En los últimos cinco años han desaparecido un millar de estas sociedades, que disfrutan de un régimen fiscal privilegiado, y el número de accionistas ha disminuido en más de 100.000.
// Bolsa de Madrid
El vehículo de inversión preferido de muchas grandes fortunas españolas, las célebres sicav, siguen perdiendo interés para sus accionistas, a medida que se intensifican los mensajes desde el Gobierno sobre una inminente revisión de sus privilegios fiscales, que en realidad nunca acaba de llegar. Sólo en 2020 se retiraron de ellas más de 1.200 millones de euros.
El último aviso se produjo en noviembre, con motivo de la comparecencia de la secretaria de Estado de Hacienda, Inés Bardón, ante la Comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados, donde habló de exigir requisitos adicionales a las sicav, entre ellas una participación mínima de 2.500 euros por accionista.
Actualmente, sólo se les pide que tengan un capital igual o superior a 2,4 millones y que cuenten con al menos cien socios, lo que da lugar a corruptelas como que el control recaiga sobre un inversor potente y el resto sean simples comparsas, a los que en el argot se les conoce con el sobrenombre de mariahis.
La idea de una regulación más estricta de las sicav no es nueva: ya en 2015, las principales formaciones políticas (PP, PSOE, Ciudadanos, Izquierda Unida y Podemos) se mostraron partidarias de acometerla, aunque con distintos grandes de intensidad.
Gráfica: Patrimonio de las sicav, en millones de euros. // Fuente: Inverco / publico – porcentural.es
El frustrado acuerdo entre Albert Rivera y Pedro Sánchez, para la investidura del líder socialista en 2016, contemplaba medidas destinadas a combatir el fraude en las sicav, devolviendo su supervisión a la Agencia Tributaria, donde ya residía antes de que se encomendara a la CNMV, que dispone de menos medios especializados.
Una propuesta similar se incluyó en el pacto que sustenta desde hace un año al Gobierno de coalición, donde figura también el compromiso de limitar la concentración de capital en manos de una sola persona física o jurídica, para garantizar que las sicav sean un verdadero instrumento de inversión colectiva y no de elusión fiscal.
Sicav: privilegios en España, inversiones en el extranjero – Vicente Clavero