La tercera ola se ceba en la Comunidad Valenciana: 3.437 muertos

El 53,68% de las 6.402 defunciones por covid-19 en esta región se han producido en el mes y medio largo de 2021. La Generalitat apunta “a las compras navideñas y el quedar a tomar algo con amigos” como fuentes de los contagios

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Muertos diarios por covid en la Comunidad Valenciana, con el pico de 112 el 2 de febrero // Conselleria de Sanitat

Cuando apenas quedan tres semanas para que se cumpla un año de aquel 14 de marzo en el que toda España quedó de pronto sumida en un confinamiento domiciliario, los titulares hablan del fin de la tercera ola de la pandemia. Los números diarios hace mucho que se asumen con normalidad y en el imaginario colectivo, lleno ya de hartazgo, las olas se presentan como hechos inevitables que cada vez dejan menos tragedia a su paso. Pero en esta última no ha sido así. No al menos en la Comunidad Valenciana. Allí la catástrofe se ha multiplicado este 2021.

El lunes 11 de enero, a la vuelta de los días festivos, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, sentenció: “Hemos pasado unas navidades más relajadas de lo que preveíamos o debíamos”. La Incidencia Acumulada (IA) de contagios por 100.000 habitantes era en ese momento en España de 435,62. Tres días más tarde, Simón insistió en colocar la carga de la prueba sobre la ciudadanía: “Ya podíamos proponer lo que fuera. Recomendáramos lo que recomendáramos sabíamos que esto iba a pasar”. El director del CCAES defendió las medidas contra la pandemia –eran “buenas”, dijo– pero explicó “que cuando estamos en una situación en la que queremos vivir más abiertamente se van a implementar peor, y eso es lo que sucedió”. La IA ya había subido a 522,74. Una semana más tarde estaba en 795,65.

Salvar la Navidad se había convertido en un mantra desde mediados de diciembre, justo después de haber conseguido salvar los puentes festivos con los que arranca el último mes del año en parte del país. Media Europa, en alerta tras el hallazgo en Reino Unido de la variante británica, había decidido sacrificar las fiestas navideñas. Mientras, en España, la gestión de la pandemia seguía en manos de las comunidades autónomas. Y aunque con restricciones, tendríamos Navidad.

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Evolución de contagios en España desde mayo de 2020 // Fuente: Ministerio de Sanidad

La tercera ola de la pandemia del coronavirus llegó a España cuando la segunda empezaba a confirmar su remisión, aunque no lo hizo del mismo modo en todos los territorios. La Comunidad Valenciana, que durante las dos primeras embestidas del coronavirus había conseguido registrar una de las cifras más bajas de contagios y muertes en España, se convirtió en la región más castigada por la covid-19. Hasta el 29 de diciembre –última fecha del 2020 disponible en las estadísticas de la Generalitat valenciana– habían fallecido 2.965 personas con coronavirus. Desde entonces hasta este 19 de febrero, se han registrado 3.437 muertes por covid, lo que suma un total de 6.402 defunciones durante la pandemia. Es decir, en el mes y medio largo de 2021 se han producido el 53,68% del total de muertes por covid-19 en esta región.

El 7 de marzo de 2020 se contabilizaba el primer muerto en esta comunidad y 24 días después se alcanzaba el pico de fallecidos de la primera ola: 68 muertos. El 2 de febrero de 2021 esa cifra se disparaba hasta los 112 muertos, lo que casi duplica el anterior pico, del 1 de abril del año pasado. Durante la segunda ola, el día que más muertes se registraron (53) fue el 22 de noviembre.

La comunidad presidida por el socialista Ximo Puig, que gobierna en un tripartito junto a Compromís y Podemos, llegaba a las navidades, al 21 de diciembre, con una cifra registrada de muertes de 34 personas. El día anterior habían sido 20 y el previo el mismo número. A finales de año las muertes ya alcanzaban las 60 (28 de diciembre) y 70 (29 de diciembre) diarias. El pico se alcanzó a principios de febrero.

