Ex altos cargos, socios offshore y un gurú de Vox: así es Maxam, la empresa de explosivos señalada por Zelenski

Fachada de la empresa española Maxam, grupo industrial dedicado a la fabricación y comercialización de explosivos.

Fachada de la empresa española Maxam, grupo industrial dedicado a la fabricación y comercialización de explosivos. EFE/Miguel Oses

Maxam, el gigante español de los explosivos, guarda silencio desde que el martes, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, señalase a esta empresa en su discurso al Congreso de los Diputados al pedir que las compañías españolas abandonen sus negocios en Rusia.

Las otras aludidas, Porcelanosa y la patronal de la industria española de bienes de equipo, han salido rápidamente a desvincularse de Rusia. Pero no Maxam. El llamamiento del líder ucranio ha causado evidente incomodidad en la multinacional española. El martes, preguntada por sus actividades en Rusia, pidió solicitar la información por correo electrónico. “Estamos en ello”, indicó el miércoles un portavoz.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, calificó el martes en la SER de “inaceptable” que cualquier empresa haga negocios con Rusia en este momento y aseguró no tener “constancia” de las operaciones de las compañías señaladas por Zelenski.

Fuentes gubernamentales explican a elDiario.es que están haciendo averiguaciones respecto a Maxam por si hubiera autorizaciones de Defensa para la venta de armamento a Rusia. “En este momento, de esta empresa no tenemos información. Estamos buscándola”. Esas fuentes aseguran que actuarán en el caso de ser posible, informa Irene Castro.

Fundada hace siglo y medio como la Sociedad Española de la Pólvora por el sueco Alfred Nobel, inventor de la dinamita, Maxam tiene presencia en más de 100 países, 140 filiales en unos 50 mercados, más de 6.000 empleados y 80 instalaciones industriales. La antigua Unión Española de Explosivos (Explosivos Rio Tinto fue otra de sus denominaciones) adoptó su actual nombre en 2006 y factura más de 1.000 millones de euros al año.

El grupo provee soluciones de voladura para minería, canteras y obra civil; cartuchos y pólvoras para caza y tiro deportivo; productos y sistemas para el sector de defensa y seguridad, y producción de materias primas clave en la actividad nitro química. Su división más importante es la de explosivos para minas y obras, con más de un 60% de sus ingresos.

La segunda pata, la de defensa, la aglutina Expal Systems SA, antigua Explosivos Alaveses, cobijo de varios ex altos cargos y de uno de los gurús de Vox. Varios administradores del grupo y el gran responsable de su expansión en las últimas décadas tienen hilo directo con Juan Carlos I.

En Rusia, Maxam tiene cuatro filiales dedicadas a la fabricación de explosivos para minería con un patrimonio de unos 23 millones. El grupo abrió allí su primera filial en 2002. En sus últimas cuentas presentadas citaba como uno de los “hitos” del ejercicio cerrado en 2020 la “ampliación de la actividad en operaciones mineras a través de la firma y/o extensión de más de 17 nuevos contratos a nivel global”.

En 2015 decía tener “instalaciones productivas en Samara, Kovdor, Kostomuksha, Chapeevsk, Achinks, Eruda y Kiyashaltyr (estas tres últimas en Siberia)”. “Maxam Rusia cuenta con más de 250 empleados y proporciona servicios y productos (explosivos civiles y sistemas de iniciación) de voladura a empresas mineras (como Polyus Gold, Rusal, Sverstal o Eurochem) y canteras en todo el país”, explicaba entonces la web de MaxamCorp, que este miércoles era inaccesible. Lo mismo ocurría con las webs de sus filiales y de su fundación.

Ex del CNI y Defensa

En los últimos años, la filial de armamento de esta empresa, Expal Systems, ha reclutado a varios ex altos cargos del Ministerio de Defensa y del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Y es conocida por albergar en su consejo de administración a Rafael Bardají, ex dirigente de la FAES de José María Aznar y miembro de la dirección de Vox que se reunió con Steve Bannon, ex asesor de Donald Trump.

