Los «mejores» eufemismos económicos

La palabrería política ha dado vida a una interminable lista de palabrejas y expresiones rocambolescas que intentan maquillar el verdadero estado de nuestra economía.

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El uso de los eufemismos para esconder el verdadero panorama de la economía actual se ha convertido en algo habitual en nuestros gobernantes. El “arte” de la palabrería política ha dado vida a una interminable lista de palabrejas y expresiones rocambolescas que intentan maquillar (con muy mal gusto) el verdadero estado de nuestra economía o sus intenciones ocultas. Pero como uno de los principales fines de El Salmón Contracorriente es traducir el mundo económico a un lenguaje comprensible, acabamos de fundar La Real Academia del Salmón (la RAS). Empezamos con este singular listado de eufemismos:

Los 7 “mejores” eufemismos económicos del Gobierno español

1. Reformas estructurales

Dicho así parece que estemos aislando las ventanas de nuestra sociedad para que estemos todos más calentitos y ahorremos en energía o cambiando el viejo y rayado suelo de nuestra economía por un reluciente parqué por el que andaremos todos más cómodos sin necesidad de zapatos, pero nada más lejos de la realidad, esta expresión ha sido utilizada por el Gobierno siempre que ha querido reformar las partidas presupuestarias para quitar dotaciones de dinero de áreas que no consideran importantes para aumentar en otras. Esto es: recortar en educación, sanidad o servicios públicos para aumentar la partida de pago de intereses de la deuda o rescatar a la banca. También es usado para cambiar legislaciones en favor de las élites financiera y empresariales, como en el caso de la reforma de la Ley Laboral.

En resumen, siempre que un político use la expresión “reformas estructurales” echaos a temblar porque vienen cambios a peor, a no ser que seas un banquero.

2. Crecimiento negativo

Puede parecer que la frenética obsesión del capitalismo por el crecimiento le haga medir todo en base a ese concepto, tanto es así que parece que son capaces de hablar sobre decrecimiento o disminución usando ese término. Pero es una estrategia más para confundirnos. Si en un informativo aparecieran unas imágenes de nuestro ministro de Economía pronunciando las palabras “vamos a realizar nuevas reformas estructurales para cambiar la tendencia del crecimiento negativo en el que nos encontramos” nuestro cerebro tardará un buen rato en asimilar su significado (muchos posiblemente no lleguen a entenderlo ya que antes serán interrumpidos por una noticia sobre las nuevas botas que ha estrenado Cristiano Ronaldo y que abren la sección deportiva), en cambio, si De Guindos dijera: “vamos a recortar más todavía en educación y sanidad porque no ha sido suficiente y nuestro país se va al garete” lo entenderíamos mucho mejor. Lo entenderíamos tan bien que no creo que nos hiciera mucha gracia.

3. Regularización fiscal

Lo que para nuestro Gobierno es una regularización (RAE: Legalizar, adecuar a derecho una situación de hecho o irregular) para el resto de los mortales es una Amnistía Fiscal. Es decir, que se han perdonado los delitos cometidos sólo con la condición de que traigas tu dinero a España y pases por caja en Hacienda. Al señor Montoro le da igual si eres traficante de armas, de drogas, de personas, eres un evasor de impuestos o eres un político corrupto, todo queda perdonado si traes tus cuentas de Suiza. Además esta regularización no hará pagar los impuestos que regularmente debería pagar alguien que gana esas cantidades. El evasor tiene el premio de pagar sólo un 10% de lo defraudado.

Pero amnistía fiscal no es la única traducción de este eufemismo, porque si eres uno de esos traficantes, corruptos o potencial evasor y escuchas que el Gobierno, que se siente agobiado y endeudado -porque gente como tú no paga impuestos- va a perdonar a todos los evasores, y lo hará por un precio inferior a lo que deberías pagar si eres legal, entonces lo que tú escuchas de los labios de Montoro es “chollazo”.

4. Moderación salarial

Al utilizar la palabra “moderación” da la impresión que los salarios en nuestro país estaban viviendo una borrachera festiva descontrolada y necesitaban que el Gobierno los calmara para que esta orgía de dinero no se nos fuera de las manos. Un término muy curioso teniendo en cuenta el salario mínimo interprofesional y el salario medio en España es de los más bajos de Europa. Este eufemismo esconde la rebaja o congelación de los salarios, así como la precarización de los puestos recortando en derechos, horas o dinero. El Gobierno usa mucho este término con la excusa de mejorar otro de los más aclamados eufemismos: la competitividad.

