Som Energia acuerda «luchar contra las renovaciones de las concesiones hidroeléctricas del oligopolio»

  • La propuesta ha sido aprobada en la última asamblea anual con el rechazo expreso del Consejo Rector de la eléctrica, que prefiere apostar por solar y eólica
  • Socios de la eléctrica elaborarán un plan de acción y votarán la posible inclusión de ese objetivo en sus líneas estratégicas
  • «Introducirnos en la hidráulica no fluyente de gran tamaño, implicaría entrar en la especulación con el agua», según el órgano rector de la cooperativa

Central hidroeléctrica de Mequinenza

Central hidroeléctrica.

«Activismo (real) de Som Energia para luchar contra las renovaciones de las concesiones hidroeléctricas del oligopolio» de las compañías verticalmente integradas que forman Endesa, Iberdrola, Naturgy, EDP y Viesgo (Repsol). Es la moción que los socios de Som Energia, cooperativa de consumo y producción de electricidad 100% renovable sin ánimo de lucro, han aprobado en su última asamblea anual, celebrada el pasado 25 de mayo.

Con la propuesta, planteada por un socio de la cooperativa y aprobada por 365 votos positivos, 78 negativos y 86 abstenciones, los cooperativistas de la eléctrica han instado a su Consejo Rector «a que convoque un proceso participativo para que las personas socias de Som Energia que tengan interés y conocimiento del tema, elaboren un Plan de Acción, con presupuesto relacionado, para que se apruebe en la próxima Asamblea si se incorpora tal actuación en las siguientes líneas estratégicas de Som Energia».

En la asamblea también se aprobó, con 310 votos a favor, 94 en contra y 125 abstenciones, otra moción para «incluir dentro de los objetivos de recursos renovables la gestión de Presas». El Consejo Rector deberá impulsar «la elaboración de una guía de criterios, de forma participada, para acotar los baremos sobre qué presas pueden ser gestionadas», y «una investigación sobre de qué forma se podrían establecer gestiones participadas de este tipo de instalaciones».

El Consejo Rector de Som Energia rechazaba esas propuestas. Entendía que la cooperativa ya tiene fijados los criterios de inversión en las diferentes tecnologías renovables y que «a día de hoy no se percibe una demanda de modificar dichos criterios para adaptarlos a las grandes presas».

En el caso concreto de la hidráulica se añade que priorizamos, con los recursos económicos actuales, el desarrollo de proyectos de eólica o fotovoltaica», que son «mucho más rentables y aportan más variabilidad al mix energético».

«Tampoco disponemos de capacidad para movilizarnos, como para invertir en gran hidráulica», añadía el Consejo Rector, que consideraba que «introducirnos en la hidráulica no fluyente de gran tamaño, implicaría entrar en la especulación con el agua, ya que es necesario para rentabilizar dichas infraestructuras». Pese a su recomendación, las mociones salieron adelante.

Vencimientos en cascada

La búsqueda de herramientas para tratar de hacer frente desde Som Energia al dominio que las grandes eléctricas ejercen desde hace décadas en las presas hidráulicas se va a producir en vísperas de que venzan en cascada en los próximos años decenas de concesiones. Unas 25 lo harán hasta 2020 y otras 70 hasta 2030. En noviembre, la ministra Teresa Ribera explicó que entonces había 115 aprovechamientos hidroeléctricos de cuencas intercomunitarias extinguidos, de los que unos cien estaban abandonados y con poca rentabilidad económica aparente.

En este contexto, el Gobierno y muy especialmente Podemos han planteado la posibilidad de recuperar los aprovechamientos hidroeléctricos cuyas concesiones caduquen en los próximos años. La formación morada ha propuesto crear una empresa pública de energía para ello.

Hasta ahora, Som Energia ha preferido poner el foco en objetivos más modestos y al alcance de sus posibilidades: solar, eólica, biogás y minihidráulica. Ya tiene en marcha seis pequeñas instalaciones y este año espera poner en funcionamiento otras tres. Pero aportan una parte mínima de sus ingresos. El grueso procede de la comercialización de energía, cuyos márgenes son muy ajustados. La firma logra beneficios gracias a las aportaciones voluntarias de sus socios (un céntimo de euro por kWh consumido), que tienen un peso muy relevante en el resultado final.

La asamblea, que contó con la asistencia de 314 personas en las diferentes sedes de la cooperativa y la participación de otros 215 socios de manera virtual, aprobó todos los puntos del orden del día, incluyendo otras propuestas de los cooperativistas: desarrollar un marco comercial y financiero para llevar a cabo acuerdos de compraventa de electricidad con un productor independiente (Power Purchase Agreement); ayudar a los socios afectados por catástrofes naturales subvencionando la energía utilizada o reservar un tercio del Fondo de Educación y Promoción Cooperativa para apoyar iniciativas de transición ecológica locales.

Con sede en Girona, cerca de 58.000 socios y casi 100.000 contratos de suministro en vigor, Som Energia se caracteriza por una gestión participativa basada en el debate entre sus socios de las propuestas que llegan a la asamblea anual a través de 53 grupos locales repartidos por todo el Estado. Nacida en 2010 con el objetivo de cambiar el modelo energético hacia uno 100% renovable y democrático, se ha consolidado como uno de los ejemplos más relevantes de socialización de la energía en España. Este año prevé alcanzar los 64 millones de euros de facturación, tras incorporar el año pasado 13.790 socios.

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