Ni salud, ni economía. El verdadero éxito de Ayuso es la propaganda

Trece meses después del inicio de la pandemia, Madrid acumula los peores datos de la covid en España y las previsiones económicas de varios organismos concluyen que su PIB será de los más castigados de 2020

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Isabel Díaz Ayuso reconoce el papel de la hostelería // Comunidad de Madrid

Madrid es la comunidad más rica de España, con un PIB per cápita de casi 36.000 euros en 2019, pero también es un territorio tremendamente desigual, con la mayor distancia entre el 20 % más rico y el 20 % más pobre de la población. Salvar la economía fue la bandera del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso desde el principio de la pandemia de coronavirus y, con esa justificación, siempre se implantaron las medidas más laxas para frenar los contagios de covid. Trece meses después, la Comunidad acumula los peores números de la enfermedad de España –y de los peores entre las grandes capitales de Europa–  y las previsiones económicas indican que la región cae tanto o más que otras comunidades. Muy pocos se han salvado en este tiempo pandémico.

Los más de 800 millones de euros, según cálculos de El País, entregados a empresarios en contratos a dedo y el espejismo de una libertad acotada a la terraza de un bar no sirven para comer ni para vivir con dignidad.

A principios de 2020, entre el 17 de enero y el 7 de febrero, el relator especial de las Naciones Unidas sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, Philip Alston, realizó una visita oficial a España. Las conclusiones de aquel viaje fueron demoledoras: “La economía española, cuarta de la Unión Europea, ha experimentado un crecimiento constante desde la crisis. […] Sin embargo, la recuperación ha beneficiado principalmente al estrato más rico de la sociedad y, en gran medida, los poderes públicos han fallado a las personas que viven en la pobreza”. El relator especial de la ONU se detuvo en Madrid: “Aunque su tasa de pobreza severa se más que duplicó en 10 años, del 3% en 2008 al 7,8% en 2017, su sistema de renta mínima proporciona apenas unos miserables 400 euros al mes, el más escaso de todos estos programas en el país”.

Alston también destacó en su informe “la decisión del Gobierno madrileño de vender vivienda social a gran escala al fondo Blackstone” y la situación de la Cañada Real: “Conocí a personas que vivían sin acceso a una clínica, un centro de empleo o una escuela, o incluso sin suministro eléctrico legal, en una carretera sin asfaltar, directamente adyacente a plantas incineradoras, en un área considerada insalubre”.

Dos meses antes, Cáritas presentaba los datos del Informe FOESSA sobre Exclusión y Desarrollo Social en Madrid. El resumen del estudio, elaborado por un equipo de 125 investigadores de 30 universidades y 13 organizaciones, no dejaba lugar a la interpretación:

“La desigualdad entre los más ricos y los más pobres en la Comunidad de Madrid es la más alta de España”.

Mientras otro análisis de Credit Suisse Research Institute concluía que el número de millonarios se había quintuplicado en España en nueve años, el informe de la organización de la iglesia católica reflejaba que, en la última década, la renta media de la población madrileña había aumentado en un 2%, mientras los ingresos de los más pobres habían caído un 30%. “La pobreza severa se ha incrementado en los últimos cinco años un 23%, afectando ya a 243.000 personas”, sentenciaba el análisis.

Desde que empezó la pandemia del coronavirus, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid y candidata por el PP en las elecciones autonómicas del 4 de mayo, enarboló la bandera de la economía en todas las decisiones que tuvieron que ver con la covid. Ya el 11 de marzo de 2020, tres días antes de la entrada en vigor del estado de excepción, con los colegios de la Comunidad cerrados, la mitad de los contagios de toda España y 17 fallecidos, Ayuso advirtió “de que Madrid no se va a cerrar o, desde luego, no será por orden del Gobierno regional”. Aquella comparecencia arrancó con “un mensaje de cariño, de cercanía a los mayores” –más tarde hablaremos de las residencias de Madrid– y continuó con el anuncio de “un plan sanitario para los 102 hospitales” de la región. “Será un desafío”, dijo, “y la sanidad de la Comunidad de Madrid va a estar a la altura”. La presidenta tenía razón al hablar de un reto para la sanidad madrileña: la región más rica de España solo dedica un 3,6% de su PIB a Sanidad, menos que ningún otro territorio, y es la segunda comunidad que menos gasta por habitante en salud, con 1.274 euros anuales por persona.