5. Competitividad

Para un Gobierno que no invierte lo más mínimo en la educación de su capital humano ni en I+D y que al mismo tiempo obedece complacientemente las órdenes de la “Europa a dos marchas” (otro lindo eufemismo para decir Europa divida entre ricos poderosos y pobres subyugados) de Angela Merkel, la mejor manera de salir de la crisis es abaratar nuestros salarios hasta el punto de que nuestra esclavitud y precariedad abaraten nuestros productos para así poder vender nuestros productos a los “todo a cien” de otros países. O para que a los quinceañeros británicos les salga más barato venir a emborracharse a Salou que irse a las playas de Croacia.

Al Gobierno le da igual que las exportaciones sólo representen alrededor del 30% de nuestro PIB y que congelar los salarios destroce el consumo interno del país, que por intentar vender más productos fuera nadie tenga ni un euro para consumir en España y se deteriore ese 70% de la producción restante, ¿quién quiere hacer caso a los datos económicos pudiendo esconderse detrás de un buen eufemismo?

6. Saneamiento de cuentas o balances

Con este término, usado en referencia a las ayudas y a la inyección de dinero público a la banca, da la impresión de que nuestro Gobierno ha actuado como el médico de cabecera que ha ayudado a un convaleciente y necesitado sector bancario que se ha contagiado por ese virus maligno que han sido los ciudadanos. Esos que han vivido por encima de sus posibilidades. Pero este eufemismo se usa para esconder el rescate a la banca, las gigantescas cantidades de dinero público que se han inyectado en las cuentas de los bancos que, debido a sus irresponsables y especuladoras actuaciones, se hundieron en su propio agujero. Las inyecciones directas de capital, los préstamos del Banco Central Europeo a intereses casi nulos son mostradas como saneamientos necesarios. Otra medida de este peculiar saneamiento son las compras de toda su basura financiera y ladrillo invendible por parte de nuestro próximo eufemismo: el SAREB.

7. La Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (SAREB)

Cada una de las letras de este acrónimo es un canto al eufemismo económico creado por nuestro Gobierno. Para que el agujero económico que ha provocado este organismo no se incluya en las cuentas del Estado (se creó con un 45% de capital público y un 55% privado) lo califican como sociedad que aparenta ser una empresa totalmente privada en vez de llamarlo organismo, administración o empresa pública.

Activos es una bonita palabra para hablar de basura financiera, pisos invendibles (los vendibles se los ha quedado la banca), obras faraónicas y urbanizaciones a medio construir que el SAREB le ha comprado a la banca. Reestructuración bancaria es un eufemismo primo hermano de saneamiento de cuentas, en la que la palabra reestructuración vuelve a esconder el rescate con dinero público y sus consiguientes fusiones y absorciones también financiadas con nuestros impuestos.

Todo ello ha hecho que el SAREB sea bautizado por muchos con el nombre de “Banco malo”, término negado en innumerables ocasiones por el Gobierno, aunque es bastante lógico que ellos lo nieguen, porque si eres el Gobierno, un directivo o accionista de los bancos que fueron “saneados y reestructurados” o eres su presidenta Belén Romana (que cobra medio millón de euros al año), para ti el SAREB no es un banco malo, es más bien un banco de puta madre.

 

Los 7 «mejores» eufemismos económicos de la Troika

En este último año hemos visto cómo la soberanía de muchos pueblos y sus gobiernos ha sido suplantada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y ese organismo del que forma parte llamado la Troika. Sus peticiones (órdenes y/o amenazas) son tomadas al pie de la letra por los países que han contraído deudas con ellos y las noticias se llenan de declaraciones realizas por sus componentes. Muchas de estas declaraciones usan un lenguaje lleno de eufemismos que resulta de difícil comprensión para la mayoría de la población.

La Troika (el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea) nos tiene acostumbrados a un complejo y amable vocabulario económico que muchas veces escapa a nuestro entendimiento. Por ello, la Real Academia del Salmón (RAS) os trae esta selección de sus mejores eufemismos económicos explicados para que la próxima vez que oigamos sus poderosos consejos podamos entender mejor a “los hombres de negro”.

1. Solidaridad

 

La palabra solidaridad siempre ha sido sinónimo de ayudar al que más lo necesita, “arrimar el hombro” que se dice comunmente, sin exigir nada a cambio. Sólo por el hecho de que la otra parte lo necesite. Pero la Troika usa esta palabra cuando presta dinero, para que sea devuelto con intereses a cambio de duras condiciones. Entre estas condiciones se pueden encontrar las de despedir a empleados públicos o vender/privatizar sus recursos a empresas privadas (que en muchas ocasiones, casualmente, provienen de estos mismos países “solidarios”). Dicha solidaridad se acuerda bajo contratos que no pueden ser rotos bajo ningún concepto, aunque el cumplimiento de esas condiciones suponga condenar a la miseria y a una austeridad que agrava el problema de la economía del país receptor de esa solidaridad.

