Y el PSOE se abstuvo

Tenía que ocurrir. Era cuestión de tiempo. Durante las últimas semanas, nuevos mensajes falaces se habían sumado a los ya vertidos durante los meses anteriores, tales como «Es mejor un PP en minoría que un PP en mayoría«, «Nuestra abstención no es ideológica, sino táctica«, «La abstención no es un apoyo al PP»

Viñeta: Josetxo Ezcurra

// Josetxo Ezcurra

…»Al votante hay que decirle que la política no es sentimiento, es razón» (Javier Fernández dixit), «El PSOE no se plantea en ningún momento una alianza con el PP, pero hay asuntos de Estado en los que siempre estaremos con el Gobierno» (habría que preguntarles si también van a estar con el Gobierno cuando éste sea dirigido por una fuerza de izquierdas como Unidos Podemos),

y la mejor de todas a mi modesto entender:»Si hubiera nuevas elecciones seríamos señalados como los responsables…Al PSOE no le interesa ir a nuevas elecciones en estas condiciones«: ésta particularmente no tiene desperdicio.

Habría que decirle al PSOE y a sus dirigentes que sí, que no tengan dudas, que ellos son los únicos, auténticos y verdaderos responsables, pero ya no de que hubiésemos ido a unas hipotéticas terceras elecciones (que al final no van a celebrarse), sino también de que fuéramos a unas segundas.

El pacto de gobierno con Podemos después del 20D fue perfectamente posible, pero ellos prefirieron pactar con la formación política de Albert Rivera, las nuevas generaciones de la derecha. Aún así, la desfachatez del PSOE es tan grande, que todavía sus dirigentes se atreven a acusar a Pablo Iglesias de ser el responsable de que no tengamos un Gobierno presidido por un «socialista» como Pedro Sánchez, el mismo que ellos han desalojado de la Secretaría General.

Durante estos días se ha practicado muy poca hemeroteca por parte de los medios de comunicación dominantes, difundiendo la falacia de que era la primera vez que el PSOE se abstenía ante la derecha, cuestión absolutamente falsa. Quizá sea cierto que es la primera vez que lo hace después de unas Elecciones Generales, para dar el Gobierno a la fuerza política más votada (que no significa, pues es otra mentira que se ha contado hasta la saciedad, que Rajoy hubiera ganado los comicios, pues son muchos más los votantes que han elegido a otras opciones que los que votaron al PP). Pero desde la Transición hasta aquí, el PSOE se ha abstenido ante leyes retrógradas y reaccionarias que ha logrado imponer la derecha, lanzando siempre la misma excusa para justificarlo: la «responsabilidad» y el «sentido de Estado«.

Así que, para las cosas «importantes«, para las «grandes cuestiones de Estado» (tales como el pacto antiyihadista, la ley de partidos, el reconocimiento de la tauromaquia como Bien de Interés Cultural, el fracking, y un largo etcétera), el PSOE siempre ha tenido una abstención preparada. Por tanto, no es la primera vez. El PSOE se ha abstenido muchas veces ante la derecha del PP. E igualmente, ha dejado de apoyar, o no ha respaldado, multitud de iniciativas que los grupos de izquierda de la Cámara (típicamente, IU, antes de la aparición de Podemos) habían llevado al Parlamento. Porque detrás de la fachada del PSOE, como muy bien afirma Alberto Garzón, se encuentra «una élite, estructurada en torno a Felipe González y su círculo de confianza, ideológicamente reunida en la convencida defensa del régimen económico-político español nacido en 1978«. Y así, durante años, y bajo el absurdo mantra de la «modernización» del país, el PSOE ha ultrajado, violado y prostituido todos los principios y postulados del socialismo.

Por  otra parte, el desprecio a la militancia ha sido rotundo, con frases como «La consulta a la militancia no está en la cultura del PSOE» (Guillermo Fernández Vara), o «El PSOE no es de sus militantes» (Javier Fernández). Seguramente no se han atrevido, no fuese que la militancia repudiara los planes de la Comisión Gestora y del Comité Federal, y la operación quedara aún más deslegitimada, si cabe.