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Evolución de los fallecimientos en la Comunidad Valenciana durante la pandemia // Fuente: Conselleria de Sanitat

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Situación de las UCIS durante la pandemia en la Comunidad Valenciana // Fuente: Conselleria de Sanitat

El análisis de las cifras de contagios refleja un escenario idéntico. A 19 de febrero de 2021, el número de casos de covid-19 desde el inicio de la pandemia sumaba 385.872, más del doble del total que a finales de diciembre: 157.117. En lo que va de año se han registrado 228.755 positivos. Es decir, el 59,28% del total. Este alarmante porcentaje se hace aún más patente cuando se comparan los picos de la segunda ola (23 de octubre: 2.917) y la tercera (23 de enero: 11.064). El número oficial de contagios del mes de marzo (750 positivos, en el pico del día 27) se aleja mucho de la realidad porque entonces se hacían muy pocas pruebas diagnósticas.

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Evolución de los contagios en la Comunidad Valenciana durante la pandemia // Fuente: Conselleria de Sanitat

La Conselleria de Sanitat de la Comunidad Valenciana explica a CTXT vía correo electrónico los factores que, a su juicio, han influido en la punta de contagios de esta tercera ola. El primero de ellos es que “comparada con el resto de comunidades autónomas habíamos tenido mucho menos incidencia tanto en la primera ola como en la segunda, por lo que en esta última la proporción de población protegida era muy pequeña”. El segundo factor que destacan es el clima, ya que “en septiembre y octubre aún se pudo disfrutar de las terrazas y tardamos más en meternos en interiores, con peor ventilación”. Entre las causas del aumento de los casos no incluyen la conocida como variante británica que, según sus cálculos, tiene ahora mismo una incidencia de alrededor del 18% –hace pocas semanas estaban entre el 5 y el 7%– del total de los contagios.

La Comunidad Valenciana se encuentra entre aquellas que han apostado con más fuerza por el confinamiento perimetral de su territorio. Lleva cerrada desde hace casi cuatro meses, desde que el 30 de octubre la Presidencia de la Generalitat restringiese la entrada y salida de personas de la región, salvo para desplazamientos justificados. De hecho, esta comunidad fue la única que durante las fiestas navideñas no permitió la entrada ni la salida de personas para visitar a familiares o allegados, algo que sí estaba contemplado por la norma emitida por el Ministerio de Sanidad. Además, optó por la versión más restrictiva de otras medidas, como el número de comensales permitido el 24 y 25 de diciembre y el 31 de diciembre y el 1 de enero.

Sin embargo, y como ellos mismos reconocen, la apertura de la hostelería y de los comercios en los meses de noviembre y diciembre, aunque con restricciones de aforo, fue definitiva en el inicio de la escalada de la tercera ola. “El problema no se reduce a los días de reuniones en fechas señaladas, sino que comienza mucho antes, con las compras navideñas y el quedar a tomar algo con amigos”.

Finalmente, el 19 de enero la Generalitat decretó “el cierre preventivo y la suspensión cautelar” de bares, cafeterías, restaurantes, casinos, bingos, salones recreativos y de juego. Se adelantaba así a comunidades como Galicia, que cerró el 26 de enero, o Madrid y Andalucía que no han llegado a hacerlo, aunque esta última solo permite la apertura hasta las 18:00. Pero va por detrás de otras como Euskadi, que desde el 12 de diciembre –y hasta que el 9 de febrero el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco tumbó la medida– tenía regulada la clausura mediante un sistema automático en todas aquellas localidades, de más de 5.000 habitantes, con tasas de incidencia superiores a 500 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días o Baleares, donde Mallorca e Ibiza tienen cerrada la hostelería desde el 12 y el 13 de enero respectivamente.

Este jueves 25 de febrero se reúne la Comisión Interdepartamental de la Generalitat para la Prevención y Actuación ante la covid-19 para decidir qué hacer a partir del 1 de marzo. Por las informaciones que han trascendido hasta ahora, todo apunta a que se podría producir la reapertura de las terrazas de bares y restaurantes y el levantamiento del confinamiento perimetral de 16 grandes ciudades.

