España se niega pero aumenta la presión para que el Gobierno apoye la liberalización de las patentes de las vacunas covid-19

Plataformas ciudadanas afirman que, ante la opacidad en las negociaciones con las farmacéuticas, es el momento de liberar patentes. Los estados pertenecientes a la OMC se reúnen hoy de nuevo para debatir la propuesta de India y Sudáfrica para facilitar el libre acceso universal.

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Foto: Hospital Clínic

Gobiernos del mundo se vuelven a sentar este jueves en la misma mesa para negociar una propuesta de India y Sudáfrica que pide la liberalización de las patentes de las vacunas covid, así como pruebas de diagnóstico y otras tecnologías mientras dure la pandemia, en el seno del Consejo de los Acuerdos sobre los Derechos de Propiedad Intelectual con el Comercio (ADPIC). Este Consejo está formado por todos los países presentes en la Organización Mundial del Comercio (OMC).

El pasado 20 de noviembre España se negaba a dicha concesión, secundando la postura de EE UU, Japón y el resto de países de la UE. Alegan que los acuerdos ADPIC ya incluyen métodos para flexibilizar el acceso a estos tratamientos, pero las organizaciones sociales advierten de que esos mecanismos son muy lentos porque hay que ir “caso por caso y país por país” y presionan para que dé un giro en su postura.

“En un contexto de evidente tensión entre la fabricación de vacunas y la alta demanda que hay de estas, además de la absoluta falta de transparencia en los contratos que las compañías farmacéuticas están firmando con los diferentes gobiernos, suspender las patentes relacionadas con el covid daría entrada a más productores y, en este sentido, aceleraría la producción y bajarían los precios”, explica Raquel González, responsable de Relaciones Externas de Médicos Sin Fronteras.

González avisa de que los líderes europeos, incluido Pedro Sánchez, han reconocido que las vacunas han de ser un bien común. “Dicen una cosa y hacen la contraria. Incluso en el propio seno de la Unión Europea se están planteando la posibilidad de obligar a algunas farmacéuticas a que compartan su patente con otros laboratorios para acelerar la producción. Esto es lo que estamos pidiendo que apoyen, o al menos que no obstaculicen, en el seno de la OMC”, sentencia.

Tras la aparición de los primeros contratos firmados entre la UE y las farmacéuticas se desvelan cesiones de propiedad intelectual y cláusulas que impiden el reparto de los excedentes entre terceros países

Y es que, tras la aparición de los primeros contratos firmados entre la UE y las farmacéuticas en donde, entre tachón y tachón, se desvelan precios ocultos, cesiones de propiedad intelectual y cláusulas que impiden el reparto de los excedentes entre terceros países, las organizaciones consideran que se hace más evidente la necesidad de que desaparezcan dichas patentes.

“Lo que estamos viendo hoy con los problemas de suministro y de falta absoluta de transparencia entre la industria farmacéutica y los estados es muy revelador. La industria farmacéutica recibe millones de euros de dinero público pero oculta los costes de desarrollo de los tratamientos, los precios de venta en cada país o mucha información relevante para la ciudadanía y la rendición de cuentas”, explica Irene Bernal, investigadora del equipo de Acceso a Medicamentos de Salud por Derecho.

Más información: Los secretos tachados de los contratos de compra de vacunas de la Comisión EuropeaYago Álvarez Barba

Mientras, la Unión Europea ha invertido hasta 2.700 millones de euros en investigación para las empresas que hoy ponen trabas en la distribución de las vacunas. Médicos Sin Fronteras eleva la cifra de fondos públicos invertidos a escala mundial hasta los 10.000 millones de dólares “en I+D, ensayos clínicos y fabricación de las seis potenciales candidatas vacunas de COVID-19 desarrolladas por AstraZeneca / Universidad de Oxford (más de 1.700 millones de dólares) Johnson & Johnson / BiologicalE (1.500 millones de dólares),  BioNTech (500 millones de dólares), GlaxoSmithKline / Sanofi Pasteur (2.100 millones de dólares), Novavax / Serum Institute of India (casi 2.000 millones de dólares) y Moderna / Lonza (2.480 millones de dólares)”.

La Unión Europea ha invertido hasta 2.700 millones de euros en investigación para las empresas que hoy ponen trabas en la distribución de las vacunas.

Licencias para todas

Desde la plataforma #Rigth2Cure, una amplia coalición europea formada por sindicatos de trabajadores de la salud, ONG, grupos de activistas, asociaciones estudiantiles, asociaciones de profesionales sanitarios y expertos en salud, han iniciado una Iniciativa Ciudadana Europea para el libre acceso a las vacunas. Piden que se establezcan licencias obligatorias sobre las patentes, un mecanismo jurídico internacional que tanto la Unión Europea como España han incorporado en sus legislaciones.

Este intenta asegurar, en un momento de situación excepcional grave, que se activen mecanismos de interés general que suspendan temporalmente las patentes y, por tanto, la capacidad de producción no se vea obstruida. “Así aseguramos que todas las empresas que puedan producir lo puedan hacer sin el límite de la patente. Se podría activar mañana y no se ha activado nunca ni en España ni en Europa. En los 90 Sudáfrica lo pidió para los medicamentos retrovirales contra el VIH y lo consiguió, y es un espejo en el que mirarnos”, explica Adrián Arias, portavoz de #Rigth2Cure en el comité de España.

“También queremos denunciar que resulta curioso que el organismo que tenga que valorar la suspensión de patentes sea la OMC y no la OMS. En la misma oficina donde se inscriben los nuevos modelos de zapatillas se inscriben también las patentes de las vacunas para una situación de emergencia global de salud pública. En el mismo lugar y con los mismos mecanismos reguladores, y es increíble que sea la OMC la que tiene que determinar si la población mundial tiene acceso a ellas”, añade Arias.

Mientras Estados Unidos ha adquirido vacunas para cubrir al 230% de su población, en India o Brasil adquirían dosis para cubrir la demanda de la mitad de sus habitantes.

Mientras tanto, desde #Rigth2Cure denuncian que si en los países ricos se ha vacunado ya a 50 millones de personas en los países pobres no llegan a 10.000 personas. Antes incluso de que comenzara la comercialización de las vacunas, la acaparación de las mismas en manos de unos pocos era ya un hecho.

Según un estudio del Centro de Innovación Duke Global Health de noviembre de 2020, los países de ingresos altos y medios ya habían comprado casi 3.800 millones de dosis, con opciones para otros cinco millones más, de un total de 6.800 millones. Esto significaba que más de la mitad de las unidades que estarían disponibles ya tenían nombre. Además, el reparto mostraba cifras bastante desiguales. Mientras Estados Unidos ha adquirido vacunas para cubrir al 230% de su población, en India o Brasil adquirían dosis para cubrir la demanda de la mitad de sus habitantes.

Más información: Países ricos frente al covid: blindaje de las farmacéuticas y acaparación de vacunasSara Plaza Casares

“Lo que proponen India y Sudáfrica, con el apoyo de más de 100 países del mundo, pero con la negativa de los países ricos, es que se suspendan las patentes de las vacunas y medicamentos para luchar contra la covid-19 hasta lograr la inmunidad mundial. Ante la crisis actual de suministro, y la escandalosa falta de vacunas en los países de menores rentas cualquier medida que ayude a aumentar la fabricación y el suministro debe ser contemplada y apoyada”, sentencia Irene Bernal.


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