Gráfica, Ministerio de Sanidad / Datawrapper: Gasto sanitario público consolidado según comunidad autónoma (2018)

Trece meses después del inicio de la pandemia, la Comunidad de Madrid es claramente la región más castigada por el virus: registra el mayor exceso de mortalidad en 2020 respecto al año anterior; también es la que mayor exceso de mortalidad vivió en sus residencias de mayores; los ingresos hospitalarios en planta suman más que los de Andalucía y Cataluña –las dos comunidades más pobladas– juntas y la ocupación acumulada en las UCIS dobla la de Cataluña.

Estos datos reflejan una catástrofe, pero no impiden que Madrid, zona cero de los contagios de Europa en septiembre, siga siendo un milagro en el argumentario de algunos medios de comunicación y periodistas.

Para justificar el supuesto prodigio de la gestión de Ayuso apelan a la economía, ese ente abstracto para tantas y tantos que viven haciendo cuentas cada mes. Una búsqueda básica en Google arroja estos titulares: “Madrid, escenario de la reactivación económica gracias a Ayuso”. “Lo que ha hecho Ayuso es salvar la economía de la Comunidad de Madrid”. Se escucha en tertulias de radio y televisión, y también en las calles. Será, sin dudarlo, uno de los mensajes más repetidos en la campaña electoral.

[En este punto recuerden el principio 6, de orquestación, de los 11 principios de la propaganda Goebbels.

“La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”.

Es aquello de que si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad].

Pero, ¿ha salvado Madrid la economía? O, teniendo en cuenta la brecha gigante entre ricos y pobres, ¿ha salvado Madrid la macroeconomía, esa que con sus números absolutos se olvida del sur pobre, de las y los migrantes, de los hogares monoparentales encabezados por mujeres, de las trabajadoras del hogar, de los riders, de las y los dependientes, de la economía sumergida? Tres organismos independientes concluyen que no.

A la cola del crecimiento, según Funcas

El 16 de diciembre de 2020, Funcas, el think tank de las antiguas cajas de ahorros, publicó sus previsiones económicas para las comunidades autónomas 2020-2021. 

El gráfico adjunto, elaborado por el organismo, muestra la estimación de crecimiento del PIB de las regiones españolas el año pasado. La Comunidad de Madrid está a la cola de la tabla, por encima solo de Canarias y Baleares.

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El informe del Banco de España

A mediados de febrero, el Banco de España publicó el informe La evolución de la actividad en las provincias españolas a lo largo de 2020 y sus determinantes, firmado por Alejandro Fernández Cerezo. Las conclusiones se resumen en un mapa que lleva el siguiente encabezamiento: “El impacto que esta crisis está teniendo sobre la actividad económica presenta una extraordinaria heterogeneidad a nivel provincial. Las mayores caídas del PIB en 2020 se habrían concentrado en un grupo de provincias, ubicadas en el arco mediterráneo y Canarias”.

Como se observa en la imagen, las provincias donde menos cae la economía se muestran en distintos tonos de azul, y aquellas en las que más baja en distintas intensidades de rojo. Contemplen el supuesto milagro económico de Madrid, con una estimación de caída de su PIB en 2020 del 10,5%.

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AIReF: la Comunidad Valenciana y Baleares, las que más crecen

El 3 de febrero de 2021, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) publicó la estimación del PIB de las Comunidades Autónomas para el cuarto trimestre de 2020. Pocos días antes, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ofrecía el dato provisional del PIB español de los últimos tres meses del año: la economía española había avanzado un 0,4%, frente a las cuentas negativas de la UE, un -0,5%, y la eurozona, un -0,7%.

