Quién es quién en ‘La Gaceta’ de Vox: una estructura nutrida por estrellas del aguirrismo

  • Santiago Abascal, Hermann Tertsch, Fernando Sánchez Dragó, Alfonso Ussía, Rafael Bardají… los pesos pesados con los que la formación ultraderechista busca reforzar su discurso y extender su influencia en Latinoamérica aparecen unidos por un nexo común más allá de su ideología: Esperanza Aguirre
  • Abascal fue alto cargo en su Gobierno; Tertsch y Sánchez Dragó, figuras de alto nivel e ingresos en Telemadrid; A Bardají incluso le prologó un libro; y Ussía la defendió a machamartillo con un ataque a Rajoy cuando finalmente dimitió como concejala en 2016

El presidente de Vox, Santiago Abascal y el escritor Fernando Sánchez Dragó en la presentación del libro ‘España vertebrada’ // EP

Santiago Abascal, Hermann Tertsch, Fernando Sánchez Dragó, Alfonso Ussía, Rafael Bardají… Son los pesos pesados con que la formación ultraderechista busca reforzar su discurso y extender su influencia en Latinoamérica a través del digital gaceta.es y la fundación de Vox que oficialmente lo financia: Disenso.

Pero más allá de la ideología, todos ellos aparecen unidos por un nombre que actúa como nexo común: el de Esperanza Aguirre. La figura de la antigua lideresa del PP madrileño, ahora imputada por supuesta financiación ilegal en el caso Púnica, asoma en sus respectivas biografías. Incluso también en la de Jorge Martín Frías, director de Disenso y que fue su asesor en el Ayuntamiento de Madrid hasta que en 2017 la expresidenta dimitió como concejal de oposición y se alejó de la política en lo que aún hoy parece un despedida final.

Abascal, que todavía no ha aparecido como firmante o entrevistado en el digital lanzado este 12 de octubre, el mismo que durante años perteneció a Intereconomía y que ha terminado en manos de una fundación presidida por él mismo, fue alto cargo en el Gobierno de Aguirre y en el de su sucesor Ignacio González: primero como director de la Agencia de Protección de Datos de Madrid y luego como director gerente final de una fundación pública autonómica que no pudo nunca ser fiscalizada debido a su opacidad. Por ese último puesto, el líder de Vox cobró 82.491 euros brutos en 2013 pero ese mismo año, el último de su existencia, la fundación no cumplió ninguno de los objetivos marcados.

También el periodista, hoy eurodiputado de Vox y presidente del Consejo Editorial de La Gaceta –un medio que nace muy volcado en los vínculos de España con América–, Hermann Tertsch debe al equipo de Aguirre parte de su ascenso en cuanto a popularidad. Y de sus ingresos. En febrero de 2016, el presidente del comité de empresa de Telemadrid, Luis Lombardo, compareció ante la Asamblea de Madrid. Y allí declaró que Tertsch había facturado en torno a un millón de euros a la cadena autonómica por su participación en Diario de la noche, Alto y claro KM 0. Tertsch emitió las facturas como persona física en una primera fase y posteriormente a través de una empresa de su propiedad.

Siempre según Lombardo, Telemadrid le abonó asimismo 30.000 euros para asistencia jurídica en un asunto de índole privado: el juicio contra el programa El Intermedio tras su enfrentamiento con otro cliente de un local de copas donde coincidieron ambos.

Con el apoyo explícito de Aguirre, Tertsch le acusó de haberle agredido por incitación del Gran Wyoming. Este periódico ignora en qué quedó lo sucedido con el otro cliente. Pero con independencia de ello, lo cierto es que en enero de 2010 aquel episodio movilizó a la presidenta de Madrid para proclamar públicamente que una broma de José Miguel Monzón, Wyoming, en El Intermedio había sido el desencadenante del ataque de un radical de izquierdas. Descendiente del general Narváez según su familia, dueño al menos entonces de un bar jalonado por una bandera de España, cornamentas de toro y fotos de hípica, consejero de una empresa con 5,2 millones de capital social, el atacante ofreció al diario Público una versión antitética que en todo caso apuntaba a una estricta bronca nocturna y ajena por completo a la política. «¿El Gran Wyoming? Yo no tengo televisor», fue su respuesta literal.