Orden de inmediato traslado, entierro o incineración

El pico de contagios alcanzado a finales de enero obligó a la Generalitat valenciana a adoptar dos medidas de emergencia. Una de ellas se publicó en una resolución el día 28, y consistió en ordenar la prolongación automática de los tratamientos para personas con patologías crónicas que caducasen durante los tres meses siguientes, ante las “dificultades para desarrollar actividades sanitarias habituales”. La otra, recogida en una resolución de la Conselleria de Sanitat dos días antes, se tomaba “por razones sanitarias obvias” y ordenaba  que los cuerpos de los fallecidos con covid-19 fuesen trasladados “de manera inmediata” a los depósitos de los servicios funerarios. El objetivo era proceder “tan pronto como sea posible” a su inhumación o incineración, una vez obtenido el certificado de defunción y la licencia de enterramiento, sin tener que esperar a que hayan transcurrido las 24 horas desde el fallecimiento que marca la ley en circunstancias normales.

En este sentido, en la Funeraria Picó, de Moncada (Valencia), afirman que el gobierno autonómico “está ayudando mucho”, ya que se produjo un aumento significativo de los fallecimientos después de Navidad y ha llegado a haber situaciones de saturación en velatorios y crematorios, aunque dicen que el número de decesos ha empezado a descender. Recuerdan que esa instrucción ya se dio en marzo como medida preventiva, “al ver lo que estaba pasando en Barcelona y Madrid”, pero ahora la situación de la propia comunidad ha llevado a recuperarla.

Por su parte, el Tanatorio Centro de Castellón señala que es habitual que se produzcan más fallecimientos en invierno. Otras empresas consultadas han rechazado hacer declaraciones y el tanatorio municipal de Valencia remite al departamento de prensa del Ayuntamiento.

Más muertos en residencias

Las residencias de mayores se convirtieron en la primera etapa de la pandemia en uno de los principales focos de contagios. Según los datos recopilados por la SER a través de su red de emisoras en toda España, en 2020 murieron 28.600 ancianos en geriátricos, lo que supone el 8,5% de los mayores que vivían en residencias. RTVE.es ofrece datos más actualizados: hasta el 23 de febrero, más de 31.700 muertos con covid-19 o síntomas compatibles en residencias.

En la Comunidad Valenciana el total de fallecidos en centros de mayores es de 1.882 desde el inicio del brote, lo que supone que el 29,51% de los muertos en esa comunidad eran residentes. A pesar de que el porcentaje es menor que el de muchas otras comunidades –en Cataluña alcanza el 84,95%, en Castilla y León el 64,68% y en Castilla La Mancha el 57,96%; en Madrid, con más de 6.100 muertos, la cifra sólo es aproximada, ya que desde junio sólo contabiliza a los ancianos que mueren físicamente en la residencia–, la mayor parte de óbitos en residencias se ha producido en esta tercera ola.

Según el último informe de la Generalitat, del 22 de febrero, en 123 de las 334 residencias de mayores de la Comunidad existe algún caso positivo y aquel día fallecieron 47 residentes. En el que ha sido el pico de mortalidad de esta tercera ola en la región –el 2 de febrero– murieron 112 personas, de las cuales 33 vivían en residencias. Si se comparan los datos con los de la primera ola, el período con más muertes por coronavirus fue el comprendido entre el 30 de marzo (56 fallecidos por covid en toda la Comunidad) y el 6 de abril (52 fallecidos), con un pico el día 1 de abril, día en el que alcanzaron las 68 defunciones. Durante ese período, el número de fallecidos en centros de mayores fue de entre 15 y 25 personas al día.

Además, en esta tercera ola se han contabilizado muchos más centros de mayores afectados por casos de coronavirus que en la primera. Los peores datos del inicio de la pandemia hablan de en torno a 70 centros con casos positivos y actualmente hay casi el doble que entonces. Hace solo unos días, la SER afirmaba que el 66% de los casos activos de residentes correspondía a la Comunitat. Desde la Conselleria de Sanitat aseguran que los contagios en las residencias ya están disminuyendo, y que el número de casos registrados ha bajado casi un 64%  desde la tercera semana del mes de enero –con 1.299 nuevos casos–, a los 472 notificados durante la segunda semana de febrero. Aunque los brotes en los centros de mayores sigan disminuyendo, lo cierto es que en los últimos datos esa disminución no se está reflejando en la mortalidad de sus residentes.


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