 

Como hemos comentado, estos eufemismos parecen calar muy bien en el discurso de otros “mandatarios” europeos que han incluido en su vocabulario ese mismo extraño concepto de solidaridad, como podemos ver en las declaraciones de nuestro presidente del Gobierno.

De los 86.000 millones de euros que solidariamente se le va a conceder a Grecia, 50.000 irán a pagar deudas e intereses que se le deben en su mayoría a los mismos que prestan ese dinero. Sólo 11.000 serán usados por el gobierno griego para reactivar su empobrecida economía y unos 25.000 millones se emplearán en nuestro siguiente eufemismo: recapitalizar a la banca.

2. Recapitalización del sistema financiero

Recapitalizar el sistema bancario o financiero es un bonito eufemismo para referirnos a rescatar a la banca, salvar, inflar de dinero, limpiar sus cuentas de basura o incluso puede llegar a significar “socializar y hacer públicas las pérdidas de los bancos privados”. Esta expresión ha sido usada por la Troika para indicar que es necesario rescatar a la banca por encima de todo, incluso por encima de las personas. Si usaran los términos rescatar o limpiar, la población se podría dar cuenta de que a quien se intenta salvar siempre es al sector financiero y se podrían quejar de que los mayores culpables de la crisis son los primeros en ser salvados. Por lo que utilizar la palabra recapitalizar da una imagen de estar realizando alguna cosa económica que nuestra mente de populacho no es capaz de entender. O al menos eso creen ellos.

Pero entender la recapitalización es tan sencillo como imaginar que vais a un casino y os jugáis todo vuestro capital en arriesgadas apuestas. Si después de eso ganáis pues perfecto. Si, en cambio, perdéis llega la Troika y ordena a vuestro gobierno que os recapitalice metiendo en vuestras cuentas todo el dinero que habéis perdido…no sois capaces de imaginarlo, ¿verdad? Pues haber sido banqueros.

3. Reformas estructurales

Este eufemismo también ha sido correctamente adaptado por nuestro Gobierno para hablar de sus reformas de las leyes laborales o fiscales. Pero lo curioso del uso que le da la Troika –peculiarmente del uso reiterado que le da el FMI– es que son capaces de exigir unas reformas estructurales a un país, ver que no funcionan y volver a exigirles exactamente las mismas al siguiente país con el que se topan…y así durante más de tres décadas.

El verbo reformar siempre ha sido utilizado para realizar un cambio a mejor sobre algo. Combinado con la palabra “estructurales” debería significar un cambio de las estructuras de un país para que este mejore. Pero si vemos el currículum de los países por los que ha pasado el FMI y observamos los maravillosos efectos de las reformas estructurales impuestas a Grecia –después de 5 años de estas reformas la deuda griega ha crecido del 100 al 187% de su PIB sin que mejore la economía–, más que unas reformas parecen unas demoliciones estructurales. Estas reformas impuestas a cambio de su “solidaridad” suelen implicar el despido de funcionarios, la subida de impuestos indirectos que afectan en mayor medida a las rentas bajas, como el caso del IVA, y la privatización de los recursos del país con su correspondiente expolio por parte de los inversores extranjeros y los “mercados”.

4. Fondo fiduciario de activos públicos

Un fondo fiduciario es un instrumento financiero que se usa para que una parte, llamada fiduciaria –y que en este caso es la Troika– administre los bienes de otra persona o parte. Normalmente se suele utilizar esta figura para administrar los bienes de un menor hasta que cumpla la mayoría de edad o para administrar los bienes mediante las indicaciones de una tercera persona.

Pero en el caso del fondo fiduciario de activos públicos que ha exigido la Troika a Grecia se trata de elaborar una bolsa de recursos públicos que se venderán y privatizarán en el caso de que el país heleno no atienda a las condiciones impuestas a cambio de su “solidaridad”. Algo que ya se da por hecho que no se va a poder devolver, ya que incluso el FMI ha admitido que la deuda griega es insostenible. Ese fondo será un lugar donde se depositarán unos bienes públicos para ser vendidos seguramente, como ya hemos indicado antes, a las empresas privadas de los países «solidarios», como ha ocurrido con los 14 aeropuertos griegos vendidos a una empresa alemana.