Todas estas lindezas, y otras tantas por el estilo, intentaban preparar a la opinión pública para lo que iba a acontecer. Incluso ya no ocultaban que los intereses del partido era lo que verdaderamente les importaba, pues hacían declaraciones del tipo: «¿Cómo vamos a ir a unas terceras elecciones con el partido destrozado?«. Con declaraciones como éstas queda demostrada la falsedad de los dirigentes políticos «socialistas», ya que se hace palpable que los intereses del país y de su gente les importan un pimiento en adobo, sólo les preocupan los intereses de su organización política, y de la oligarquía que respalda y sostiene al PSOE. Y en cuanto a la falacia que han repetido por tierra, mar y aire, y que se resume en «Abstenerse no es apoyar«, uno de cuyos más airosos exponentes ha sido el extremeño Guillermo Fernández Vara, habría que recordarle que cuando Izquierda Unida de Extremadura se abstuvo y permitió gobernar al PP de José Antonio Monago en vez de al PSOE, las declaraciones del señor Fernández Vara fueron otras muy distintas.

Pero antes, hubieron de preparar la liquidación del Secretario General, pieza que les estorbaba en su tablero. En efecto, la operación de acoso y derribo al ex Secretario General, Pedro Sánchez, había sido orquestada y organizada minuciosamente, e incluso se ha sabido que Felipe González informó a Rajoy del golpe que preparaba el PSOE contra Sánchez. Igualmente, también se ha conocido que los Reyes de España estaban informados de buena mano, como señala este artículo. Pero lo cierto es que esta «Operación Abstención» ha dejado al PSOE sumido en el caos, y reducido a la ruina más espantosa.

No puede esperarse otra cosa de un partido que traiciona constantemente a su ideario y a sus votantes. Ya sabemos que ante cualquier intento de superar el felipismo (que acabó con el PSOE de izquierdas de la clandestinidad franquista) es inmediatamente abortado por los barones. El Golpe de Estado del aparato felipista, con todos los dinosaurios del PSOE detrás, debió ver en Pedro Sánchez un elemento peligroso para la línea conservadora, rancia y adicta a las puertas giratorias y al IBEX-35.

Esa fue la razón de que después de las elecciones del 20D prefirieran pactar con CIUDADANOS, esa fuerza política demagógica, reaccionaria y retrógrada, antes que con PODEMOS, que debería haber sido (si el PSOE fuese de verdad un partido socialista) su aliado natural.

Y por tanto, ya renunciaron a derogar la LOMCE, la Ley Mordaza, la Reforma Laboral, los recortes practicados, y toda la política antisocial que el PP había venido ejecutando en su última legislatura. Entonces también se debieron encender las alarmas entre la militancia, pero el caso es que aún no se encendieron. Ha tenido que moverse el PSOE hacia la abstención, descubriendo su complicidad con la derecha (demostrando que el PSOE también es derecha), para que una gran parte de la militancia comprenda por fin el auténtico calado del partido del que eran afiliados y afiliadas. Entendemos que éste ya es un éxodo sin retorno, afortunadamente, con lo cual el PSOE acaba de firmar su sentencia de hundimiento, defunción y enterramiento.

El Secretario de Organización del PSOE-A, Juan Cornejo, había declarado que a él «no le producía urticaria» la palabra «abstención». Claro, es posible que ni a él, ni a Felipe González, ni a Susana Díaz, ni a José Bono, ni a otros muchos les produzca urticaria, pero en cambio, si preguntamos a los jóvenes que tienen que exiliarse, a los mayores que ven disminuir sus pensiones, a los parados que ya no tienen prestación, a los autónomos que han tenido que cerrar su negocio, a los estudiantes que han tenido que abandonar sus estudios, a los trabajadores precarios que en su esclavitud no pueden desarrollar ningún proyecto de vida, a los dependientes que no reciben la atención debida del sistema, a las mujeres, etc., a todos estos colectivos, la palabra «abstención» ante el gobierno más corrupto, despiadado y cruel de nuestra democracia sí les produzca urticaria. Y les produzca también desasosiego, intranquilidad, nerviosismo, tristeza, impotencia, rabia, indignación, y mil cosas más.No puede haber por tanto solución de izquierdas en nuestro país, de la mano del PSOE. Su núcleo dirigente lo impide.