Como muestra el mapa elaborado por la AIReF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal), la Comunidad Valenciana y Baleares encabezaron la recuperación en el último trimestre con subidas del 0,9%, según sus estimaciones.

Por detrás están Extremadura, con un avance del 0,8%, y Cataluña, con un 0,7%. Las economías de Canarias, la Comunidad de Madrid, Galicia y Castilla-La Mancha crecieron apenas un 0,5%.

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Según estas previsiones, Cataluña crecía más rápido que Madrid en los últimos meses del año, pese a que adoptó medidas mucho más restrictivas para frenar la pandemia, como el cierre de la hostelería y distintas limitaciones de movimiento.

Sin ayudas para la hostelería

Si Madrid no ha salvado su Producto Interior Bruto, podría pensarse que, al menos, sí ha rescatado a la hostelería, la enseña de las políticas económicas de Ayuso en la Comunidad de Madrid.

Hostelería Madrid, la asociación de hostelería más grande y representativa de la Comunidad de Madrid, según su página web, hacía balance hace un mes de la situación del sector: “Uno de cada cinco locales de hostelería ha cerrado, un 20% de los locales (7.000 negocios); solo trabaja uno de cada dos trabajadores que lo hacía antes de la pandemia: 110.000 trabajadores de 195.000 trabajadores; han perdido el empleo un 18% de los trabajadores en la CM en hostelería, 35.000 trabajadores; uno de cada tres trabajadores que están en ERTE en nuestra región son de hostelería: 50.000 trabajadores; los locales abiertos facturaron en 2020 un 50% de la facturación pre-COVID”.

Aunque los datos son pésimos, la agrupación de hosteleros se mostraba optimista en la valoración: “A pesar de la destrucción del 18% del empleo de la hostelería de la Comunidad de Madrid, la caída media es muy inferior a la nacional en cuanto a pérdida de empleo, que se sitúa en el 23%”.  Desde que se terminara el primer confinamiento, la región gobernada por Ayuso no ha cerrado en ningún momento sus establecimientos hosteleros, cosa que sí han hecho la mayoría de comunidades autónomas. Este año, de hecho, Madrid ha ocupado titulares por tener el honor dudoso de ser el bar de Europa.

A esto hay que añadir que la comunidad gobernada por el PP es la única región que no ha concedido ayudas directas para la hostelería o el turismo.

Según un análisis publicado por El Plural, la Comunidad Valenciana lidera las ayudas con una dotación prevista de 340 millones. Le siguen Canarias, con 165 millones, Castilla La-Mancha y Extremadura con 60 millones; Baleares, con 53,5 millones, Galicia con 50 millones; Andalucía, con 46,1 millones y Cataluña con 40 millones.

Contratos a dedo: el sueño del neoliberalismo

Los días 23 y 24 de marzo de 2020, la cuenta de twitter de la presidenta de Madrid parecía la de una dircom del Ibex.

También apuntaba la forma en la que se iba a gestionar la economía pandémica: “La colaboración público-privada es fundamental para España”. Nada nuevo, por otra parte. [Lean este reportaje publicado en CTXT en marzo de 2020 “Aparcamientos de ancianos S.A.” y este otro de mayo “¿Quién manda en la privatizada sanidad madrileña?”]

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En febrero de este año El País publicó un artículo en el que explicaba que la Comunidad de Madrid había concedido 4.200 contratos a dedo desde marzo de 2020.

La contratación por la vía de emergencia no es exclusiva de la región gobernada por Ayuso, ya que buena parte de la gestión de la pandemia se ha realizado en España a través de estos contratos, pero en Madrid muchos de estos acuerdos han ido acompañados de polémica.

