresas, anunciado en marzo y con el que comenzó en junio a comprar bonos de empresas no financieras.

Este programa ha llegado en el caso europeo en un momento de tipos de interés mínimos, lo que ha hecho que en la práctica las grandes compañías hayan llegado incluso a cobrar al BCE por comprar su deuda.

De hecho, el  último informe del organismo muestra que el 20% de los bonos adquiridos está en tasas negativas.

El BCE no puede intervenir dando ayudas directas a los estados y la fórmula que ha ideado, siguiendo los pasos de la Reserva Federal, es la de compra cierto tipo de deuda para la que está autorizado en los mercados. Las características del programa del BCE obligan a que la deuda que compre el organismo sea «elegible» como garantía en las operaciones de crédito del Eurosistema ya que, a la postre, es dinero de los contribuyentes.

Esto quiere decir, que en la práctica solo las grandes empresas son susceptibles de que se compren sus emisiones de deuda, puesto que entre las condiciones se encuentra que tengan una nota de «inversión» de una agencia de calificación. Una condición que no cumplen la mayor parte de las pymes.

Así, el BCE ha comprado desde el 8 de junio de este año hasta el 15 de julio un total de 10.400 millones a empresas no financieras. El organismo ha comprado bonos de 175 emisores diferentes con un tipo de interés de entre el -0,3% y el 3%. El límite negativo del -0,3% se sitúa por encima del -0,4%, que es el suelo marcado por lo que cobra el BCE a los bancos por dejar su dinero en él y con lo que no perdería dinero con estas operaciones.

Las compras de bonos de empresas en los mercados han hecho que baje el tipo de interés al que cotizan los bonos de las grandes compañías. Algo que ya ocurrió con los bonos de deuda estatales cuando el BCE comenzó con su programa de deuda soberana. En su último boletín, el organismo calcula que 11 de los 16 puntos básicos que se han reducido en los márgenes de los bonos corporativos se debe al anuncio de este programa en marzo. ¿Pero qué pasa con las pymes?

Las críticas llegan sobre si con estas prácticas el organismo está realmente reactivando la economía o simplemente dando ayudas públicas a las grandes empresas como Telefónica, Repsol o Iberdrola. De hecho, estas dos últimas han realizado emisiones a medida para que el organismo las compre, según publicó el diario económico The Wall Street Journal.

En concreto, la colocación de la petrolera fue de 500 millones de euros el 1 de julio, mientras que Iberdrola realizó una operación por 200 millones de euros el 10 de junio, dos días después de que comenzara la andadura del programa de compra de deuda corporativa del BCE.  Otras de las grandes compañías que se han beneficiado de las compras de deuda del BCE, que realiza a través del Banco de España, han sido: Gas Natural, Red Eléctrica de España (REE), Enagas, Abertis, Mapfre y Redexis.

«Ha sucedido ahora porque el BCE ha ido quemando cartuchos. El objetivo último es que circule el dinero», apunta Javier Santacruz, economista y profesor del IEB. «Es forzar el crédito», insiste y explica que el BCE no tiene ningún control legalmente sobre cómo utilizan las empresas esta financiación, aunque señala que a estas no les interesa acumular caja.

La financiación bancaria

El último informe sobre financiación bancaria elaborado por la Fundación BBVA y el IVIE apunta que su coste para las empresas españolas ha bajado un 18% en los últimos doce meses, un porcentaje que sube hasta el 45% si se toman los últimos cuatros años.

El crédito a las pymes lleva creciendo de forma ininterrumpida desde octubre de 2013. Así, en 2014 el crédito a estas empresas aumentó un 8,9% y el año pasado lo hizo un 13%. En los cinco primeros meses de este año, el crecimiento se ha ralentizado hasta el 5,8% (respecto al mismo periodo del año pasado), aunque el informe considera que «sigue siendo una tasa considerable que confirma la recuperación del crédito para financiar nuevos proyectos de inversión».

«El tamaño empresarial es determinante del coste de financiación bancaria y, tanto en Europa como en la eurozona, las empresas de mayor tamaño se benefician de menores tipos de interés», también señala el informe.

Este informe señala que el sobrecoste de las pymes españolas con respecto a sus homólogas de la Zona del Euro llegó a alcanzar un máximo de 152 puntos básicos en abril de 2013, cuando el tipo de interés de un préstamo en España era del 5,36%. Desde entonces, apunta este documento, el coste se ha reducido un 48%, hasta situarse en el 2,8%. En las grandes empresas, el sobrecoste que se pagaba respecto a sus homólogas europeas era menor siendo de 120 puntos básicos a finales de 2013 y se sitúa en la actualidad en los 38 puntos básicos.

El riesgo que se presupone a una empresa pequeña frente a una grande, sobre todo si esta última está cotizada, es lo que más afecta en el precio del coste de la financiación.

Ante la dificultad de que las operaciones del BCE trasladen una rebaja del crédito a la economía, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) incrementó sus esfuerzos por financiar a las pymes. Otro recurso apoyado en dinero público para facilitar crédito en España es el ICO, que ofrece préstamos a un interés de entre el 2,45% TAE a un año hasta del 5,09% a 20 años.

En España, las empresas pequeñas tienen, además, una alta dependencia de la financiación que proviene de los bancos, lo que las hace estar cautivas ante la facilidad o no de estos de abrir el grifo del crédito. Precisamente, para evitar esta dependencia en los últimos años se han ido creando diferentes iniciativas que buscan aumentar sus fuentes de financiación como el MARF, el Mercado Alternativo de Renta Fija, o la Ley del Fomento de la Financiación Empresarial que regula formas como el crowfunding o el crowdequity.


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