Bardají fichó por Expal en 2019. Ese mismo año se incorporó a ese órgano el diplomático Jorge Dezcallar, ex director del CNI con Aznar y ex embajador en EEUU. Dezcallar, que ya fue consejero de Maxam entre 2006 y 2008, cesó en ese puesto en octubre de 2020, según el Registro Mercantil. El gurú de la formación ultraderechista sí continúa como administrador.

Con presencia en más de 50 países, Expal es uno de los principales suministradores de las Fuerzas Armadas españolas. Su presidente desde 2020 es el almirante retirado José Luis Urcelay Verdugo, que hasta agosto de 2019 fue segundo jefe del Estado Mayor de la Armada. Urcelay también ocupó el puesto de representante militar de España ante los comités militares de la OTAN y la UE en Bruselas. Y participó en el desarrollo y puesta en práctica de la Estrategia Global y la creación de la Capacidad de Planeamiento y Conducción de Operaciones de la UE.

Urcelay sustituyó en la presidencia de Expal a otro ex almirante, Francisco Torrente, ex jefe del Estado Mayor de la Armada y considerado una persona muy cercana al rey emérito. El primer ejecutivo de Expal es José Manuel Fernández Bosch, alto directivo de Aena cuando la pilotaba el actual presidente ejecutivo de Maxam, José Manuel Vargas.

El presidente de honor de Maxam es José Fernando Sánchez-Junco Mans, que la dirigió durante más de 20 años y todavía preside su fundación. Director general en el Ministerio de Industria en los 80, está considerado cercano a la Casa Real. Ex patrono de la fundación Princesa de Asturias, uno de sus ocho hermanos es el jurista y fiscal anticorrupción en excedencia Javier Sánchez-Junco, abogado contratado por Juan Carlos I para las causas judiciales abiertas por sus escándalos.

En Expal también fue consejero el jurista José Manuel Romero Moreno, octavo conde de Fontao, décimo marqués de San Saturnino y otra persona muy cercana al rey emérito, del que fue abogado personal durante 20 años. En esa filial fue asimismo vocal entre 2006 y 2013 Jesús del Olmo Pastor, ex director adjunto en el CESID, lo que hoy es el CNI, en la última etapa de Felipe González.

“Lo que llamamos vulgarmente puertas giratorias es muy habitual en la industria militar”, recuerda al teléfono Pere Ortega, presidente honorario del Centro Delàs de Estudios por la Paz y profesor del curso de Conflictología de la Universitat Oberta de Catalunya.

Las últimas cuentas de Expal comprenden el ejercicio cerrado en marzo de 2020. Recién iniciada la pandemia, declaró 12,5 millones de pérdidas y su facturación se desplomó un 42% “por la ausencia de permisos de exportación a Arabia Saudí”, hasta 131 millones. De esa cifra, un 92% correspondió a armas y municiones y solo 18,2 millones los facturó en España. Las cuentas, accesibles en Insight View, no detallan las retribuciones de su alta dirección. Esto le valió una salvedad de su auditor, Deloitte.

Respecto a la actividad en el exterior, se desarrollaba “en diversos países, con muy diferentes entornos socioeconómicos y marcos reguladores”, según esas cuentas. Con filiales en Dinamarca, Estados Unidos o Bulgaria, hasta junio de 2019 Expal tuvo una filial en Bielorrusia, país aliado del régimen de Vladímir Putin. Se llamaba Expal Eastern Europe y estaba domiciliada en una base militar en Rechitsa. Se dedicaba a “la producción con fines militares, servicios relacionados con la gestión de armamento y munición (incluyendo la desmilitarización), la producción de metales (como el aluminio o el zinc) y otras actividades y servicios relacionados”.

“Expal exporta mucho a Turquía, países árabes y de Oriente Medio. Pero no creo que exporte a Rusia, porque el tipo de material que fabrica también lo manufacturan allí. No veo la posible relación en el ámbito militar”, dice Pere Ortega, que en su momento vigiló “con atención” la delegación de esta empresa en Turquía. “Con la guerra de Siria hubo una transacción comercial en la que vendieron productos fulminantes que se dirigían a Irak y tenían que atravesar la zona controlada por Isis. Y por tanto, muy sospechosa”.