Los aviones de China. En octubre, Manuel Rico, periodista de Infolibre, firmaba una información que llevaba por título: “La verdad sobre los ‘aviones de Ayuso’: precios disparados, facturas opacas y un comisionista que trabaja para Piqué”. Según esa investigación, “Sport Logistics, una desconocida empresa de Zaragoza creada en 2018, recibió 15 de las 23 adjudicaciones para fletar aviones desde China. Facturó de media 1.015.133 euros por viaje, el doble que los otros contratistas”.

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En mayo de 2020, el diario francés ‘Liberation’ denunció los menús de comida rápida para niños vulnerables bajo el titular “Madrid, la pizza de los pobres se atraganta”.

Los menús insalubres para niños vulnerables. El 11 de marzo, cuando la Comunidad de Madrid interrumpió las clases presenciales, Ayuso suspendió el contrato con las empresas de comedor escolar y abrió así la vía para dejar en manos de Telepizza, Rodilla y Viena Capellanes la alimentación de los 11.500 alumnos de familias sin recursos que tienen reconocida la Renta Mínima de Inserción (RMI) de Madrid. Los niños comieron pizzas y sándwiches durante dos meses, a un precio para la Comunidad de entre 5 y 7,3 euros por menú entregado. Finalmente, el Gobierno de Ayuso tuvo que indemnizar a las empresas de comedor a las que suspendió el contrato.

El hospital de Ifema. El 21 de marzo abrió el hospital de campaña de Madrid. El sábado 1 de mayo, 42 días después, cerró con un acto multitudinario en el que no faltó la propaganda ni los bocatas de calamares. Más Madrid calcula que Ayuso gastó en el hospital de Ifema al menos 80 millones de euros en contratos opacos. En una entrevista con Europa Press tras ser elegida líder del partido en la región, la ahora candidata Mónica García aseguró que “el hospital de Ifema fue la construcción artificial de una infraestructura innecesaria. Tuvo mil pacientes solo durante diez días, cuando proyectaron el hospital más grande del mundo con 5.000”.

Los contratos a dedo fueron clave en el montaje del hospital de campaña y su posterior uso.

Entre las adjudicaciones más cuantiosas están las que recibió Eurest, división española de Compass Group –una multinacional británica de servicios de restauración– y Clece, una empresa que forma parte del Grupo ACS, propiedad de Florentino Pérez. La primera consiguió el servicio de restauración por valor de 4.015.512,17 de euros; la empresa del presidente del Madrid fue contratada para el servicio de limpieza por un importe de 3.973.673,87 de euros y una duración de 107 días.

En total, la filial de ACS ha obtenido 35 contratos para la limpieza de hoteles, instalaciones del Metro de Madrid e Ifema por valor de 6,7 millones de euros, según Diario16. La mayoría de estas licitaciones se corresponden con el servicio de limpieza de 32 hoteles dispuestos para alojar a personal sanitario y enfermos de covid y suman 2.530.476,70 euros.

El grupo presidido por Florentino Pérez solicitó en mayo del año pasado que las administraciones públicas compensaran los sobrecostes derivados de la pandemia en las 30 residencias de mayores que gestiona en España. Según Clece, los gastos añadidos fueron de 7,2 millones de euros. Por el momento, la empresa de ACS es la única de las cinco grandes compañías que gestionan los centros de mayores que se salva de las querellas de la Fiscalía, después de que se conociera que Florentino Pérez había almorzado con la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, y el periodista Antonio G. Ferreras.

Clece es una antigua conocida de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. En 2017, según un informe de Audita Sanidad, fue la empresa que mayor importe de contratación obtuvo, 69.106.410 euros en tan solo tres acuerdos.

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El Zendal. A principios de enero, Público informaba del reparto de casi cinco millones en contratos del hospital Zendal a Ferrovial (limpieza, desinfección, desinsectación y desratización por 2.185.269,49 euros);  Ilunion (servicio de lavanderías, por 907.241,11); Eurest (servicio de alimentación y vending por 1.160.847,77) y a Cespa Gestión de Residuos S.A, por 436.787,34 euros. Dos semanas antes, la Consejería de Sanidad había adjudicado a Ferrovial el mantenimiento del Zendal sin concurso público por 1.125.212 de euros.

