La mortalidad en las residencias madrileñas de gestión privatizada fue casi tres veces mayor que en las de gestión pública

Mientras que en las 25 residencias totalmente públicas hubo una mortalidad del 7,4%, en las 18 de gestión externalizada la cifra escala hasta el 21,9% según un nuevo estudio publicado en la revista internacional Epidemiología.

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Concentración de Marea de Residencias frente a la Fiscalía Superior de Madrid, para que se investiguen las muertes en la pandemia // Elvira Megías

Durante los meses más duros de la pandemia, en Madrid había 470 residencias de mayores operativas en las que se produjeron 9.468 fallecimientos. Solo 42 son públicas, propiedad de la Comunidad de Madrid. De estas, 18 tienen su gestión externalizada.

Según un estudio que acaba de publicar la revista internacional Epidemiología, la mortalidad durante marzo y abril de 2020 fue mayor en estos geriátricos. Así, mientras que en las 25 residencias totalmente públicas (propiedad y gestión íntegra), hubo una mortalidad del 7,4%, en las 18 de gestión externalizada, la cifra escala hasta el 21,9%.

Por otro lado, en las residencias privadas con ánimo de lucro y con plazas concertadas con la administración, que comprenden al 45% de los residentes, la mortalidad ascendió hasta el 20,6%. Mientras, en las residencias privadas sin ánimo de lucro y plazas concertadas, el porcentaje se situó en el 17%.

La investigación, elaborada a través de datos públicos que exhibe la Comunidad de Madrid en su Portal de Transparencia, ha sido liderada por la epidemióloga María Victoria Zunzunegui que explica a El Salto que existe una gran opacidad en torno a las condiciones que se deban dentro de los geriátricos por lo que es difícil saber por qué se dan estas diferencias. Aunque infiere algunas causas que tienen que ver con las condiciones laborales: “Los trabajadores de las residencias públicas tienen mejores condiciones, hay más plazas de funcionarios, tienen turnos, sindicatos… los de las otras residencias tienen condiciones precarias pero no tenemos los datos cuantitativos que nos permita analizar esto. Por eso es tan necesaria una comisión de investigación”, añade.

Zunzunegui explica que tan sólo han podido controlar cuatro factores: el tamaño de la residencia, el número de positivos, la cantidad de población y el hospital de referencia. “El tamaño es muy importante. A mayor tamaño, mayor mortalidad”, asegura quien precisa que es el primer factor de riesgo de mortalidad por covid en las residencias. Así, y según los datos del estudio, las residencias con más de 200 plazas concentran el mayor porcentaje de mortalidad, que es de un 17%.

Una de cada cinco personas mayores que estaban en residencias de Madrid fallecieron durante marzo y abril de 2020

“Cuando una residencia es grande tiene más trabajadores que entran y salen todos los días. Si hubiera habido un control férreo de la infección en los trabajadores… pero es que no lo hubo. A los trabajadores no se les ha protegido de la infección”, sentencia. Y avisa; esto va en contra del mensaje que lanza la patronal, quienes afirman que el tamaño no importa. “Las residencias pequeñas no les convienen y no hacen más que decir que el tamaño no importa y claro que importa”, añade.

Más información: La crisis de las residencias en Madrid Pablo Elorduy

Uno de cada cinco

Según los datos del estudio, una de cada cinco personas mayores que estaban en residencias de Madrid fallecieron durante marzo y abril de 2020. Una tasa de mortalidad del 18% que Zunzunegui avisa que puede estar subestimada. “Para hacer el cálculo tomamos el total de plazas existentes, 51.938, pero las residencias no estaban llenas, estarían al 90-95%. Por tanto, esta cifra puede alcanzar el 20% perfectamente”, asegura.

Durante marzo y abril de 2020 se sucedieron 9.468 muertes, 7.290 ocurridas dentro de las dependencias de los geriátricos y sólo 2.178 ocurridas en el hospital de referencia

Durante la primera ola de la pandemia, del 18 al 25 de marzo responsables de la Comunidad de Madrid firmaron cuatro protocolos para condicionar la derivación hospitalaria de enfermos en residencias. Estas órdenes incluían pautas para que los pacientes fueran trasladados solo si no presentaban deterioro cognitivo o no tenían alguna discapacidad física.

Y las cifras reflejan este modo de proceder. Durante marzo y abril de 2020 se sucedieron 9.468 muertes, 7.290 ocurridas dentro de las dependencias de los geriátricos y sólo 2.178 ocurridas en el hospital de referencia. Los datos definitivos de mortalidad de 2020, hechos públicos por el INE, demuestran que Madrid duplicó el exceso de mortalidad a escala nacional, con un 40% más de incremento de fallecimientos. Y buena parte de este incremento se registro en los geriátricos.

Y Zunzunegui avisa: la tendencia aún no ha cambiado. “Todos los viernes el Inmerso publica un boletín sobre la situación de las residencias según Comunidad Autónoma. El viernes pasado publicaron los datos de la semana del 13 al 19 de junio: hubo 57 defunciones por covid y de ellas 26 ocurrieron en las residencias de Madrid“, destaca mientras añade que esta comunidad tan solo posee el 14% de los geriátricos que hay en toda España pero tiene el 45% de las muertes ocurridas en las residencias en España. “La situación sigue estando fuera de control; una situación de indefensión para los residentes y también para los trabajadores”, concluye.


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