Greenpeace se instala en Doñana para frenar las obras de Gas Natural

La organización ecologista monta un campamento a la entrada y se sube a una de las estructuras de la empresa, que ya ha comenzado a trabajar en el proyecto de extracción de gas en el entorno del Parque Nacional.

Una de las activistas de Greenpeace, durante la acción en Doñana. GREENPEACE

Una de las activistas de Greenpeace, durante la acción en Doñana. GREENPEACE

Una veintena de activistas de Greenpeace ha comenzado a primera hora de este martes una acción de protesta en las instalaciones de Gas Natural Fenosa en el entorno de Doñana, en cuya entrada han montado un campamento con una gran pancarta en la que se lee «Doñana no es un almacén de gas». Varios escaladores de la organización ecologista se han subido también a lo alto de una de las estructuras en la zona del proyecto.

La acción pretende paralizar el proyecto de almacenamiento y extracción de gas en el entorno de uno de los espacios protegidos más relevantes de la geografía de España después de que la compañía haya comenzado las obras de una de sus partes, denominada Marismas Occidental.

Greenpeace denuncia que el proyecto «es tan peligroso como innecesario y nos aleja de cumplir con los compromisos que España va a asumir al ratificar el Acuerdo de París mañana en el Congreso de los Diputados».

El proyecto de Gas Natural Fenosa autorizado por el Gobierno central en el Espacio Natural de Doñana «pone en riesgo la biodiversidad y el futuro de este lugar protegido», asegura Greenpeace, que añade que «viene precedido por casos como el del almacén subterráneo Castor en Castellón, que produjo más de 500 terremotos y una indemnización con dinero público a la empresa de casi 1.400 millones de euros».

El responsable de campaña de Greenpeace, Julio Barea, ha explicado que se ha optado por esta acción de protesta después de que «ni el Gobierno central ni la Junta de Andalucía hayan tenido suficiente voluntad política para detener este inaceptable proyecto».

«Gas Natural Fenosa sabe que este proyecto es insostenible y parece que lo único que busca son los 358 millones de euros de reclamación por responsabilidad patrimonial si la Administración paraliza sus obras», ha añadido.

Greenpeace considera que el proyecto de extracción y almacenamiento de gas en Doñana debe detenerse porque afecta al espacio protegido de Doñana y a su fauna emblemática, puesto que altera y fragmenta el hábitat de la misma y porque es «un impedimento para el cumplimiento del Acuerdo de París, pues sigue con la apuesta a los combustibles fósiles».

Asimismo, considera que no se ha realizado una evaluación ambiental adecuada al partir en cuatro el proyecto y que pone en riesgo de contaminación el acuífero 27 de Doñana del que se abastece la población local.

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