Y como no solo de Ibex vive Madrid, según informó la Cadena Ser, Ayuso adjudicó a dedo la seguridad del hospital a la empresa de una exconcejala del PP en Alcorcón, que recibirá más de 800.000 euros.

La compañía, Ariete Seguridad, lleva años adjudicándose los contratos de vigilancia en el antiguo Hospital Puerta de Hierro, cerrado desde 2008, tal y como ha recogido recientemente Público.

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“Madrid, el pavor y la fiesta”. En febrero de 2021, ‘Paris Match’ publicó un reportaje muy crítico sobre la estrategia de Ayuso.

Bulos interesados

Ayuso ha seguido durante estos meses de pandemia una política similar a la de Donald Trump. Salvo recomendar beber lejía, ha utilizado argumentos y estrategias que parecían copiadas del peor trumpismo. Trump conocía la gravedad del SARS-CoV-2 desde, al menos, principios de febrero de 2020. El día 7 de aquel mes, el entonces presidente de Estados Unidos –“el más criminal que jamás haya habitado el planeta Tierra”, según Noam Chomsky– le contó al periodista Bob Woodward que el virus era “mortal”, quizás cinco veces “más mortal” que la gripe, y que “sólo con respirar el aire” se producía el contagio. En público, el presidente aseguraba que el coronavirus no provocaba más que una gripe y que se iría con el calor.

El 19 de marzo, Trump le reconoció a Woodward que “siempre” quiso “restarle importancia” a la covid. “Todavía me gusta restarle importancia, porque no quiero crear pánico”.

El presidente de Estados Unidos sabía desde 2017 que llegaba un coronavirus. Semanas después del inicio de la pandemia, The Nation accedió a un documento clasificado del Pentágono elaborado tres años antes en el que el Departamento de Defensa alertaba de “una novedosa enfermedad respiratoria” y advertía de la escasez de respiradores, mascarillas y camas de hospital. El Gobierno de Trump no hizo nada.

El pasado jueves 8 de abril Ayuso fue entrevistada por Pedro Piqueras en Tele5. La candidata del PP volvió a defender la apertura de la hostelería: “No hay informes que digan que provoca más contagios que convivir en casa”.

Cada semana, la Comunidad de Madrid publica un boletín epidemiológico. En el último, del 6 de abril, está el resumen actualizado de los brotes registrados y el número de contagios. Como se ve en la tabla, de los 16.419 casos documentados, 1.172 (188 brotes) se han dado en el ámbito familiar y 2.334 (358 brotes) en el social.

La conclusión es sencilla: con los datos oficiales de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid las relaciones sociales han provocado el mayor número de brotes contagiosos, solo por detrás de las residencias de mayores.

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Los datos de la pandemia en Madrid

    1. Exceso de mortalidad

A principios de este año, el Instituto Nacional de Estadística actualizaba el número de fallecimientos en 2020: entre mediados de marzo y finales de diciembre murieron en España 391.399 personas frente a las 311.196 que fallecieron en el mismo período de 2019. El exceso de defunciones registradas era de 80.203 personas en relación con el mismo periodo del año anterior (el balance del Ministerio de Sanidad, que solo contempla a los fallecidos confirmados por coronavirus, era de 50.122).

Según los datos del INE, la Comunidad de Madrid fue el territorio más castigado por la pandemia, con un exceso de mortalidad en 2020 respecto a 2019 del 41,64 %.

Castilla-La Mancha, con un 35,58% más de muertes, Castilla y León, con un 28,88%, Cataluña, con un 27,22%, y Aragón, con un 24,4 %, completan la parte de arriba de la tabla. Galicia es la región en la que la variación anual de defunciones acumuladas ha aumentado menos: un 6,18 %.