5. La dualidad del mercado laboral

Este término es usado para referirse a un mercado laboral donde existen dos perfiles de trabajadores altamente diferenciados. Un perfil de trabajador con contrato fijo que está protegido por una legislación que obliga a las empresas a pagarle una alta indemnización en caso de despido y que posee una buenas condiciones laborales adquiridas después de varios años. Otro perfil sería el del trabajador temporal y precario que es el primero en sufrir las consecuencias de una crisis o bajada de la producción y que tiene muy complicado llegar a pertenecer al primer grupo. Al primer grupo se le llama insiders (los que están dentro) y a los del segundo grupo se les denomina outsiders (los que están fuera), porque cuando no se encuentra un eufemismo adecuado también podemos usar palabras en inglés. Llamar outsider a un precario es más políticamente correcto y además suena más cool (guay).

La Troika advierte de que esta dualidad podría ser un grave problema, ya que los outsiders deberán mantener las pensiones de los insiders en un futuro próximo y la diferencia de niveles salariales y años de cotización pueden resultar un grave problema para mantener un equilibrio, y por lo tanto exige que se corrija. Visto así podríamos pensar que la Troika lo que quiere es acabar con el trabajo precario y convertirnos a todos en insiders…¡pero no! Lo que la Troika exige son reformas laborales para eliminar las protecciones a los insiders para que sean fácilmente despedibles, de manera que las empresas puedan contratar a precarios outsiders para hacer los trabajos de los antiguos insiders por el mitad de salario y convertirnos a todos en 1) outsiders que trabajan de una manera precaria o 2) insiders que se convierten en outsiders al quedarse en paro a una edad mayor. Fatídico para la población, maravilloso para las empresas.

6. Recuperar la confianza

La “confianza”, como concepto y como vara de medir, es otro de los términos usados por la Troika que distan mucho del significado que le podríamos dar el resto de mortales. La confianza se define como sinónimo de fiabilidad, seguridad o es usado para referirnos a una relación de amistad o familiaridad. Pero observando cuándo la Troika usa esta medida, advertimos que la confianza está basada en el nivel de docilidad que muestre el gobierno en cuestión. Así, si acatamos toda reforma estructural impuesta, recapitalizamos nuestro sector bancario y les devolvemos toda su solidaridad más intereses sin ninguna queja podremos recuperar toda sus confianza.

La confianza está basada en el nivel de docilidad que muestre dicho gobierno

El nivel de confianza también parece tener una relación directa con la orientación política del gobierno con el que traten, sus tratos con países “no aliados”, su nivel de apertura de puertas al expolio de la inversión extranjera, su predisposición a pagar sus deudas pendientes o, en resumidas cuentas, a seguir toda indicación que la Troika le ordene sin poner pega ninguna. De ese modo, un gobierno de izquierdas que negocia con Rusia y quiere auditar su deuda se encontrará en un nivel extremo de “perdida de confianza total”. Si en cambio eres un gobierno de derechas, proeuropeo y abierto a la privatización de tus recursos naturales, te encontrarás en el extremo contrario en una “favorable y total recuperación de la confianza” y posiblemente ganes una quita o una reestructuración de tu deuda.

7. Esfuerzos adicionales

Después de aceptar su solidaridad, a cambio de reformas estructurales, recapitalizar la banca y hacer todo lo que nos pidan para devolver la confianza a los mercados, podrá parecer que esa recuperación económica que nos prometieron y pronosticaron debe llegar ¿verdad? ¡Pues no! Porque después de todo eso, la Troika siempre pide esfuerzos adicionales, lo que viene a significar que nunca es suficiente y que deberemos volver a hacer exactamente lo mismo para buscar un resultado de mejora económica, algo que el FMI nunca ha conseguido en ningún país.

Para ello la directora del FMI Christine Lagarde, una mujer que cobra más de 400.000 euros al año libre de impuestos, nos pedirá nuevamente esfuerzos adicionales tales como la subida de impuestos, la congelación de salarios y pensiones, o la privatización de más servicios públicos. Nos queda el consuelo de que, al leer este artículo, al menos podremos tener una mejor idea y entender cuales son esos esfuerzos que nos piden.

Nota: Tomalaprensa recopila estos dos artículos, fusionándolos en uno –aunque el primero de ellos se publicó originalmente el 24 de noviembre 2014– porque considera que los dos deberían ser de obligada lectura.

Fuente, El Salmón Contracorriente:

 

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