‘Al Rojo Vivo’ pierde medio millón de seguidores desde su inicio, tras mostrar su lado manipulador y sensacionalista, que obedece a poderes económicos
Antonio García Ferreras comenzó como director de laSexta en el año 2006, apostando en sus inicios por contenidos deportivos y de entretenimiento -una decisión manipulada por su gran cercanía a Florentino Pérez y sus anterior trabajos para él- ostentando los derechos de algunos de los principales eventos deportivos, como las Copas Mundiales de fútbol y baloncesto de 2006. Pocos años más tarde, el canal dio una vuelta de tuerca hacia un modelo más centrado en dar prioridad a la actualidad y a la información política. En consonancia con esta evolución, en enero de 2011 comenzó a dirigir y presentar uno de los programas que se convertirían en uno de los referentes del debate político en el país, ‘Al Rojo Vivo’, estrenándose en horario nocturno, para pasar desde el 5 de septiembre de 2011, al tradicional horario de las tertulias de la mañana.
Desde que ‘Al Rojo Vivo’ comenzó a existir, se presentó como un programa que pretendía ofrecer un análisis exhaustivo de la actualidad política más candente, tanto a nivel nacional como internacional desde un punto de vista crítico y progresista. El formato, fácilmente visible por la incorporación de tertulianos y colaboradores, consiguió enganchar a la audiencia al poco tiempo, alcanzando un 9,9% de share de pantalla un año después de su estreno, es decir, más de medio millón de espectadores. El programa, pasó a ser un “referente” para una gran parte de la población´española que se consideraba de izquierdas y su protagonismo continuó en alza durante los años siguientes, logrando su punto culmen en 2020, con un 15,2% de share de pantalla y alrededor de un millón de telespectadores de media, tal y como señaló ElPlural en aquel entonces. Una cifra sorprendente para un magacín.
Haciendo referencia al refranero español: “Más fácil es pillar a un mentiroso que a un cojo”, la careta de Ferreras terminó cayendo, como muchos venían ya adelantando desde hace años, por sus inexactitudes y contradicciones, además de sus sospechosos acercamientos con el poder. Y es que el programa, finalmente, terminó mostrando su lado manipulador y sensacionalista, que obedece a poderes económicos con intereses antagónicos a los defendidos de la izquierda.
La caída de Ferreras
A partir del 2021, la audiencia de Ferreras comenzó su caída en picado, que se vio fatalmente afectada por el estallido del ‘Ferrerasgate’, cuando se descubrió que la misma persona que sacaba a relucir las cloacas en su programa, consolidándose como una fuerte estructura de crítica, era uno de los principales implicados en toda la trama mediática, vinculado con la campaña de difamación creada contra Podemos. De esta manera, desde el 15 de julio de este año, el programa ha obtenido un promedio de 8.7% de cuota de share y 351.000 espectadores, 3,4 puntos por debajo de lo que estaba acostumbrado y acercándose a los mínimos históricos del magacín. En total, una pérdida de 100.000 seguidores en un año. Estos malos datos han sido comentados en las redes sociales, insistiendo en que, “para un programa que se emite en ‘prime time’”, esas cifras suponen estar “prácticamente acabado”.
Otro de los factores que contribuyó a la rápida pérdida de audiencia del magacín, fue la aparición de ‘Las Cosas Claras’, un programa dirigido por Jesús Cintora en TVE que actuó como competencia directa. Este no dejó de crecer desde su inicio, llegando a obtener cifras altísimas con más de 400.000 espectadores de diferencia en un mismo día que el programa de Ferreras. ‘Las Cosas Claras’ superó a ARV en los dos bloques de los cinco días de la semana, según concluyó un estudio realizado por Kantar Media. Esta situación no contentaba a todo el mundo y finalmente, la operación política de acoso y derribo obtuvo sus frutos, consiguiendo que el presidente de Radiotelevisión Española, José Manuel Pérez Tornero, eliminase de la parrilla de TVE dicho programa y despidiera a su presentador, lo que hizo que el espacio –en el que participan asiduamente contertulios como Francisco Marhuenda, director de La Razón (diario impreso presidido precisamente por Casals), o Eduardo Inda, director de la web Okdiario– remontase ligeramente, para volver a caer poco después.
La imagen de Ferreras que él mismo había creado de “periodista crítico” y “comprometido con su público” se ha desmoronado, para convertirse en un títere de las cloacas, en contra de los principios deontológicos de la profesión. Algo que le ha costado la pérdida de algunos de sus colaboradores, como Yago Álvarez, periodista de El Salto que decidió marcharse ante la “indignación” de lo sucedido, al igual que lo hicieron colaboradores de la revista Ctxt, que tomaron la decisión de alejarse del programa a pesar de que esto les suponía una dificultad económica, “No queremos ser partícipes de eso”, sentenciaron.
+info relacionada:
- De la impunidad: el escándalo Ferreras – ctxt.es, 13-07-2022
- El ‘caso Inda-Villarejo-Ferreras’ abre el debate sobre la mala praxis de la prensa en España – infolibre.es, 11-07-2022
- La caída de laSexta tras el ‘FerrerasGate’ – luhnoticias.es, 12-09-2022