Greenpeace bloquea un buque gasero en el puerto de Sagunto

A una semana de la cumbre del clima, la organización ecologista exige a Enagás y a las energéticas el abandono progresivo de los combustibles fósiles.

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La planta de regasificación junto a la que está anclado el Esperanza, es propiedad de Enagas en un 72,5% y es uno de los puntos calientes de la llamada crisis del gas // Greenpeace

Greenpeace ha protagonizado este martes 26 de octubre una acción de protesta en las instalaciones de Enagás en el puerto de Sagunto (València), a una semana del comienzo de la XXVI Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) y en el contexto del Consejo Europeo extraordinario que se está celebrando en Luxemburgo, donde los responsables de Energía de los 27 se reúnen para tratar el impacto del aumento de los precios de la energía y las posibles soluciones a la crisis.

El Esperanza, la embarcación más grande de la ONG ambientalista, ha entrado esta mañana al puerto de la planta regasificadora de Sagunto y se ha anclado frente a la misma, bloqueando las instalaciones e impidiendo la entrada del buque gasero Merchant, proveniente de Estados Unidos cargado de gas obtenido mediante fracking, una técnica prohibida en España.

Además, integrantes de la organización, de 18 nacionalidades diferentes, se han aproximado al Merchant y han pintando en su casco el lema “No + gas”, mientras uno de ellos se encaramaba al ancla del gasero. El buque porta 138.000 metros cúbicos de gas licuado, equivalente a 41 piscinas olímpicas, que iban a ser regasificadas en la planta valenciana.

Escalada climática y de precios

Con la acción, Greenpeace reclama al Consejo Europeo extraordinario de Energía que se celebra hoy que aborde la escalada de los precios desde la raíz del problema: la dependencia que existe del gas. “Los gobiernos deben aplicar medidas urgentes para proteger a las personas vulnerables afectadas por las subidas de los precios de la energía causadas por la volatilidad del gas, y acelerar la eliminación de todos los combustibles fósiles, incluido el gas, para evitar futuros riesgos”, defienden desde la ONG.

Asimismo, exigen a Enagás, operadora de la red de gas en Estado español, y a las empresas energéticas un plan de abandono progresivo del gas fósil. En concreto, solo la planta regasificadora del puerto de Sagunto supone la emisión de 4,5 millones de toneladas de emisiones directas anuales de CO2, según los datos que maneja Greenpeace, una cifra que equivaldría a las emisiones de casi millón y medio de coches en un año.

Crisis del gas

Greenpeace advierte que ya se están viviendo las consecuencias de la crisis del gas, tanto en la economía global, como en la nacional, afectando a toda la población por los continuos récords de subida de precios en la factura eléctrica.

Además, la organización recuerda que “el gas no es un combustible ni limpio ni de transición, ya que en realidad es un potente emisor de gases de efecto invernadero compuesto fundamentalmente por metano, un gas con un potencial de calentamiento global a los 20 años, 84 veces superior al del CO2”.

El gas es el combustible fósil que más crece en el mundo y se ha convertido en la segunda fuente de energía fósil en Europa

“Es hora de que Enagás y el resto del sector gasista asuma un compromiso urgente y real en la lucha contra el cambio climático y la transición energética y dejen de promover soluciones dudosas con publicidad verde y dinero público para mantener su modelo de negocio”, ha declarado Tatiana Nuño, responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace. “Empresas como Repsol, Naturgy o Shell invierten millones en publicidad para convencernos de que un combustible fósil tan dañino para el clima como el gas puede ser parte de la solución a la emergencia climática. Ha llegado el momento de quitar el micrófono a los asesinos del clima y apagar su sucia propaganda”, continúa.

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El gas es el combustible fósil que más crece en el mundo y se ha convertido en la segunda fuente de energía fósil en Europa. Greenpeace considera imprescindible establecer un calendario para el abandono del gas junto con el resto de energías sucias y aumentar la proporción de energía renovable en el mix energético con participación de la ciudadanía. Asimismo, demanda que haya un sistema eléctrico 100% renovable, libre de gas fósil, no más tarde de 2030 y alcanzar el cero neto de las emisiones en 2040.


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