Este experto recuerda que las actas de la Junta Interministerial que aprueba las exportaciones de armas en España son secretas. Y solo conocemos los informes que se facilitan al Congreso, cuya información no es detallada. Pero “las exportaciones de armamento de España a Rusia son mínimas”. Cree que Zelenski “se está refiriendo a la pata de explosivos para obra civil”.

Se trata de la división más potente del grupo Maxam, cuyo primer ejecutivo pilotó la privatización parcial de Aena en la primera legislatura de Mariano Rajoy. Antes, Vargas fue consejero delegado de Vocento, que presidió Santiago Bergareche, a su vez ex presidente de la petrolera Cepsa, ex consejero delegado de Ferrovial y ex consejero y ex accionista minoritario de Maxam.

En el consejo de Ferrovial se sienta desde hace más de una década Sánchez-Junco. El presidente de honor de Maxam, cuya renovación como vocal de la constructora se vota este jueves, ostentó durante años la calificación de “independiente” en el máximo órgano de gestión de la multinacional de la familia Del Pino pese a que su empresa le facturaba sumas millonarias.

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José Fernando Sánchez-Junco, presidente de honor de Maxam.

Maxam, de cuyo consejo también formó parte hasta 2019 Jaime Carvajal Urquijo, compañero de habitación de Juan Carlos I en su etapa estudiantil, lleva años vinculada al mundo del capital riesgo. Desde 2020 su máximo accionista es el fondo estadounidense Rhône Capital, que en enero de 2021 recibió luz verde del Consejo de Ministros para convertirse en socio de referencia del grupo de explosivos a través de un vehículo en Luxemburgo, Prill Holdings. Según el Sindicato Independiente Maxam, Rhone Capital tendría el 71% del capital; otro 17,5% estaría en manos de tres ‘family offices’ (Euro Park, Mecamur y Opera Holding) y de una serie de coinversores, y otro 11,5% lo ostentarían 162 empleados, directivos y exdirectivos de la empresa.

Firmas offshore

La investigación periodística OpenLux sobre los chiringuitos fiscales en Luxemburgo, realizada por Le Monde, Suddeutsche Zeitung, Le Soir, McClatchy, Woxx, IrpiMedia y el Consorcio de Periodistas de Investigación (OCCRP), advirtió a principios de 2021 de que la única información disponible sobre los propietarios de Prill Holdings correspondía a “dos empresas registradas en las Islas Caimán”, un paraíso fiscal, “vinculadas a una compañía de capital privado estadounidense, Rhone Capital, pero se sabe poco más sobre ellos”. Una “opacidad” que calificó de “inquietante”.

Rhône compró el paquete que tenía en Maxam el fondo estadounidense Advent, que había adquirido en 2011 las participaciones de las firmas españolas de capital riesgo Vista Capital (private equity de Banco Santander) y Portobello (antigua Ibersuizas). Advent llegó a explorar la salida a Bolsa del grupo, pero la operación se vio truncada por el escándalo de Defex, la empresa semipública dedicada a la exportación de armas de la que Maxam era el primer accionista privado, con cerca del 22%, junto a otras como Instalaza (que tenía el 10,89%), a la que estuvo vinculado el exministro de Defensa Pedro Morenés.

Defex fue disuelta tras un gravísimo escándalo de corrupción y comisiones millonarias y el grueso del caso está todavía pendiente de sentencia judicial. En esta empresa semipública fue vicepresidente el propio Sánchez-Junco. En su consejo de administración se sentaban, entre otros, el almirante Francisco Torrente en representación de Expal.

A la fundación Maxam, creada en 2006 y que tiene una importante colección pictórica, están o han estado vinculados, entre otros, el propio Sánchez-Junco y Francisco Torrente, además del conde de Fontao. En la web del Registro de Fundaciones del Ministerio de Justicia también aparece como apoderado José Luis López-Sors González, el ex director general de la Marina Mercante que dio la orden de alejar el petrolero Prestige el 13 de noviembre de 2002. Su hermano y ex secretario general de Maxam, Rafael López-Sors, ya fallecido, figura todavía como apoderado en ese registro.


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