Ordenan el desalojo de Radio Vallekas tras 35 años de emisiones

Tras el juicio celebrado por una denuncia de la Agencia de Vivienda Social de la Comunidad de Madrid se ordena el desalojo de la histórica radio comunitaria.

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Instalaciones de Radio Vallekas, en Madrid //  Álvaro Minguito

“Nos echan, no nos callan”. Con este lema resumen desde Radio Vallekas (RVK) la tesitura actual a la que se enfrenta esta asociación sin ánimo de lucro que existe desde hace 35 años. Este sábado 20 de febrero se están reuniendo varias personas socias de la radio para hacer inventario de todos los materiales que se ha ido acumulando en el local desde hace más de 10 años.

En diciembre de 2019 llegó a las oficinas de la radio una carta anunciando un juicio para el 27 de enero debido a una denuncia emitida por la Agencia de Vivienda Social (AVS) de la Comunidad de Madrid. En la denuncia, la entidad pública exige el desahucio y reclama más de 225.000 euros por impago de alquiler desde 2008 hasta la fecha. Tras la celebración de dicho juicio, la sentencia dicta que el próximo 1 de marzo se produzca el desalojo de la asociación del local en la calle Puerto del Milagro 6, posterior.

“Nuestra prioridad es seguir emitiendo y seguir brindando la posibilidad de hacer radio a la gente del barrio. Por eso ahora estamos llevando nuestros esfuerzos a que la radio siga funcionando desde el mismo 1 de marzo”, declaran desde la Junta Directiva de la asociación. En una nota de prensa emitida esta semana señalan que están en proceso de mudarse al espacio de otra de las asociaciones del barrio, La Villana.

“Obviamente no va a ser lo mismo. De tener dos estudios con pecera, un plató para hacer directos y una sala con ordenadores donde hacíamos talleres de formación, vamos a pasar a una habitación pequeña con un estudio de radio móvil, pero vemos con ilusión juntarnos con otros colectivos”, añaden.

El origen del impago

Para atender las causas por las que la asociación dejó de pagar el alquiler hablamos con Mariano Sánchez, uno de los fundadores de RVK, actual secretario de la Unión de Radios Libres y Comunitarias de Madrid (URCM).

A principios de los 2000, según relata Sánchez, la cooperativa quebró y las asociaciones cuyos locales gestionaba se quedaron en un limbo

A partir de 1996 RVK comenzó a alquilar un local a través de una cooperativa que gestionaba espacios que eran propiedad del entonces Instituto de la Vivienda de Madrid (IVIMA). Al ser una asociación sin ánimo de lucro con fin social tan solo pagaban el equivalente a unos 500 euros. A principios de los 2000, según relata Sánchez, la cooperativa quebró y las asociaciones cuyos locales gestionaba se quedaron en un limbo. “En 2006 el IVIMA intenta regularizar la situación y nos ofreció el local actual por un alquiler de 1.400 euros. La radio en ese momento tenía dinero porque tenía varias subvenciones y personas asalariadas , así que aceptamos porque era viable pagarlo”.

En aquellos años, la radio apostaba por una estructura de crecimiento y financiación a partir de las cuotas de las personas socias y la entrada de subvenciones para proyectos de intervención comunitaria y social. Contaba con una parrilla de más de 70 programas. Sin embargo, según llegó la crisis del 2008 se empezaron a retirar una gran cantidad de subvenciones a los movimientos comunitarios, vecinales y asociativos de la capital. “La radio se quedó sin un solo euro, se tuvo que despedir a las personas que estaban trabajando, a algunas incluso ni se les pudo pagar la indemnización y hubo una gran desbandada”. En 2010 los socios que quedaban en la radio, en una asamblea, deciden quedarse en el local y seguir haciendo radio aunque no se pudiera pagar.

“No somos una empresa, no tenemos publicidad y aquí nadie gana dinero con esto, por eso durante estos años, se ha decidido, asamblea tras asamblea, seguir votando por quedarnos en el espacio y cumplir la función social de la radio. No teníamos dinero para pagar pero seguimos cubriendo esa necesidad social y comunicativa”

“Ninguno de los que estamos actualmente al frente de la radio estábamos por aquel entonces en la radio, este es un problema que existía antes de que llegáramos y nos ha tocado lidiar con él” señalan desde la nueva Junta Directiva, cuyos miembros se han incorporado al proyecto a lo largo de los últimos siete años.

Actualmente la radio se financia a través de las cuotas mensuales que pagan las personas que realizan sus programas en la radio. “Con las cuotas tan solo podemos afrontar los pagos de la electricidad, la comunidad de vecinos y poco más, no hemos podido ni siquiera ahorrar”, señala Maykel Pérez, tesorero de la asociación.

Mantener una emisión de FM en una ciudad como Madrid es muy costoso, la factura de electricidad de la radio llega a los 400 euros mensuales. “De momento no sabemos que va a pasar con la antena de emisión en FM, queremos mantener la emisión porque esta asociación lleva 35 años luchando por el derecho de las radios comunitarias a emitir, igual que ocurre en otros países de Europa o América Latina”, señalan.