    2. Mayor exceso de mortalidad en residencias

El 8 de abril, CTXT publicó un artículo de María Victoria Zunzunegui, doctora en Epidemiología, titulado “Madrid lidera el exceso de mortalidad en residencias”. Lo que sigue es un fragmento de dicho análisis:

“A pesar de que Madrid no haya registrado las defunciones de más de 2.500 residentes que fallecieron en el hospital después de su traslado, es la comunidad que demuestra el mayor exceso de mortalidad: 52,9%. El exceso de Madrid se puede explicar por varias causas: se aplicó un protocolo de exclusión de la atención sanitaria en los hospitales de referencia a los residentes enfermos que tenían deterioro cognitivo o discapacidad motriz y esta exclusión se aplicó desde mediados de marzo hasta mediados de abril, no se medicalizó las residencias a pesar de que hubo sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid para que se llevara a cabo la medicalización, solo se trasladaron a hospitales privados aquellos residentes con seguros privados, no se trasladó a los residentes enfermos al hospital de campaña. Similares argumentos se utilizan en el informe de Amnistía Internacional”.

3. Mayor presión hospitalaria en plantas y UCIS

Ingresos acumulados en planta y UCIS a 12 de abril // Fuente: Sanidad

La presión que han soportado los hospitales de la Comunidad de Madrid durante la pandemia ha sido brutal si se comparan los ingresos en planta y en UCI con los de las dos comunidades más pobladas de España.

La región, con 6,7 millones de habitantes, acumula 93.749 enfermos que han necesitado ser hospitalizados por covid, mientras Andalucía –con 8,4 millones de residentes– y Cataluña –con una población de 7,6 millones de personas– suman 42.156 y 39.303 pacientes respectivamente. Las unidades de cuidados intensivos madrileñas también han soportado una carga extrema, con 6.930 críticos, más del doble que en Cataluña (3.258 ingresos).

Propaganda y encuestas

“Esfuerzo y libertad” es el lema del vídeo de precampaña de Ayuso. En él, la candidata corre entre terrazas y comercios abiertos por distintos lugares icónicos de Madrid; también pasa por delante del hospital Zendal y acaba en la Puerta del Sol, sede del Ejecutivo autonómico.

En esa ciudad libre y viva que enseña el vídeo, el sur no está, ni los metros atestados, ni los centros de Atención Primaria que vacunan a los mayores, ni los trabajadores de la Sanidad Pública, ni los esenciales que se jugaron la salud cuando no había nada para protegerse contra el virus. Ese vídeo, según cuenta su protagonista, “representa la cultura del esfuerzo y no hay más palabras. La libertad no tiene más que demostrarse con ejemplos y con trabajo”.

Todas las encuestas electorales dan a la candidata popular una gran mayoría el 4-M, con alrededor del 40% de los votos y entre 59 y 60 escaños (la mayoría absoluta está en 69). Sin embargo, Ayuso puede caer en su propia trampa: anticipó elecciones para matar a Ciudadanos y ahora puede depender de que los naranjas se mantengan con vida para permanecer al frente de la Comunidad. La clave del resultado final estará en la movilización que consiga la izquierda en lugares como Vallecas, el barrio al que los discípulos de Trump acudieron para provocar a sus vecinos.

La campaña que arranca en pocos días enseñará caras muy distintas de la Comunidad.

Una, la de la derecha y la ultraderecha; la de la libertad de Ayuso –donde “ricos y pobres” se entienden en un bar–, y la de la libertad del partido que aspira a deportar a un hombre negro español, que reclama la apertura inmediata al público de estadios de fútbol, toros y espectáculos al aire libre. La otra será la que enseñen PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos. En sus manos está que la defensa de lo público, la vivienda, la igualdad, el antirracismo, el planeta, el feminismo y todos los derechos humanos ocupen titulares. También la dignidad de habitar Madrid: la Comunidad más rica de España no puede olvidarse de que miles y miles de personas viven en la pobreza.


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