Como tantas veces hemos explicado en otros artículos, ellos hace mucho tiempo que pasaron de la chaqueta de pana al más puro y descarnado social-liberalismo. La abstención ha sido gestada no por la Gestora del PSOE, personajes que siguen siendo monigotes a las órdenes de otros personajes que están más arriba que ellos, y que llevan orquestando dicha operación para seguir contentando a los poderes financieros y a la Troika. La abstención ante el PP ha sido una operación cobarde y rastrera, indigna de un partido político que tantas veces declaró ser «la alternativa a la derecha». La verdad es que no lo fueron nunca. Su militancia de izquierdas, poco a poco desencantada, irá dando su apoyo a otras formaciones políticas, sobre todo a Unidos Podemos.

Porque su abstención cantada desde hace meses es la prueba evidente de su estrategia hipócrita, ambigua e interesada, y su correspondiente declive político y electoral. El PSOE jamás volverá a ser la fuerza hegemónica de la izquierda tras esta vergonzante decisión.

Al igual que buena parte de la socialdemocracia europea, el PSOE abandonó sus principios socialistas y se entregó de lleno al neoliberalismo y a la mal llamada «austeridad». Su indefinición y ambigüedad política ha ido avanzando durante años, hasta tal punto que hoy día no sabemos qué demonios defiende el PSOE. Probablemente ni ellos mismos lo sepan. Su historia de encuentros y reencuentros con la derecha ha sido intensa. Como nos recuerda Juan García Ballesteros, del Colectivo Prometeo:

«Durante las diferentes legislaturas habidas hasta ahora, el PSOE y el PP como perros amaestrados han seguido el dictado de los poderosos. Han gobernado uno u otro, pero en cuestiones «de Estado» por el bien de España, se han dado la mano e incluso se han abrazado. Han desarrollado la misma política económica. En aras de la austeridad, han recortado derechos sociales y laborales, han privatizado las empresas públicas, han permitido los desahucios, han modificado la Constitución –tan sagrada– con el artículo 135 y han ido poco a poco empobreciendo a millones de personas«.

Por tanto, si nos basamos en sus actos y en sus decisiones, está claro que estamos ante una fuerza política que ante los graves desafíos económicos neoliberales de nuestro tiempo, lejos de enfrentarse a los mismos, ahonda en la línea política que nos conduce a la reducción, e incluso eliminación, de derechos laborales, económicos y sociales, y aumenta las desigualdades. Tampoco ha demostrado jamás conciencia ecologista, ni pacifista. Incluso sus medidas de corte feminista también han sido tímidas e insuficientes. Podríamos poner innumerables ejemplos de todo ello, que no haremos para que este artículo no se alargue demasiado.

¿Qué pretende, pues, el PSOE? A estas alturas, pensamos que el partido que fundara Pablo Iglesias en 1879 no es ni la sombra de lo que fue, es una formación política en claro proceso de descomposición, y sólo persigue continuar concentrando la llama extinta de un bipartidismo demoledor para nuestra débil democracia.

Tomando las palabras de Lucas León Simón: «En realidad, la actual crisis del PSOE lleva gestándose desde hace mucho tiempo. La socialdemocracia europea se ha quedado sin modelo, sin discurso y sin ideología. Venden ideas y verborrea de «izquierdas» durante los períodos electorales y gobiernan a los dictados del mercado y de los poderes fácticos cuando ocupan el poder«.

Con la abstención del PSOE ha ganado el régimen surgido de la (incumplida y ninguneada) Constitución de 1978, ha ganado la banca, ha ganado la oligarquía, han ganado las grandes empresas y las enormes fortunas. Han ganado Bruselas, la Comisión Europea y la Troika. Han ganado los recortes, las puertas giratorias, la precariedad, la desigualdad, la inestabilidad y la impunidad de los corruptos. Ha ganado la casta. Y han perdido las clases trabajadoras, los más desfavorecidos y vulnerables, los humillados de nuestra sociedad, los de abajo. Han perdido los jóvenes, los pensionistas, los desempleados, las mujeres, los estudiantes, los exiliados, los dependientes, y todos aquéllos colectivos que aspiraban a una sociedad más humana, más justa y equitativa, y a los cuales sí les produce una tremenda urticaria un nuevo Gobierno de Rajoy. Aunque el PSOE tenga 137 años de historia, todo ello representa una pesada carga, de la cual creemos nunca se recuperará.

