Miles de personas se manifiestan en Bilbao por primera vez en cuarenta años para reivindicar la educación pública vasca

La plataforma Topagune reclama que la educación pública sea la prioridad para el Gobierno vasco y se ponga freno a la concertada, en cuya red asiste el 49% del alumnado.

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La cabecera de la manifestación llegando al Teatro Arriaga de Bilbao // Gessamí Forner

La escuela pública vasca ha sacado pecho. Miles de personas se manifestaron orgullosamente ayer en Bilbao para reivindicar por primera vez en cuarenta años la educación pública en el País Vasco, reclamar que esta sea la prioridad absoluta de la administración, que ponga freno a la concertada y que redacte una normativa encaminada a la publificación de los centros sostenidos con fondos públicos.

Defender la educación pública en el País Vasco es una rareza. La división entre la pública y la concertada está presente en la mayoría de municipios con más de un centro escolar y forma guetos en las capitales segregando socioecónomicamente a las familias. En números totales, en el País Vasco, el 49% del alumnado acude a un centro concertado, el 51% a uno público.

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La próxima semana arrancará en el Parlamento Vasco las más de cien ponencias de expertos que escucharán los grupos parlamentarios a lo largo de este curso político. El PNV tiene el objetivo de alcanzar un nuevo pacto educativo, justo cuando está pendiente de renovación la concertación para los próximos seis años y en un momento demográfico en el que la tasa de natalidad de las madres de origen vasco se sitúa en mínimos históricos, mientas que los nacimientos de madres de origen extranjero representaron el 27% en 2019.

Maribel López de Luzuriaga, portavoz de la plataforma, subrayó en el inicio de la manifestación que “el derecho a la educación no se puede dejar en manos de la capacidad económica de las familias”. “Hay que dejar de financiar escuelas que no dan respuesta a la diversidad, que no son inclusivas y que no euskaldunizan”, concluyó.

“No soy ni madre ni maestra, pero he venido a manifestarme porque la educación pública es la única manera de igualar las posibilidades y cohesionar socialmente”, explicaba Amaia González en la manifestación, cuyo eslogan fue Euskal Eskola Publikoaz Harro. La palabra harro (orgullo, en castellano) es la clave.

“Soy trabajadora de la escuela pública y mi apuesta está en ella. Los ideales que persigo —trabajar en euskera, tener criterio propio y aspirar a la pluralidad que existe en nuestra sociedad— solo los conseguiré trabajando aquí”, afirmaba Itziar.

“La situación de la pública es muy mala. El Gobierno se preocupa más de la privada y de la concertada que de la pública. Quiero una escuela pública de calidad, con recursos suficientes y que sea el eje vertebrador de la Educación”, defendía Eider Contreras, de Karmelo Ikastola, un centro que se publificó en 1993. “Creo que el proceso de publificación fue positivo. Si alguien quiere un centro privado, que lo sea sin dinero público. No me gusta el término medio de las concertadas; no se puede bailar en dos fiestas a la vez”, concluyó.

Como maestra de Haurreskolak (las escuelas infantiles públicas vascas, con tarifas de entre 160 y 210 euros mensuales), Jesica acudió a Bilbao a manifestarse porque “si las haurreskolas son un servicio público, deberían ser gratuitas”, recordó. Las haurreskolas se unieron al recorrido con pancarta propia.

“Hay que dejar de financiar escuelas que no dan respuesta a la diversidad, que no son inclusivas y que no euskaldunizan”, indicó Maribel López de Luzuriaga, portavoz de la plataforma Topagune

Topagune es la plataforma convocante de la manifestación. Lleva alrededor de seis años trabajando para defender la escuela pública. La de ayer fue la primera manifestación que convocaron, y la primera en 40 años que defiende la escuela pública. “No había habido ninguna desde los años 80”, recordaba Lurdes Imaz, coordinadora de Ehige, la federación de Ampas del País Vasco.

Un total de 127 agentes se adhirieran a la convocatoria de ayer. Cuatro partidos políticos mostraron previamente su respaldo sin ambages: Podemos Ahal Dugu, Alternatiba, Izquierda Unida y el Partido Comunista. La coalición EH Bildu mandó una delegación a la manifestación. Los sindicatos presentes fueron Steilas, ELA, LAB, CNT, ESK y Comisiones Obreras, así como Ikasle Abertzaleak. De entre las organizaciones, destacaban los colectivos cuyos ejes de trabajo son el feminismo y la inclusión, como Amuge, Feministalde Bizkaiko Emakumeen Asanblada, Komite Internazionalistak, Ongi etorri erefuxiatuak (Gipuzkoa) y Emigrados Sin Fronteras, entre otros.

Más de quince autobuses fueron fletados para que profesorado y familias pudieran manifestarse en Bilbao. Cuando la cabecera llegó al Teatro Arriaga, la cola había abandonado la plaza Circular, por lo que la organización calculó entre 8.000 y 10.000 personas. Desde la plataforma se mostraron satisfechas por el número de personas que acudieron a la cita.

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