Más que una radio

“El viernes entrevistaron en la Cadena SER a Richi, el conductor de La morada del ermitaño, uno de los programas más veteranos de la radio. En la entrevista nos presentaban como ‘la competencia’. Aunque fuese en broma, nos gustaría resaltar que no somos ni pretendemos ser competencia de los medios públicos y privados. Somos mucho más, la radio es un medio de transformación social para el barrio. No pensamos en lo que hacemos como un producto, aunque queramos dar calidad a nuestra emisión y programas, lo más importante es el proceso”, reflexionan. “No somos una empresa, no tenemos publicidad y aquí nadie gana dinero con esto, por eso durante estos años, se ha decidido, asamblea tras asamblea, seguir votando por quedarnos en el espacio y cumplir la función social de la radio. No teníamos dinero para pagar pero seguimos cubriendo esa necesidad social y comunicativa”.

“La radio como espacio es muy importante para estos proyectos. No es solo hacer radio, es el hecho de que las personas con problemas de salud mental tengan un lugar al que acudir para socializar con gente que no tenga estos problemas diagnosticados”

Actualmente la parrilla de Radio Vallekas cuenta con 30 programas de toda índole. Aunque el desalojo no se ha producido, algunas de sus consecuencias ya están llegando y desde la radio lamentan que haya personas o proyectos que se estén dando de baja ante las incertidumbres que pueda plantear el cambio de local.

Es el caso de los programas Quiere T Mucho y Caja Musical, que han dejado la radio por decisión técnica del Ayuntamiento. Ambos formaban parte de un proyecto de prevención de adicciones y promoción de la salud desarrollado por el Centro Municipal de Salud Comunitaria de Puente de Vallecas. Estos programas empezaron en 2015 y por sus micrófonos han pasado más de 2.300 chavales y chavalas menores del barrio que se encuentran en compensación educativa, que es adonde se envía a quienes no han llegado a los 16 años y les han expulsado de todos los centros educativos por repetir o por motivos de conducta.

Las radios comunitarias han demostrado en los últimos años ser un pilar de los procesos de rehabilitación psicosocial para personas con problemas de salud mental. Así lo demuestran los numerosos proyectos de programas con los CRPS que hacen distintas radios en la capital. En el caso de RVK se emite desde 2018 RadioKlmente “un programa que está conducido por personas con distintos trastornos mentales y cada semana se hacen eco de la realidad social, cultural o deportiva. No hablamos de salud mental, o no solo, hablamos de todo. Además mantenemos la perspectiva de género de forma transversal, así como la sensibilización contra el estigma de la salud mental”, cuenta Manuel, uno de los técnicos del programa. Los socios de RadioKlmente además se están ocupando de la digitalización de todos los archivos históricos que atesoran las paredes de la radio, desde fotos, documentos, posters y carteles a las decenas de cedés que todavía siguen enviando las discográficas.

“La radio como espacio es muy importante para estos proyectos. No es solo hacer radio, es el hecho de que las personas con problemas de salud mental tengan un lugar al que acudir para socializar con gente que no tenga estos problemas diagnosticados”, añade Manuel.

Ángela es una mujer de 69 años que forma parte del equipo de Mujeres Visibles, un programa que forma parte del proyecto autogestionado ‘Mayores en los Medios’, que comprende además los programas Historias de Mayores y La Lupa. “Somos un programa de mujeres entre 69 y 86 años en el que cuatro colaboramos activamente en las tareas de redacción, guion y locución y otra nos ayuda con la parte técnica. Sin la ayuda y los talleres que organizaron para personas mayores Carlos Troncoso y Maykel Pérez en la radio no habríamos podido ser autónomas. Para nosotras es muy importante lo que hacemos, no solo descubrir las historias de mujeres olvidadas, también los lazos de amistad que se gestan entre nosotras”. Ángela destaca también la ayuda que recibe de las personas más jóvenes de la radio para aprender a hacer su programa en formato podcast desde casa desde que empezó la pandemia.

Para Cándido Pastor, de 86 años, “esto ha sido un palo enorme”. No esconde su tristeza al ver peligrar el futuro de un proyecto al que ha dedicado su vida. De entre sus momentos más reseñables de la radio, relata cuando, tras la emisión de un programa en el que se criticó la acción de las FARC en Colombia, recibió una llamada de una persona colombiana que le amenazó de muerte por haber emitido ese contenido. “Entonces yo le dije que cuando quisiera, las puertas de la radio estaban abiertas para que viniese a hablar y que no se preocupase porque no íbamos a desvelar su identidad, tan solo le ofrecíamos la capacidad de réplica si no estaba de acuerdo con lo que se había dicho. Entonces, el tipo se quedó en silencio un rato largo y colgó sin decir nada”.