Lo ha explicado muy bien Luis Gonzalo Segura, ese valiente ex teniente expulsado del Ejército, por destapar en varios libros sus tramas de corrupción. Este régimen del 78, 35 años después de su primera instauración, está a un paso de volver a culminar un Golpe a la sociedad española. Bajo la excusa de la «grave crisis institucional que sufre el país, ante la ausencia de un gobierno«, todo les vale para impedir que la izquierda gobierne en España. Les tiemblan las piernas sólo de pensar que muchos perderían sus privilegios. Bajo el paraguas de la «emergencia nacional» se esconde una operación encubierta para perpetuar el mando de una oligarquía, a la que representan los tres partidos que gobernarán en coalición: PP, PSOE y C’s.

Una especie de gobierno de concentración que dictamine continuar por la misma senda neoliberal, de recortes y de «austeridad», de eliminación de derechos, de miseria y de pobreza. Retomamos estas bellas palabras de Benito Sacaluga, tomadas de su artículo «Banderas al viento»: «La calle Génova se llenará de banderas azules. Noviembre amanecerá repleto de azules, los hijos políticos de Manuel Fraga agitarán la enseña huérfana de gaviota convertida en el símbolo de una victoria acuñada golpe a golpe, mano a mano, con el enemigo. El derrotado será el pueblo español, sus trabajadores. El Viriato socialista ha corrido la misma suerte que el original lusitano, puesto fuera de combate gracias a los traidores«.

Sólo nos queda esperar que esta legislatura no dure demasiado. Ya llueve sobre una inundación. Y en la siguiente campaña electoral, sea cuando sea, este infame PSOE se volverá a disfrazar de izquierda. Lleva más de 35 años haciéndolo. Esperemos que para entonces, ya nadie se crea ese bulo. Finalizamos con las palabras que le dedicó Teresa Rodríguez a Susana Díaz en el Parlamento andaluz: «Les felicitamos en su matrimonio, pero su luna de miel no va a ser nada satisfactoria«.

«Se han quedado sin Secretario General y también sin partido, y todo por el miedo a quedarse sin país» –Ramón Cotarelo

«En resumen, cautivo y desarmado el ejército de Sánchez, las tropas cebrianistas, felipistas y susanistas han vencido. Sin embargo, la guerra dista mucho de haber terminado, y continuará desangrando al PSOE mes tras mes, llevando a este partido centenario a la más que probable desaparición, y encima, de la forma más humillante posible, haciéndose cómplice de la derecha y entonando su propio réquiem como mera comparsa de los grandes poderes del país. La conclusión final que podemos extraer de este bochornoso episodio en las filas socialistas es que, tras la boda roja y la masacre política de los partidarios del “No es No”, Unidos Podemos pasa a convertirse en la única fuerza de oposición y de izquierdas en España» –Miguel Candelas

«El defenestrado secretario general olvidó que esto del PSOE, por más que se empeñen en disfrazarlo de partido que respeta la democracia interna, es una empresa familiar. Es mucho más grave engañar a Felipe González en una cena privada, que engañar a la militancia, los medios de comunicación y por extensión a todos los españoles (…) Tal vez haya llegado la hora de que el PSOE se defina, se sincere con sus militantes y deje paso a un partido socialista que esté del lado de los ciudadanos» –José Miguel Monzón (“El Gran Wyoming”)

«PP y PSOE están aliados en la defensa de un régimen corrupto en el que se respetan» –Alberto Garzón

«El PSOE ha completado hoy el ciclo que arrancó con la reconversión industrial en 1983, continuó con la entrada en la OTAN en 1986, fue consolidándose con las privatizaciones durante los noventa, se aderezó con la corrupción de los 14 años de gobierno de González, y alcanzó su madurez con los ajustes que puso en marcha Zapatero en 2000» –Juan Carlos Monedero

«Una especie se muere; los socialistas de antaño ya no son lo que eran -si alguien sabe muy bien lo que eran, cosa nada fácil- pero han entrado en su período de cuidados paliativos y el equipo médico-político es de una incompetencia que garantiza sin ninguna duda que van camino del cadalso»–Gregorio Morán