Huelga 14-N 2012 // Pablo Alberdi y Jorge Merino se enfrentan a varios años de prisión por los incidentes de la huelga general de 2012 en Logroño. Denuncian que la Policía ha destruido pruebas que les absolvían y que ha cambiado su versión varias veces.
Pablo Alberdi y Jorge Merino, militantes de la CNT, llegan al juzgado de Logroño durante su juicio por los incidentes en la huelga general de noviembre de 2012 // EFE
Han pasado cinco años y medio desde que fueron detenidos hasta que su juicio ha concluido. Pero la angustia no ha terminado para Pablo Alberdi y Jorge Merino, dos militantes la CNT de La Rioja que fueron detenidos tras los incidentes con la Policía durante la huelga general del 14 de noviembre de 2012 en Logroño.
Después de tres sesiones ante el juez, su caso, por el que se pedían penas de seis años y nueve meses de cárcel para Alberdi y dos años de prisión para Merino, ha quedado visto para sentencia. Según uno de los abogados, el fallo no se conocerá hasta dentro de varios meses.
Los acusados prefieren hablar de “no caso”, ya que siempre han mantenido que este largo proceso judicial es un “montaje policial” para justificar unas cargas policiales que no se recordaban en la ciudad desde las huelgas del sector metalúrgico, hace 40 años, y para frenar las movilizaciones que, entre otros, su sindicato había conseguido relanzar después del 15-M.
Junto a Alberdi y Merino también estaba encausado otro sindicalista, I.I.M, de UGT, aunque éste ha preferido aceptar el acuerdo con la Fiscalía y evitar una condena a prisión, ya que se enfrentaba a más de cuatro años de cárcel. Los militantes de CNT, por su parte, rechazaron el acuerdo y han preferido dar la batalla judicial y denunciar públicamente un caso plagado de incongruencias, contradicciones y cambios de versión por parte de la acusación. El último cambio, este mismo miércoles, durante la última vista en el juzgado.
La cambiante versión policial
La acusación ha rebajado su petición para Alberdi de seis años y nueve meses de cárcel a cinco años y nueve meses. Al inicio del juicio se le acusó de los delitos de desórdenes públicos, atentado y lesiones al lanzar una piedra a un agente durante los incidentes que tuvieron lugar esa noche en Logroño. Ahora, la Fiscalía considera que se trata de una falta de lesiones, por lo que ha rebajado un año su petición. Hace cinco años, la acusación solicitaba para este joven cinco años de cárcel para posteriormente aumentarla a siete. “La acusación ha ido cambiando al ritmo que iba cambiando la versión policial, a la que se le ha dado mucho peso en todo el proceso”, afirma a Público Endika Zulueta, abogado de Alberdi.
Cuando se produjeron los disturbios, uno de los acusados estaba en su puesto de trabajo, a 60 km de Logroño
El caso de Merino es aún más llamativo ya que no fue detenido aquella noche. Cuando terminó la manifestación, cogió el megáfono y dio un discurso de conclusión. Se despidió de sus compañeros y se marchó a su trabajo en una fábrica de Navarra, comunidad en la que no se convocó huelga.
«Tenía turno de noche, cuando sucedieron los hechos yo ya estaba a 60 kilómetros de Logroño. Me encausaron porque llevaba el megáfono. Cuando me informan y acudo a comisaría vi una foto mía en la mesa y habían escrito al lado las siglas de la CNT”, explicaba a Público en noviembre de 2016. Quizás por esa razón su petición de cárcel llegó a ser de hasta nueve años, acusado de ser el autor material de daños, lesiones y desordenes públicos. Los posteriores escritos de acusación redujeron la petición a dos años de cárcel por “inducción” a los desórdenes públicos y al atentado contra la autoridad durante su discurso.
La Policía borró los vídeos de los incidentes
Lo que más sorprende a los acusados y a su defensa es que los informes policiales que la Fiscalía había seguido al pie de la letra para formular la acusación no estuvieran sustentados en ninguna prueba gráfica. Aquel operativo policial, dirigido por Fernando Fernández Beneite, contaba con un agente que grabó en todo momento la actuación. Además, los incidentes ocurrieron frente al Palacete de Gobierno de la ciudad, que cuenta con varias cámaras de seguridad, pero esas grabaciones no estaban disponibles para la defensa. Tampoco el vídeo de la Policía, que fue destruido porque «era ineficaz desde la perspectiva policial», ha declarado durante el juicio el que fuera en aquel momento jefe superior de la Policía Nacional en La Rioja, Manuel Álvarez.
Según la Policía, los vídeos se borraron porque al agente que grababa le temblaba mucho el pulso
¿Quién y por qué destruyó los vídeos policiales? Según la versión del jefe del operativo policial aquella noche, decidieron destruir las imágenes porque el agente que las grabó “no estaba acostumbrado al estrés de esa situación, la mano le temblaba bastante, y las imágenes quedaron borrosas, por lo que se descartaron al no poder identificar a nadie», explicó en su declaración ante el juez Beneite.
Sin embargo, la defensa ha conseguido grabaciones de algunos manifestantes que han aportado como prueba y que dejan claro que, desde que comienzan las cargas policiales hasta que Alberdi es detenido, el acusado ni agrede ni arroja objetos a ningún agente. Al contrario, en la grabación se ve cómo el joven es golpeado por Beneite cuando sostiene la pancarta y después es reducido en el suelo por varios policías que se lo llevan a rastras hasta el furgón policial.
Por esa razón, las defensas de los acusados ha pedido su absolución y que, en este caso, la presunción de veracidad de la Policía sea puesta en duda, ya que se trata de una de las partes interesadas