Nissan cumple 11 días en huelga indefinida mientras los grupos PSA y Renault se plantean volver a Francia

La crisis del covid-19 ha sacudido la industria del motor, uno de los pilares, junto al turismo, de la economía española. Mientras el Gobierno de Macron condiciona las ayudas públicas al regreso de las fábricas a Francia, continúa la huelga en las plantas de la multinacional japonesa ante los temores de un cierre definitivo.

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El cierre de las plantas de Nissan en Barcelona puede afectar a 3.000 empleos directos y 20.000 indirectos. La plantilla lleva en huelga indefinida desde el 4 de mayo.

La pandemia lo ha trastocado todo. Decisiones que en tiempos normales llevarían años de deliberación, decía el escritor Yuval Harari, “se aprueban en cuestión de horas”. Y muchas de estas medidas tomadas durante esta emergencia, añadía, “se convertirán en parte integral de la vida”.

Estas medidas de emergencia están afectando a todos los sectores económicos, la industria de la automoción entre ellos. Este 14 de mayo, el Gobierno francés pasaba por encima de una de las vacas sagradas del neoliberalismo, especialmente en el marco de la Unión Europea: si las empresas que producen coches quieren recibir ayudas públicas tendrán que repatriar sus fábricas.“La industria automovilística francesa se ha deslocalizado demasiado y debe echarse atrás”, decía el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire.

Un golpe a una de las bases de la globalización que va a afectar especialmente a España, donde el país vecino plantea repatriar toda la producción del grupo PSA —Peugeot, Critrôen, Opel, entre otros— y del Grupo Renault. En ambos casos, el Estado francés tiene parte del accionariado de estos conglomerados, el 15% en el caso de Renault y el 6% de PSA. Y ambos grupos están atravesando importantes problemas financieros que los hacen dependientes de las ayudas públicas: Renault ya ha solicitado una inyección de 5.000 millones de euros para hacer frente a los efectos de la pandemia.

“La industria automovilística francesa se ha deslocalizado demasiado y debe echarse atrás”, decía el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire

De las 17 fábricas de automoción que existen en España, siete pertenecen a los dos grandes consorcios franceses. El grupo PSA posee actualmente tres plantas, una en Vigo, otra en Figueruelas y otra en Madrid, mientras que Renault tiene cuatro fábricas, dos en Valladolid, una en Palencia y otra en Sevilla.

Junto con el turismo, el sector del automóvil era hasta ahora otro de los pilares económicos de España: representa el 10% del PIB y el 19% del total de las exportaciones españolas. Los empleos directos que genera la industria ascienden a 300.000, mientras que dos millones de puestos de trabajo en total están ligados al sector. La posición de España, como segundo fabricante de automóviles en Europa, está ahora en entredicho.

Huelga indefinida en Nissan

La incertidumbre sobre el futuro de miles de empleos del sector también llegó a los centros de Barcelona de Nissan. El pasado 4 de mayo, el día que debía reanudarse la actividad, la plantilla se declaró en huelga indefinida ante la falta de certezas y de un plan industrial que permita compensar las malas noticias que llegan desde la multinacional japonesa.

Un plan industrial que no llegará hasta septiembre, según afirman desde la dirección de la empresa. Mientras tanto, la compañía anunció que pondría en funcionamiento una línea de producción para ensamblar un pedido de furgonetas para Mercedes, un trabajo que supondría la incorporación de un 30% de la plantilla. El resto permanece en un ERTE sin garantías de continuidad. Junto con las plantas de Ávila, Cantabria, Nissan suma 4.200 empleados en España. Según los sindicatos, solo en la provincia de Barcelona peligran 3.000 puestos de trabajo directos y 20.000 indirectos. Sin embargo, desde CC OO señalan que el futuro del resto de empleos de Nissan en España se juega en lo que pase con las fábricas de Catalunya.

La crisis del coronavirus no ha podido llegar en peor momento para estas plantas de Barcelona. La falta de trabajo y las políticas de la multinacional habían llevado que las fábricas de la Zona Franca funcionaran a menos del 25% de su capacidad. Los sindicatos denuncian la intención de la dirección de utilizar la crisis del covid-19 como excusa para cerrar definitivamente la planta una vez que se termine el encargo de Mercedes, actualmente suspendida por la huelga.

“La dirección de Nissan no ha aclarado en ningún momento las perspectivas industriales de futuro y nos encontramos en una situación que sobrepasa los límites de indefinición e incertidumbre respecto a la continuidad de las plantas productivas que Nissan tiene en el Estado”, sostienen desde CC OO.

El diario japonés Nikkei dice que Nissan, dentro de su plan de reestructuración por la crisis del coronavirus, cerrará la planta barcelonesa para trasladar la producción a las fábricas de Renault, previsiblemente en Francia

Este 14 de mayo se despejaban algunas de las incógnitas después de que el diario japonés Nikkei filtrara que la compañía, dentro de su plan de reestructuración por la crisis del coronavirus, cerrará la planta barcelonesa para trasladar la producción a las fábricas de Renault, grupo con el que forma una alianza empresarial. Según publicaba Expansión, las fábricas de Renault que tienen más opciones de acoger los actuales programas de producción españoles son las francesas, después de las condiciones puestas por el Ejecutivo francés para recibir ayudas públicas.

La incertidumbre es compartida por la mayoría de los trabajadores de un sector que se sostiene en la exportación de vehículos: el 85% de los vehículos ensamblados en España se destinan a terceros países. Y mientras buena parte de los trabajadores del sector han sido empujados a un ERTE, las previsiones no pueden ser peores: la venta de coches caería, según cifras del sector, a la mitad en 2020. Unas cifras que no afectan solo a las empresas y sus trabajadores, sino directamente al PIB español que, según el FMI, caerá este año en un 8%.