Firmísimo defensor del denominado liberalismo económico, la sintonía de Tertsch con el ala más conservadora del PP y con Esperanza Aguirre ya era visible en 2010. El 25 de mayo de aquel año, publicó en Abc un artículo sobre la gravedad de la crisis económica ya desatada. En el texto, cargaba contra la política del Gobierno de Zapatero. «Para evitar hundir a este país en la crisis más grave desde la guerra civil –escribió– se le tendría que haber caído el pelo a Rodríguez Zapatero el 15 de marzo del 2004». El día 1 de aquel mes, y a través de la mercantil Regueros 11 SL según el documento al que ha tenido acceso este medio, el periodista había emitido una factura contra Telemadrid por 8.430 euros. El concepto, «15 colaboraciones» en el informativo Diario de la noche.

Para el escritor Fernando Sánchez Dragó, su confluencia con Telemadrid en la etapa de Esperanza Aguirre se convirtió igualmente en una caudalosa fuente de ingresos. «Lo facturado –sostuvo el presidente del comité de empresa ante la Asamblea de Madrid en febrero de 2016– por la productora de Sánchez Dragó a Telemadrid asciende a un total de 2.857.000 euros«. [pincha aquí para leer el Diario de Sesiones]. En una breve conversación con infoLibre, Dragó remarcó el pasado sábado que tiene ideas pero no ideología. Que no es problema suyo quién financia La Gaceta. Y que no es «hombre de partido». «Me pone los pelos de punta –enfatizó–. Soy rigurosamente independiente y escribo donde me dejen decir lo que quiero, sea el Mundo Obrero [órgano del PCE] o la hoja parroquial». Como colofón, lanzó una de sus frases más conocidas: «Soy disidente de todo y militante de mí mismo».

Otra de las firmas de mayor rango en el nuevo banderín mediático de Vox es la de Alfonso Ussía. Tras 15 años como columnista en La Razón, abandonó en marzo sus colaboraciones en el periódico del Grupo Planeta. Rompió amarras bajo el argumento de que se le había aplicado la «censura interna» a un artículo suyo, extremo que el director del rotativo conservador, Francisco Marhuenda, negó tajante: «Siempre ha publicado lo que le ha dado la gana. Pero todo tiene un límite».

Según Marhuenda, el artículo que había escrito, sin relación con Planeta, el coronavirus o el Gobierno, contenía «imprecisiones», informaciones que los mismos «afectados han desmentido». Según el digital Vozpopuli, Ussía tildaba en ese artículo a Pedro Sánchez de «timador» por seleccionar preguntas «cariñosas» en las ruedas de prensa.

Este periódico no ha podido contrastar las dos versiones. Pero que el talante derechista de Ussía le había enfrentado no al PSOE sino incluso a Mariano Rajoy ya quedó fuera de duda en 2016. El 16 de febrero de aquel año, justo tras la dimisión de Esperanza Aguirre como presidenta madrileña del PP, escribió un artículo –en La Razón– donde defendió a la expresidenta madrileña con un severo ataque al entonces jefe del Ejecutivo central y del PP. Por ejemplo, incluyó las palabras que vienen ahora: «Estoy convencido de la honestidad personal de Rajoy, pero los motivos que han alentado a Aguirre a dimitir los tiene aún más graves y sobrados el presidente en funciones».

Pero la lista de conexiones y simpatías entre algunos de los elegidos por Vox para gaceta.es y Esperanza Aguirre no finaliza ahí. Otro ejemplo: Rafael Bardají, que fue un destacado integrante de FAES y hoy se erige en uno de los notables de la formación ultraconservadora con mayor proyección internacional, ya vio en 2011 cómo  Aguirre prologaba el libro que acababa de publicar, El reto de Rajoy. La entonces presidenta de Madrid, ya tocada por el caso Gürtel pero solo de forma tangencial y sin visos de que pudiese acabar imputada, definió a Bardají y al coautor de la obra como «consumados expertos en el análisis de la política internacional».


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